Tus hijos necesitan tu amor, tiempo y atención cada día de sus vidas. Como padre o madre es probable que seas la influencia más importante en la vida de tus pequeños. Depende de ti ayudarles a sentirse seguros y a que construyan su confianza. Los hábitos y los rituales que se convierten en una parte regular de la vida familiar tendrán un mayor impacto.
Incluso en los días más ocupados, puedes mostrarle a tu hijo que te preocupas durante las actividades cotidianas ordinarias. Considera las siguientes ideas para integrarte en sus rutinas habituales para que tu hijo se sienta amado y valorado. Recuerda que demostrar tu amor incondicional es algo que debes hacer cada día y te debe salir natural para que se sienta como verdadero.
Presta atención
Escucha activamente a tu hijo cuando quiera hablar contigo. Demuestra que estás escuchándole deteniendo lo que estás haciendo y manteniendo el contacto visual. Comparte tu entusiasmo sobre lo que estáis hablando incluso cuando el tema no te interese mucho. Aunque sea hablar de insectos o de una película que habéis visto cientos de veces.
Si no puedes dejar lo que estás haciendo, avisa a tu hijo y asegúrate de volver a la conversación más tarde durante el día, justo en el momento en que puedas darle toda tu atención.
Muestra tu afecto
Dale a tu hijo abrazos y besos de manera regular mientras te sale del corazón hacerlo. El contacto físico te ayudará a relacionarte mejor con tus hijos. Una mayor autoestima, una mejor comunicación entre padres e hijos y menos problemas psicológicos y de comportamiento están relacionados con la calidez y el afecto entre un padre y su hijo.
Dale elogios desde el corazón
Cuando se trata de alabar a tu hijo, la calidad es más importante que la cantidad. Hazle saber a tu hijo que estás orgulloso de él o ella por hacer un esfuerzo, independientemente del resultado. La clave no es elogiar a tu hijo por todo lo que hace, sino reconocer cuándo hace algo fuera de lo común, o cuándo está trabajando duro para lograr un objetivo.
Pide ayuda
Solicita la ayuda de tu hijo con las tareas domésticas y dale la oportunidad de enseñarle cómo hacer las cosas también. Pídeles que pongan la mesa, saquen la basura o paseen al perro. Dile a tu hijo que aprecias el papel que desempeña para mantener la casa funcionando sin problemas.
Agradécele por explicarle una nueva palabra de su argot o mostrarle cómo usar aplicaciones populares que puede estar usando, como Snapchat.
Ir en coche juntos
Haz que los recados que debes hacer sean más significativos invitando a tu hijo a unirse a ti. Si bien puede llevar un poco más de tiempo completar la lista de tareas pendientes, el tiempo y las conversaciones personales valen la pena.
Crear rituales a la hora de acostarse
El tiempo dedicado a prepararse para dormir es una oportunidad ideal para relajarse y conectar entre padres e hijos. Acurrucarse juntos y compartir los libros favoritos hace que sea el momento más especial del día. Crea historias basadas en tus experiencias de la vida real. Podéis turnaros para compartir algo específico que sucedió ese día y por el cual están agradecidos.
Disfrutad de las comidas familiares
Hay beneficios físicos, mentales y emocionales de tener comidas familiares regulares. Cenar juntos es otra oportunidad para pasar un tiempo ininterrumpido y de calidad en familia. Establece como regla que en las comidas no haya pantallas para que no haya distracciones. Los niños se sienten importantes y valorados cuando sus padres muestran un sincero interés sus días, les hacen preguntas y se interesan por ellos.