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¿A qué edad debe un bebé dormir en su propia habitación?
¿A qué edad debe un bebé dormir en su propia habitación?

DORMIR SOLO

¿A qué edad debe un bebé dormir en su propia habitación?

Llega un momento en el que los hijos deben dormir solo en su propia habitación, pero hay que saber cómo hacerlo para que el proceso sea fácil tanto para los padres como para los hijos.

¿A qué edad debe dormir un bebé en su propia habitación? ¿A qué edad debe dormir un bebé en su propia habitación?

Cuando un bebe duerme en la misma habitación de sus padres, puede hacerlo tanto en una cuna adjunta como en la propia cama de los padres, esta práctica es la que denominamos el colecho. Desde los comienzos de la humanidad esta ha sido la forma en la que hemos dormido, padres e hijos, juntos para proporcionarnos cuidados y protección.

También están las familias que desde el nacimiento del niño, consideran que este debe de dormir en un cuarto separado, un estilo más propio de las teorías modernas relacionadas con el apego entre padres e hijos, y más propias de las culturas occidentales. Tanto si duerme en tu habitación como en un cuarto aparte existen pros y contras y teorías que avalan una opción por encima de otra, por lo que no existe una respuesta clara a que es mejor para el bebé a largo plazo.

Esto atiende más a decisiones personales y tradiciones culturales, lo que importa es establecer una rutina a la hora de dormir, independientemente de si es en tu habitación, como en su cuarto propio. En este sentido, si es cierto que cuanto más tiempo dejes pasar más difícil será establecer el momento de la separación, pues la noche representa para el bebé un alejamiento materno y paterno, aunque este sea de escasos centímetros y alcances a tocar su propia cuna. El bebé con el tiempo se adaptara a cualquiera de las opciones que estiméis oportuna, pero una vez tomada mantenedla, pues lo peor para el pequeño sería variar constantemente entre la cama, la cuna, una habitación propia o vuestro cuarto.

 Llegará el momento el que el bebé, siendo ya un niño, necesitará tener su propio cuarto independiente Llegará el momento el que el bebé, siendo ya un niño, necesitará tener su propio cuarto independiente

Tarde o temprano sea cual sea nuestra decisión llegará el momento el que el bebé, siendo ya un niño, necesitará tener su propio cuarto independiente dentro de la casa. El primer criterio es la preparación del niño para dormir o no solo, por lo que, dentro de las posibilidades se recomienda que la decisión se tome en familia, como algo divertido. El sueño es un proceso evolutivo, por lo que debemos de esperar a que el niño quiera, entienda y comprenda que es dormir solo.

Este fase se verá cuando el niño entienda que en casa, aunque duerma en una habitación diferente, sus padres están en una cama contigua y que eso no entraña ningún peligro. Aunque como decimos el proceso es evolutivo, si tenemos que dar una edad, este acontecimiento se suele dar entre los 3 o 4 años, pudiendo prolongarse hasta los 5 sin que sea ningún problema, más de 5 años ya puede comenzar a resultar perjudicial para el futuro desarrollo del niño, sobre todo en aspectos relacionados con la autonomía y toma de decisiones.

Aparte de la edad, el carácter de nuestro hijo es un factor determinante, aunque pensemos que con 3 años poco o nada sabemos del carácter existen actitudes delatoras. Es por eso que los niños más dependientes, aquellos que agarran más la mano, lloran más en ausencia de los padres, o no se alejan de la vista de los padres, requieren, a diferencia de los independientes unas transiciones más lentas y comedidas para que cambiar de habitación o cuna no suponga un trauma.

El bebé pasará por un fase de transición, cambio y adaptación a esta nueva situación El bebé pasará por un fase de transición, cambio y adaptación a esta nueva situación

Por eso la fase de transición y cambio es fundamental y se debe de abordar con tranquilidad y naturalidad. Eso implica que poco a poco le introduzcas en su nueva cama. Al principio es posible que te tengas que quedar con él hasta que se quede dormido y concilie el sueño. Si ves que existen resistencia por su parte, una técnica recomendada puede ser invitarle a que se tome pequeñas siestas solo en la nueva cama. Otra técnica es hacerle pasar más tiempo en la nueva habitación sin que eso signifique tener que dormir, juega con él en la habitación, léele cuentos en la cama, en definitiva haz que el nuevo entorno de la casa sea cada vez más suyo.

Una vez logres introducir a tu hijo en su nueva habitación dentro de la casa, la historia no termina aquí. Te tendrás que preparar para las pesadillas nocturnas, los sustos por las tormentas o ruidos, la soledad o el insomnio. Esto hará que inevitablemente quiera volver a la cama con nosotros por eso algo que nunca debes de hacer es cerrar con pestillo, ni su puerta ni la tuya, aunque eso conlleve perdida de intimidad, es lo que toca. Nada puede generar más problemas a un niño que, en su intento de alcanzar vuestra cama, por miedo, se tope con una puerta cerrada que no abre.

Ese simple hecho puede tirar por la borda todos los meses de adaptación a su nuevo cuarto. Déjale que entre y si no queda más remedio permítele entrar en tu cama, eso si por un tiempo limitado. Déjale estar unos 15 o 20 minutos con vosotros, hasta que se tranquilice en la cama y luego, con calma y sosiego acompáñale personalmente de nuevo a su cama, tranquilizándolo tanto con tus palabras como con tu presencia.

Dormir con los padres con más de 5 años puede resultar perjudicial para el futuro desarrollo del niño en cuanto a su autonomía y toma de decisiones Dormir con los padres con más de 5 años puede resultar perjudicial para el futuro desarrollo del niño en cuanto a su autonomía y toma de decisiones

Puede que no te quede más remedio que repetir este proceso durante unas cuantas noches, por eso lo que más recomienda los expertos es que en la medida de lo posible las transiciones se lleven a cabo en periodos vacacionales o festivos, en los que tanto tu como tu pareja no os tengáis que preocupar por el trabajo o las horas de sueño y estéis disponibles para ir acomodando a vuestro hijo poco a poco en su nuevo entorno.

Finalmente recuerda que aunque cueste has de ser consecuente y firme, aunque flexible con tus decisiones. Tan negativo es introducir mal a nuestro hijo en su nueva habitación, como sacarlo de su nuevo entorno debido a los llantos o interrupciones nocturnas. En ese caso sentirá que tiene una forma de conseguir volver a nuestra habitación y la explotará al límite.

De ahí que, aparte de todos los consejos ya mencionados, los expertos recomienden utilizar un entorno agradable y confortable en su nueva habitación. Eso implica hacer coparticipe a nuestro hijo de las decisiones que tomemos, pregúntale de que color le gusta la habitación, que juguetes le gustaría tener o por su libro favorito antes de dormir. Hazle sentir que aunque bajo la misma casa, ese es su espacio y que en él se encuentra seguro.

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