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¿Las rabietas son malas para los niños?
¿Las rabietas son malas para los niños?

NIÑOS

¿Las rabietas son malas para los niños?

Es bastante normal que los niños tengan rabietas de manera habitual. Descubre si dichas rabietas son buenas o malas

Desde siempre los niños han tenido rabietas y es común que las tengan, de hecho, son necesarias para su desarrollo. Las rabietas en sí mismas no son malas, lo que puede ser perjudicial es que el adulto no sepa gestionarlas bien y que esto pueda provocar daños emocionales en los pequeños.

Las rabietas son una manera de mostrar la frustración y de comunicarlo a los adultos, aunque también pueden ser el medio que optan los niños para intentar conseguir aquello que desean. En la mayoría de ocasiones, las rabietas no son violentas pero casi siempre van acompañadas de gritos o llantos. Debes tener la seguridad de que a tu hijo las rabietas no le harán daño, aunque una ronquera si grita mucho sí puede tener.

Como te hemos apuntado al inicio de este artículo, las rabietas no son malas, pero lo que sí puede perjudicar a tu hijo es lo que tú haces o no haces para detenerlas o gestionarlas. La buena notica es que siempre es buen momento para utilizar técnicas efectivas para lidiar con las rabietas infantiles.

Seguridad

Si tu hijo pequeño está pateando, golpeando, gritando o lanzando cosas, es necesario que evites que se pueda hacer daño. Deberás intentar calmar la situación cuanto antes y que las emociones se relajen para poder reconducir la situación de la mejor manera posible. Si no se puede evitar el berrinche, tendrás que asegurarte de que tu hijo se encuentre en un área segura (lejos de lugares duros o con esquinas afiladas).

Desde siempre los niños han tenido rabietasDesde siempre los niños han tenido rabietas

Comunicación

Cuando tu hijo esté a salvo intenta averiguar qué ocurre detrás de esa rabieta. Si la rabieta es provocada por la frustración, piensa en cómo puedes ayudarle para que exprese cómo se siente. Una vez que pueda hacer esto, estarás un paso más cerca de que tenga menos rabietas. Tu hijo carece de un lenguaje apropiado o de las habilidades necesarias para afrontar estas situaciones, por lo que necesita tu ayuda para conseguirlo.

Busca pistas sobre lo que podría estar afectando a tu hijo para tener esas rabietas y resolverlo. Puede ser que tenga sed, que le molesta algo de la ropa, que le haya picado un bicho... En ocasiones, las rabietas no requieren disciplina pero sí mucha empatía.

Cuando le abraces necesitará llorar aun un poco másCuando le abraces necesitará llorar aun un poco más

Abraza a tu hijo para calmarle

Si te das cuenta de que tu hijo no es capaz de calmarse por sí mismo después de unos minutos, abrázale. Necesita tu ayuda física con todo tu cariño para ser capaz de calmarse a sí mismo. No lo sostengas demasiado fuerte, pero tampoco le dejes marcharse. Puedes hablarle en voz bajita o simplemente abrazarle en silencio.

Cuando le abraces necesitará llorar aun un poco más, pero después tus brazos le calmarán y podrás ayudarle a resolver el problema con calma a través de la distracción o la redirección. Es importante que antes de redirigir la situación le hagas comprender sus emociones.

No aumentes el berrinche

También es posible que los niños tengan rabietas no tanto por la frustración si no para manipularte y conseguir que hagas lo que ellos quieren. En este caso, la disciplina es la mejor manera de solucionar el problema. Advierte a tu hijo que debe dejar de comportarse de ese modo o tendrá consecuencias negativas, y si no se detiene tendrás que aplicar las consecuencias negativas advertidas.

Aunque no siempre te des cuenta, tu hijo puede manipularte a través de las rabietas para que hagas lo que quiere, y si alguna vez cedes en mitad de una, la siguiente será aún más fuerte.

La disciplina ante una rabieta manipuladora no es perjudicial

Hay niños que incluso se golpean para llamar la atención de sus padres de cualquier manera. En estos momentos es necesario mantener el control y la calma y ser coherente con la disciplina. Tendrás que asegurarte del mismo modo que tu hijo esté en un lugar seguro, pero no tengas miedo de lo que tu hijo. haga. Escoge un lugar especial de tiempo para que se desahogue pero no le prestes atención a la rabieta ni cedas a sus pretensiones, porque si lo haces solo estarás reforzando esta conducta indeseada.

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