La memoria es una capacidad imprescindible en la vida de cualquier persona. Ésta nos proporciona la capacidad de retener y almacenar una infinidad de conocimientos -desde nombres o sensaciones a recuerdos, ideas o números-. Todos estos elementos no se guardan en un único emplazamiento dentro del cerebro, sino que se pueden localizar en una gran cantidad de áreas donde están preparados para ser recuperados en el momento preciso. La memoria es una capacidad innata al ser humano; sin embargo, hay que entrenarla. Toda edad es buena para realizar ejercicios de memoria, aunque éstos son clave durante la vejez -ya que esta capacidad se va resintiendo con el paso de los años- y la niñez. Los más pequeños empiezan a hablar o a andar gracias a un aprendizaje progresivo y este desarrollo también puede aplicarse a la memoria. En la actualidad se pueden encontrar una gran variedad de juegos dirigidos a los niños y especialmente ideados para la mejora de la memoria.
Juegos para niños de 0 a 2 años
Ya desde el momento del nacimiento, los bebés empiezan a almacenar información de forma inconsciente. Esta etapa es fundamental, ya que en ella se desarrollarán los modelos de actuación que guiarán sus acciones a lo largo de su vida.
¿Contento o triste?
Uno de los juegos con los que más disfrutan los bebés es cuando se les ponen diferentes caras. En este caso se trata de jugar con las distintas emociones tapándote la cara y luego descubriéndola con diferentes caras que simulen felicidad, tristeza, alegría... De esta forma, el pequeño empezará a relacionarse con las distintas emociones y a saber identificarlas. Además, se lo pasará en grande viendo como su madre o su padre actúa y seguro que se le escapa alguna que otra carcajada.
Epi y Blas
Este juego consiste en tener dos marionetas -que también puede ser peluches o muñecos de juguete- y nombrar cada uno de ellos con un nombre corto y fonéticamente distintos para que el pequeño pueda diferenciarlos fácilmente. Una propuesta es llamarlos Epi y Blas. Luego podrás escenificar diferentes situaciones para que el bebé pueda empezar a incorporar diversos hechos y palabras a su retentiva.
Juegos para niños de 3 a 4 años
A partir de esta edad es cuando los niños comienzan a tener una mayor capacidad de control sobre su atención, lo que les permite observar y escuchar durante más tiempo. Durante esta etapa también es importante que al pequeño se le estimule la memoria a través de técnicas de memorización como la repetición o la narración.
A cantar
Una forma idónea de estimular la memoria es a través de las canciones. Durante esta edad los más pequeños ya son capaces de chapurrear sus primera palabras, por lo que tendrás que escoger una canción infantil que el niño conozca y tratar de cantarla los dos.
El espejo
Este juego consiste en escoger a una persona que va a ser la imitada, mientras que el resto de los participantes serán el espejo. La persona a imitar tendrá que realizar diferentes movimientos y expresiones que el resto deberán copiar.
El escondite
Este no es el tradicional juego del escondite, sino que consiste en esconder un juguete o un peluche y tratar de que el niño descubra donde está. En un primer momento se puede jugar a esconderlo debajo de una sábana o colcha y el pequeño tendrá que averiguar dónde está por medio del tacto. Luego la dificultad puede ir creciendo y esconder varios objetos con diferentes formas para que el niño intente descubrir qué objeto está tocando.
Juegos para niños de 5 a 6 años
En esta etapa se podría decir que la capacidad de memorización del niño está prácticamente desarrollada, pues ya son capaces de almacenar mucha de la información que les rodea en su día a día. Luego relacionarán esta información nueva con el conocimiento que ya habían almacenado anteriormente.
Los puzles
A pesar de que se pueden encontrar puzles para todas las edades, es en esta etapa cuando los niños pueden empezar a intentar completar rompecabezas de dificultad considerable. De esta forma no sólo desarrollarán su memoria, sino también otras capacidades como la lógica, la concentración, la observación o su aptitud a la hora de solucionar problemas.
El memory
Este juego, como su propio nombre indica, está especialmente diseñado para el desarrollo de la memoria. Se trata de una serie de cartas emparejadas por medio de dibujos, símbolos o colores que se colocan bocarriba. El niño tendrá que observar atentamente dónde está cada una de las fichas. Luego se les dará la vuelta a todas las cartas y, a continuación, se levantará una de ellas. El niño deberá intentar recordar dónde estaba su carta gemela levantando otra. Si esa no es la correcta, ambas fichas se volverán a poner bocabajo. El objetivo del juego es emparejar todas las cartas memorizando dónde están cada una de ellas a medida que se van levantando.
Juegos para niños de 7 a 8 años
Una vez llegada a esta edad, los más pequeños ya empiezan a desarrollar la capacidad atención selectiva. También es importante que empiecen a utilizar técnicas de memoria como es la repetición de la información que debe recordarse o la capacidad de agruparla y relacionarla con otros datos ya conocidos que puedan facilitar la tarea.
'Simón dice...'
Este es uno de los juegos de memorización más conocidos y, aunque ya se pueden encontrar versiones electrónicas, el método tradicional continúa siendo perfectamente válido. Se escoge a una persona que es la que liderará el juego con las acciones. Deberá comenzar con la fórmula 'Simón dice...' continuada de otra orden como '... que saltes' o '... que te toques la punta de la nariz'. Sin embargo, cuando se omita el principio 'Simón dice' y simplemente se de la orden de acción, los participantes no deberán realizarla. De esta forma, el objetivo es que el niño distinga cuándo debe realizar la acción y cuándo no.
El teléfono estropeado
El juego del teléfono estropeado no sólo es perfecto para desarrollar la memoria, sino que asegura un rato de diversión y risas. Se trata de que todas las personas que participan se sienten en un círculo y una de ellas sea designada para empezar. Deberá pensar una palabra o una frase corta y decírsela al oído a la persona que tenga sentada a su izquierda. La clave es que la frase se pronuncie rápidamente, de forma que el que escucha no pueda entenderla fácilmente. A continuación, el que escucha deberá repetirle en el oído al de su izquierda lo que ha creído entender, así hasta llegar al final. Cuando la última persona haya recibido el mensaje tendrá que decir en voz alta lo que ha entendido y la persona que ha empezado el juego dirá en voz alta el mensaje original. ¿La frase ha llegado intacta o el teléfono se ha estropeado?