El hipertiroidismo es un trastorno provocado por una disfunción de la glándula tiroides, la cual se encuentra bajo la laringe, produciendo demasiada hormona tiroidea. La función principal de dicha hormona radica en determinar cómo emplea cada célula la energía del cuerpo. Por ello, si se genera en exceso o experimenta una insuficiencia, aparecen trastornos en el organismo como pueden ser el estado de ánimo, el peso y los niveles de energía físicos y mentales.
Debemos saber que durante la gestación se produce un aumento en la producción de hormonas producido por la glándula tiroidea, concretamente entre el 40 y el 100%. De esta manera se cubren las necesidades maternas y fetales, como el aporte de yodo imprescindible para un embarazo sano.
No obstante, han de estudiarse los síntomas que puedan surgir en el periodo de embarazo ya que pueden aparecer bocios (aumento de tamaño de la glándula tiroides), los cuales se exteriorizan justo debajo de la laringe) y a los que debe prestarse la atención necesaria para no presenciar males mayores en la madre y el bebé.
Cambios fisiológicos en el embarazo
Antes de nada, es preciso destacar que todo embarazo conlleva cambios fisiológicos en las hormonas tiroideas. Por ello, no debemos sacar nuestras propias conclusiones y dejar esa tarea al especialista, siendo éste quien nos explique, tras estudiar los resultados de los análisis de sangre y la pertinente analítica, si las presentes alteraciones se deben a una enfermedad o simplemente nos encontramos ante las manifestaciones normales del embarazo. Por esta razón el diagnóstico puede resultar complicado, pues comúnmente se manifiestan ciertos cambios en la gestación que a primera vista parecen normales, pero en realidad nos encontramos ante un caso de hipertiroidismo al que no podemos dar la espalda.
Causas del hipertiroidismo durante la gestación
Si finalmente el médico considera que la patología está haciendo mella en la paciente, la primera incógnita a resolver es la razón que ha provocado su presencia en el organismo de la embarazada.
Las alteraciones en las hormonas tiroideas pueden tener un carácter temporal en el embarazo, lo cual suele deberse a los vómitos matutinos (conocidos como 'hiperemesis gravídica'). Sin embargo, la causa por excelencia es la enfermedad de Graves, que afecta al sistema inmunológico acelerando el funcionamiento de la glándula tiroidea.
Consecuencias para la madre y el bebé
El hipertiroidismo debe tratarse cuanto antes y de la manera adecuada, pues solo de esta manera podrán evitarse males mayores e irreversibles. Y es que debemos tener en cuenta que alrededor del 70% de mujeres a las cuales no se les ha tratado dicha patología ven afectada su fertilidad.
Pero el caso de las mujeres que logran quedarse embarazadas no resulta un camino de rosas, pues es muy probable que den a luz prematuramente, con las consecuencias que esto puede llevar consigo, o una pre-eclampsia (hipertensión) en la madre. Esto iría unido a los síntomas derivados de la enfermedad, como la pérdida del bebé, desprendimiento de la placenta, hemorragia postparto, nerviosismo, palpitaciones, pérdida de peso, cansancio, debilidad muscular e irritación de ojos.
La patología suele acarrear también graves secuelas para el bebé, pues su corazón puede latir más deprisa de lo normal, presentar un tamaño menor en relación a su edad gestacional o sufrir malformaciones congénitas.
Es decir, no solo la gestante sufre las consecuencias de la enfermedad sino que a esto se le suman las alteraciones que el bebé experimenta tanto en el periodo de gestación como después de nacer. Una situación que puede evitarse si se acude de manera temprana al médico para que éste actúe de inmediato y averigüe el método más adecuado para proceder y actuar contra la enfermedad.
Tratamiento
Para que el tratamiento resulte efectivo debe prestarse especial atención a la dosis de los medicamentos, siendo ésta de una pequeña cantidad para no afectar al feto. Y es que el exceso de fármacos antitiroideos durante el embarazo puede desencadenar un nuevo y grave problema para el bebé: el hipotiroidismo. Es decir, nos encontraríamos en el caso contrario, resultando muy complicado producir la cantidad suficiente de la hormona tiroidea. Tan peligroso es el exceso como la insuficiencia de la citada hormona, por lo que en este caso los efectos también se presentan especialmente graves.
Por ello, antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento, si se trata de un caso leve de hipertiroidismo es preferible vigilar con frecuencia tanto la salud del bebé como la de la madre, en lugar de medicar a ésta para así evitar secuelas en ella y el feto que se desarrolla en su interior. No obstante, si finalmente el médico considera que el estado de la patología es lo suficientemente peligroso y por lo tanto requiere de tratamiento, la dosis del mismo será mayor durante el postparto, pues mientras el hipertiroidismo mejora en el último trimestre del embarazo, el postparto se presenta como la etapa más complicada.