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Técnica del semáforo para controlar las emociones en los niños
Técnica del semáforo para controlar las emociones en los niños

CONTROL EMOCIONAL

Técnica del semáforo para controlar las emociones en los niños

No te pierdas esta magnifica y eficaz técnica del semáforo para controlar las emociones en los niños.

Tener un hijo o ser el tutor legal de un niño es una gran responsabilidad. No solamente deberás hacerte cargo de todos aquellos gastos económicos básicos para su bienestar, sino que también dependerá de ti que se encuentre sano y feliz, a la vez que recibe la mejor educación, con tal de que su comportamiento sea siempre en más adecuado posible en todas aquellas situaciones en las que se encuentre, tanto durante su infancia como también en la madurez, de manera que pueda sentirse a gusto y feliz y respete a los demás en consecuencia.

La dificultad que entraña educar a tus hijos

La educación perfecta no existe. Es normal que los padres vivan muchas experiencias que no habían tenido antes durante la educación de sus hijos. Es un proceso nuevo para ellos y es muy fácil juzgarlo desde fuera, con la educación de las otras personas que tienen niños, pero cuando son los de uno todo se vuelve distinto. Además de querer que sean personas de futuro, con la mejor educación posible, también querremos que se sientan felices y queridos, por lo que encontrar el punto medio no siempre será de lo más sencillo.

Aunque no existe un método estándar y único para educar a todos los niños del mundo, porque por suerte todas las personas somos diferentes entre nosotras tanto física como mentalmente, sí que nos podemos valer de algunas técnicas desarrolladas por profesionales de la educación o de la salud mental de los niños, como pedagogos, psicólogos y psiquiatras especializados, quienes pueden ayudarnos con ejercicios específicos con tal de lograr los resultados y las actitudes que se desean.

Algunos niños desarrollan comportamientos inadecuados según la situación debido a su dificultad a la hora de controlar las emociones. Debemos tener presente que todos, durante nuestra infancia o adolescencia, hemos pasado por un proceso durante el cual no comprendíamos porqué sentíamos ciertos sentimientos en instantes determinados. Es durante el crecimiento que aprendemos a conocer nuestro cuerpo y nuestros actos y llegamos a desarrollar nuestro carácter acorde con estos sentimientos.

Por esto, es muy importante que el niño, desde su infancia, aprenda a controlar sus emociones, no solamente para tener una buena actitud en ciertas situaciones o momentos, sino para su bienestar mental y emocional. El hecho de saber gestionar la rabia, la ira o el exceso de alegría le servirán para tener una buena relación con las personas que le rodean, pero también para sentir menos impotencia o irritabilidad en situaciones en las que no consiga aquello que le gustaría.

Algunos niños desarrollan comportamientos inadecuadosAlgunos niños desarrollan comportamientos inadecuados

Cómo funciona la técnica del semáforo en los niños

Trabajar con elementos visuales ha demostrado ser muy efectivo en la educación de los niños. Por eso, siempre que quieras enseñarle algo a tu hijo, como una palabra en una lengua extranjera o en la propia, o bien hacer una tabla de tareas del hogar, por ejemplo, deberás hacerlo con elementos visuales. No es lo mismo imaginar el significado de cierta palabra que ver el objeto el cual designa. Así pues, el semáforo es un objeto del mobiliario urbano que tu hijo seguramente reconocerá con facilidad y comprenderá el significado, desde muy pequeño, sabiendo que cada color tiene una denotación concreta: siendo el verde el que permite cruzar, el amarillo el que avisa de que debe aflojar la marcha o tener cuidado y el rojo el que le indique que no debe cruzar y debe pararse, sin excepción.

Este significado de cada uno de los colores del semáforo puede aplicarse con mucha facilidad a la gestión de sus emociones. Puedes dibujar un semáforo en una cartulina o imprimir una imagen del mismo en blanco y negro. Sería conveniente que el niño participase en el proceso de la creación del mismo, integrándole en la tarea y haciéndolo el semáforo más suyo. De este modo no sería tanto un elemento e impuesto por sus progenitores, sino una actividad que han realizado juntos y que será beneficiosa para su futuro próximo y también más lejano.

Una vez coloreado el semáforo con los colores correspondientes deberá colgarse en un lugar de la casa donde se vea con facilidad y pueda accederse a él en cualquier momento. Si donde pasáis más rato en compañía del otro es en el salón o en la cocina comiendo, ese será la estancia más recomendada. Ambos progenitores deberán estar presentes en el momento durante el cual se le explique al niño el funcionamiento del semáforo de las emociones. Para que funcione adecuadamente se debe ser constante con su utilización, avisar cuando tiene un comportamiento en amarillo (antes de que llegue al rojo), premiar aquellos verdes y tener consecuencias con los rojos, es decir, castigarle o hacerle comprender aquellos negativos para que no vuelvan a repetirse.

Deberás enseñarle al niño identificar cada una de las emocionesDeberás enseñarle al niño identificar cada una de las emociones

El color verde

Deberás enseñarle al niño identificar cada una de las emociones. Así pues, aquellas en verde serán las cuales sean aprobadas por los adultos y se consideren como gratificantes y positivas, tanto para los padres como para los hijos. Por lo tanto, tan importante es hacer consciente a los niños de aquellas que no son correctas, de las ambiguas, como las que sí lo son. No es necesario darle su premio cada vez que tengan una reacción positiva, pero sí que deberemos felicitarlos por cada una de ellas, de manera que ellos mismos sean capaces de identificarlas como correctas y optar por éstas en lugar de las amarillas o las rojas en cada contexto.

El color amarillo

Sin embargo, aquellas que se consideren amarillas en el semáforo serán las que puedan llegar a convertirse en rojas, por lo que serán un aviso de lo negativo que puede llegar a suceder y convertirse en una mala emoción. Por lo tanto, será en el amarillo que los niños aprendan a contener esta actitud de modo que no deban ser avisados o llamados a la atención al llegar al rojo. El amarillo en el semáforo será el filtro para que aprendan a controlar sus emociones negativas y, a la larga, dejen de tenerlas, pasando del verde al amarillo normalmente.

El color rojo

Es esencial que siempre, sin excepciones, se le haga saber al niño cuál es la emoción que está considerada como roja en el semáforo, de manera que sepa por qué es negativa, pueda identificarla con rapidez y no la repita. Si el acto tiene consecuencias, es decir, se le llama la atención o recibe algún aviso o castigo, es probable que deje de repetir estas acciones y en menos ocasiones haya que avisarle de que está teniendo una emoción roja en el semáforo. Sin embargo, la constancia y la paciencia serán clave para que puedan comprender el funcionamiento del semáforo de las emociones y eviten tener emociones rojas para terminar teniendo también menos amarillas y opten siempre por tener, quizás ya de manera inconsciente al final, las verdes.

No obstante, cada niño es diferente, por lo que puede que esta técnica educativa (que es simplemente una ayuda extra) no funcione en su caso. Sin embargo, recuerda que la constancia es clave y que los resultados no se ven de la noche a la mañana. Ambos progenitores deberán estar de acuerdo en cuanto a las emociones que se acepten, se premien o se castiguen, de lo contrario el semáforo no cumplirá con las expectativas deseadas. No dudes en consultar con un profesional de la educación o psicología infantil con tal de conocer mejor la técnica del semáforo para controlar las emociones en los niños y servirte de sus beneficios o buscar otra que se adapte mejor a las necesidades de tu hijo.

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