La adolescencia es una época de turbulencias y drama. La gran cantidad de cambios asociados con este período trae fuertes emociones, discusiones y estrés. Independientemente de tu situación particular, comprender las turbulencias físicas y emocionales de los adolescentes puede ayudarlos a ellos y a sus padres a abordar estos problemas y enfrentarlos en consecuencia.
Problemas sociales
El ostracismo social es una preocupación seria para los adolescentes. En la escuela, por ejemplo, los adolescentes quieren ser aceptados por sus compañeros e intentarán mezclarse actuando o vistiéndose en consecuencia. Esto es alimentado por el temor al rechazo y al aislamiento que ocurre cuando algunas personas son expulsadas del grupo. Esto puede ser peligroso cuando los niños deciden que quieren conformarse con grupos desagradables, como las pandillas.
Acoso
Los problemas sociales, como la falta de conformidad, en última instancia pueden conducir a la intimidación. Esto mantiene a los adolescentes en un estado de miedo por el abuso físico o verbal de sus compañeros. Es una experiencia emocionalmente devastadora que puede afectar su salud, rendimiento académico y autoestima. La ansiedad, la depresión, el estrés y el suicidio son todos resultados desafortunados del acoso escolar.
Problemas emocionales
Aunque todos experimentan problemas emocionales, pueden ser particularmente intensos para los adolescentes. Los adolescentes están experimentando intensos cambios físicos y emocionales que a menudo les hacen portarse mal y chocar con sus padres. Los padres también pueden agravar el problema al trivializar los sentimientos de sus hijos adolescentes o al descartarlos como "tontos" o de que no se preocupan por nada.
Relaciones
Los cambios físicos y psicológicos durante la adolescencia conducen inevitablemente a la atracción sexual y las relaciones. Un problema con las citas de adolescentes es el riesgo de enfermedades de transmisión sexual o embarazo. Las emociones intensas que experimentan los adolescentes también pueden conducir a graves problemas de salud mental después de una ruptura. El rechazo asociado con una relación terminada puede causar depresión severa o una sensación de aislamiento.
Otros problemas de los adolescentes más comunes
No es un misterio que los adolescentes enfrentan problemas reales a diario. Durante las etapas de crecimiento más incómodas de sus vidas, se espera que los adolescentes enfrenten las hormonas, la pubertad, las fuerzas sociales y parentales, las presiones laborales y escolares, así como las luchas internas.
Las tensiones sin precedentes con respecto a la confusión universitaria y profesional hacen que los adolescentes se sientan abrumados, sin mencionar a los padres ausentes en esta generación de divorcios.
Autoestima e imagen corporal
Tanto los adolescentes como las niñas sufren numerosos cambios corporales. Algunos se sienten demasiado gordos, demasiado flacos, demasiado bajos, demasiado altos y pasan el tiempo deseando que su cabello rizado sea liso o viceversa. A medida que cambia el cuerpo de un adolescente, cambia su propia imagen.
El ajuste de problemas puede afectar la autoestima y la imagen corporal (la forma en que se siente acerca de su propia apariencia física). Todo esto está relacionado con la forma en que los demás, especialmente los compañeros de escuela, lo verán.
Los cambios en la pubertad, combinados con un deseo natural de encajar, tientan a los adolescentes a compararse con los demás. Los hechos sobre cómo las personas experimentan la pubertad de manera diferente no impiden que los adolescentes se comparen con las personas que los rodean o con las que se ven en televisión, en películas o en revistas. La vida familiar y la crítica de los padres afectan la capacidad del adolescente de desarrollar una autoestima positiva. Las personas que experimentan comentarios negativos o hirientes sobre su apariencia también promueven una mala imagen corporal y autoestima.
Acoso
La intimidación afecta a millones de adolescentes, lo que hace que miles de personas tengan miedo de ir a la escuela todos los días. Debido a que los adultos en sus vidas no siempre son testigos de la intimidación, los niños pueden no entender exactamente cuán extremo puede llegar a ser.
La apariencia y el estatus social son dos de las principales razones por las que los adolescentes son intimidados, porque el acosador decide quién encaja y quién no. Algunos acosadores atacan físicamente a sus objetivos, mientras que otros toman el control psicológico mediante chismes o lanzando insultos verbales repetidamente. El ciberacoso es la última evolución en el acoso, que consiste en crueles mensajes instantáneos, de correo electrónico y de texto. La intimidación en cualquier forma es implacable, lo que hace que un adolescente viva en un estado de miedo constante.
Los adolescentes acosados encuentran que su trabajo escolar y su salud sufren. Pueden contemplar el suicidio después de lidiar con episodios de depresión o ansiedad. Quizás sorprendentemente, los acosadores mismos también están en riesgo. La intimidación de cualquier tipo es violencia y a menudo conduce a un comportamiento más violento en la edad adulta. Los acosadores adolescentes pueden experimentar el rechazo de sus compañeros, lo que lleva a la pérdida de la amistad y la depresión a medida que crecen..
Depresión
Los adolescentes pueden presentar síntomas de depresión de varias maneras. La irritabilidad y la rapidez con la ira no siempre provocan que los padres reconozcan la depresión, ya que esto también ocurre en el mal día de un adolescente típico. Cuando se combina con un interés disminuido en las actividades, cambios en los patrones de sueño y hábitos alimenticios, aislamiento preferido y bajas de calificaciones, un padre debe intervenir inmediatamente.
Sin acercarse negativamente a un adolescente sobre si está o no en un estado de depresión, los padres deben escuchar, consolar, amar y aceptar a su hijo. Es vital que los adolescentes se sientan validados en sus pensamientos porque lo que están experimentando es una parte muy real de sus vidas. No debe haber juicio ni crítica por parte de los padres.
Si esto no es posible, los padres deben buscar asesoramiento para sus hijos adolescentes. Una vez que un adolescente que sufre de depresión comienza a hablar sobre sus problemas, es pertinente dejarlo seguir hablando sin que nadie interrumpa o controle la conversación. Ignorar los signos de la depresión adolescente es como jugar un juego mortal de la ruleta rusa.