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6 rutinas imprescindibles para ser un buen estudiante
6 rutinas imprescindibles para ser un buen estudiante

ESTUDIANTES

6 rutinas imprescindibles para ser un buen estudiante

Respetar los horarios de estudio, tener una buena mesa iluminada, sentirse motivado o hacer esquemas propios son algunas de las claves para que un niño se convierta en un buen estudiante.

Estudiar no significa sentarse delante de un libro abierto y memorizar toda la información para luego soltarla en el examen. El estudio debe partir de una lógica y un razonamiento que permita entender la información y los datos que se están reteniendo, de forma que éstos no desaparezcan una vez se hayan plasmado sobre el papel, sino que continúe almacenándose en la memoria para crear una especie de 'biblioteca cerebral'.

Hay personas que tienen mucha facilidad para estudiar, ya sea por su capacidad de atención, por tener una mayor capacidad para razonar o memorizar o bien porque simplemente les gusta la materia que están tratando. Sin embargo, también hay mucha gente a la que estudiar le parece un proceso tedioso e innecesario, una situación a la que se enfrentan muchos padres en su día a día. La preocupación de éstos porque sus hijos saquen buenas notas de cara a asegurarse un buen futuro profesional cada vez comienza a edades más tempranas. Una forma de hacer que el pequeño adquiera unos buenos hábitos de estudio es seguir unas rutinas y una ser de pautas para asegurarse de que se convierte en un buen estudiante.

1. Respetar los horarios de estudio

Hay personas que tienen mayor facilidad a la hora de estudiar por la noche, mientras que otras prefieren hacerlo bien temprano por la mañana. Con el paso del tiempo, tu hijo se dará cuenta de cuándo le resulta mejor estudiar al obtener un mayor aprovechamiento real de las horas frente al libro. El problema es que para quienes prefieren estudiar de noche la jornada se puede extender hasta madrugada, lo que se traduce en que al día siguiente no se levantará hasta bien entrada la mañana.

Esto puede preocupar a muchos padres que piensan que seguro que aprovecharán mejor el día si se levantan temprano y comienzan a estudiar a esa hora. ¿Levantarse temprano y terminar pronto o levantarse tarde y terminar de madrugada? Ninguna rutinas es mejor que otra, todo depende de la disposición de cada persona. Eso sí, es imprescindible que las horas de sueño sean las suficientes como para levantarse descansado y con ánimo de empezar otro nuevo día.

Hay personas que tienen mayor facilidad a la hora de estudiar por la nocheHay personas que tienen mayor facilidad a la hora de estudiar por la noche

2. Antes de comenzar a estudiar, recargar energía

Uno de los principales obstáculos a la hora de estudiar es el hambre, y es que cuando una persona se aburre lo primero que piensa es en ir a la cocina a picar algo. El problema es que en ese proceso de levantarse, encontrar algo para comer y volver a la silla de estudio puede pasar más tiempo del debido.

Esto se traduce en que la concentración ya se ha perdido y hay que volver a comenzar el proceso de nuevo. Por ello, lo mejor es que antes de estudiar se desayune o se meriende -dependiendo del momento del día en el que tu hijo tenga la rutinas de estudiar- lo suficiente para que la energía le dure hasta el final de la sesión de estudio.

3. Distribuir el tiempo con antelación

Otro grave problema de los niños a los que les resulta difícil estudiar es que no saben distribuirse el tiempo. El resultado suele ser pasar la noche anterior al examen en vela tratando de memorizar el temario. Siguiendo esta técnica no sólo no conseguirán entender nada de la materia estudiada -las prisas nunca son amigas-, sino que a la mañana siguiente estarán cansados y no se podrán concentrar de la forma correcta a la hora de enfrentarse al examen.

Una solución para evitar esta situación es evaluar la cantidad de materia a estudiar varios días antes de la prueba y distribuir su estudio a lo largo de varios días fijándose metas a corto plazo. De esta forma no sólo tendrán más tiempo para preparar el examen, sino que incluso les pueden sobrar días que pueden emplear en repasar la materia para afianzarla. Además, fijarse un rutinas de estudio es el primer paso para ser un buen estudiante.

Otro de los hábitos que tiene buenos resultados es que el estudio se haga siempre a la misma hora del día. En el caso de los niños suele ser por las tardes después de salir del colegio. Los pequeños se pueden relajar un rato merendando antes de comenzar la tarea, aunque no es recomendable que vean la televisión ya que será más difícil que la apaguen para ponerse frente al libro y, además, les resultará más complicado concentrarse. También es recomendable que, en el caso de que tengan varias asignaturas que estudiar, que empiecen por la materia que menos les gusta. Y es que terminar la sesión de estudio con algo que les interese hará que se les haga más amena y corta.

Estudiar no significa memorizar letra por letra el temarioEstudiar no significa memorizar letra por letra el temario

4. Crear buenos hábitos de estudio

Estudiar no significa memorizar letra por letra el temario, sino que hay que entenderlo y razonarlo para que el estudiante pueda retenerlo fácilmente en su memoria. Una forma de conseguirlo es comenzar el estudio leyendo atentamente la materia y tratando de entenderla. Luego pueden elaborarse resúmenes y esquemas con las principales ideas y la información clave, siendo lo mejor que las hagan con sus propias palabras. Por último, también es muy importante que se hagan descansos cada cierto tiempo. Por ejemplo, pueden fijarse pequeñas metas -que sean reales y alcanzables- y cada vez que se completa una descansar durante 20-30 minutos. Y es que muchos expertos indican que no deben pasar más de 2 horas de estudio sin un descanso.

5. Nada de dispositivos que pueda distraer

La habitación o el espacio reservado para el estudio debe estar completamente libre de distracciones, lo que incluye un ordenador, una televisión, un cómic o, por su puesto, el libro. Si no tiene tentaciones cerca, el estudiante no tendrá que resistirse al impulso. Además, también deberá contar con el material y mobiliario adecuado como es una buena mesa de estudio con una iluminación apropiada, así como lápices, bolígrafos, subrayadores u hojas en blanco en las que hacer sus resúmenes. Si se tiene las condiciones óptimas, al niño le será mucho más fácil ser un buen estudiante.

6. Los padres también tienen deberes

El papel de los progenitores a la hora de crear una rutinas de buen estudiante también es clave. Esto no quiere decir que los padres deban sentase al lado de su hijo mientras éste estudia y ayudarle, esa es una tarea que deben hacer en solitario. Sin embargo, lo que los padres sí pueden hacer es motivar a sus hijos reconociendo sus logros -por muy pequeños que sean- para que los pequeños no se sientan frustrados.

Otra forma útil de ayudarles es atendiendo a sus preguntas. La madre o el padre debe ayudar a su hijo a entender sus dudas y, en caso de que ninguno sepa la respuesta, pueden buscar juntos la información. Eso sí, una vez el niño haya resuelto su duda, éste debe continuar estudiando sin ayuda.

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