No, no eres una súper mamá ni tampoco necesitas serlo. En realidad, no eres una súper mamá en esta sociedad que quieres que trabajes como si no tuvieras hijos y que cuides a tus hijos como si no tuvieses trabajo. No es tan fácil... ¿verdad? Claro que no lo eres, porque no eres una súper mamá en esta sociedad, ¿pero sabes dónde sí eres una súper mamá? En tu hogar, para tus hijos. En este lugar es donde realmente sí debes ser una súper mamá... porque es el único lugar donde realmente se necesita que lo seas.
Pero ser una súper mamá no significa que tengas que ser una mamá todoterreno que se olvida completamente de sí misma para satisfacer las necesidades de los demás, ¡ni mucho menos! La presión de ser una súper madre puede hacer que sientas que no puedes con todo o que es demasiado lo que tienes que hacer para tan pocas en el día.
Cuidado con sentir demasiada presión
La presión que sientes solo te la pones tú. Si bien es cierto que el día está cargando de quehaceres y que no se harán solos, es necesario aprender a delegar tareas para que los demás te ayuden, que tu pareja tenga también un papel activo tanto dentro como fuera de casa, y que en definitiva, tu familia se convierta en tu mejor equipo.
La presión que sientes solo te la pones túNo sucumbas a las presiones sociales porque no tienes que tener un rendimiento excesivo hasta el punto de que pierdas de vista quién eres en realidad. Ten en cuenta que la maternidad es una lista interminable de cosas que hacer, y que 24 horas siempre se te quedará corto... Por eso es tan importante priorizar las cosas que son imprescindibles de hacer y las que no, dejarlas para otro momento o delegarlas. Solo de esta manera podrás cuidar tu salud física y mental.
Si eres madre de un niño pequeño es más que probable que tengas que atender sus necesidades cientos de veces al día, y es algo normal. Además también deberás trabajar para ganar dinero y realizar las tareas del hogar. Cosas que consumen tu tiempo. Si tienes pareja tendréis que hacer un cuadro de tareas para que cada uno tenga diferentes responsabilidades dentro del hogar y del cuidado de los hijos, porque solo así habrá un reparto equitativo y ambos podréis tener también, tiempo de autocuidado. Tan importante para ti, como para tu pareja.
La maternidad cambia tu vida a mejorAutocuidado para ser súper mamá
Aunque no seas una súper mamá para la sociedad (ni te hace falta serlo), para que lo seas en tu casa y para tus hijos, tienes algo muy importante que hacer desde ahora mismo: cuidarte. Si de repente te das cuenta de que te has perdido por el camino o que las cosas son demasiado diferente a cómo te gustaría que fuesen... entonces, tendrás que echar el freno y evaluar tu vida familiar.
Aunque tienes el control sobre tu vida, es hora de tomar otro tipo de decisiones. Esto no implica que descuides a tu familia, ¡ni mucho menos! Pero sí implica que no te descuides a ti misma. Deja de colocar tus deseos e intereses en segundo plano siempre, y a partir de ahora comienza a anteponer algunas de tus necesidades o deseos, como poder leer por la noche antes de dormir o salir una hora al gimnasio para bailar dos o tres veces por semana.
La maternidad cambia tu vida a mejor
La maternidad cambia tu vida a mejor, ¡esa es una realidad indiscutible! Pero para que sea así, debes sentirla como plena, y no dejar tus necesidades en un segundo plano. Si caes en el error de no cuidarte, la maternidad cambiará tu vida, pero será a peor. A peor porque te sentirás agotada todo el tiempo, porque no tendrás vida social, porque te sentirás triste sin saber por qué, etc.
No permitas que la maternidad limite tu vida, si no que la enriquezca. Tus hijos son tu mejor tesoro y ellos te necesitan feliz para que les proporciones todo tu amor incondicional diariamente.