En la adolescencia, para tus hijos sus amigos serán lo más importante. Por eso, el respeto hacia ellos es fundamental para que tengas una buena relación con tus hijos... pero que les tengas respeto no significa que se deba aguantar todo o que si son malas influencias para tus hijos tengas que aceptarlo a ciegas solo porque son importantes para tus hijos. Además, en la adolescencia es habitual que comiencen a haber problemas de amistad, y como padre o madre que eres, es crucial que le ayudes a resolverlos.
Tu ayuda en estos casos le guiarán en el camino de las relaciones interpersonales, por lo que es importante que le ayudes de la mejor manera posible. Incluso si tu hijo adolescente te dice que no quiere que les ayudes. Porque aunque te diga esto, la realidad es que sí quiere tu ayuda, pero quiere mostrar su independencia de ti... aunque en realidad te necesita.
La adolescencia social
Los años de la adolescencia son probablemente algunos de los más sociables de la vida de tu hijo mientras todavía está en casa. Sin embargo, con el aumento de la actividad social, aumenta el conflicto entre amigos... Esto se entiende por estadística: cuántos más amigos, más probabilidades de que hayan conflictos interperonales.
Ya sea un desacuerdo sobre otro amigo, un novio o una actividad social, el conflicto puede intensificarse rápidamente sin las herramientas adecuadas. Es tu trabajo como padre enseñar a tus hijos adolescentes a manejar cualquier problema de amistad que puedan encontrar. ¡Y te damos los consejos necesarios para abrirte paso en esto!
Anima a tu hijo a dejar de discutir
Anima a tu hijo a dejar de discutir tan pronto como se encuentre en un desacuerdo. Explica que tratar de resolver el problema mientras todavía se siente enfadado no funcionará. Además, enséñale a tu hijo algunas herramientas para hacerlo bien. Las posibles opciones para calmarse incluyen contar hasta 10, respirar profundamente o alejarse y golpear una almohada u otra cosa suave para sacar la ira interna que pueda sentir.
Evaluar la situación
Recuerda a tu hijo adolescente que evalúe la situación. Una vez que tu hijo ya no esté directamente en una confrontación, debe considerar cuál es la situación, quién está involucrado y cuál es su problema con la situación.
Hablar las cosas en privado
Puedes sugerirle a tu hijo adolescente que se acerque a su amigo con el que tiene el problema y que hable el asunto, pero en privado. Los dos deberían hablar juntos sin involucrar a otros. Si hay más de dos personas involucradas, solo las personas involucradas deben discutir la situación.
Hablar de cómo se siente
Dile a tu hijo que para hablar con su amigo es necesario que exprese cómo se siente, sin acusaciones y sin buscar culpables con frases del tipo: "yo siento" en lugar de frases "tú haces". Por ejemplo, puede decir algo como: "Siento que no te gusto porque nunca me llamas para salir", en lugar de algo poco apropiado como: "No te gusto porque pasas de mí".
Tener soluciones en la mente
Enseña a tu hijo a tener algunas soluciones en mente cuando discuta la situación con el otro amigo. Debería ofrecer su solución después de explicar cómo se siente.
Preguntar al otro sobre su perspectiva
No existe una verdad única y absoluta, por lo que es importante que le recuerdes a tu hijo que pregunte a los demás involucrados sobre sus perspectivas sobre el problema. Cuando tu hijo esté escuchando a los demás, deberá tener contacto visual con quien hablar, no enfadarse ni interrumpir.
Que afirme sus sentimientos
Pídele a tu hijo adolescente que afirme sus propios sentimientos, así como los sentimientos de cualquier otra persona involucrada. Explica que aunque puedan estar en desacuerdo, los sentimientos de todos siguen siendo válidos.
Encontrar la solución de forma conjunta
Anima a tu hijo a que intente que sus amigos trabajen juntos para encontrar una solución al problema. Explica que deben mirar los puntos en los que están de acuerdo. Dile a tu hijo que debe mantener una mente abierta cuando intente resolver el problema con sus amigos. Recuérdale que podría necesitar disculparse o perdonar a alguien para mantener la amistad.