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Pesadillas infantiles en el sueño de los niños
Pesadillas infantiles en el sueño de los niños

MIEDO A LA NOCHE

Pesadillas infantiles en el sueño de los niños

Todos hemos tenido alguna vez pesadillas, pero es a los niños a quienes más les afectan. Te enseñamos cómo afrontar las pesadillas y los terrores nocturnos que pueda tener tu hijo.

Los padres no tienen que dormir con el niño cuando tenga pesadillasLos padres no tienen que dormir con el niño cuando tenga pesadillas

¿Has notado que tu bebé se muestra intranquilo durante su sueño y crees que son pesadillas? No te preocupes, los niños tan pequeños no las tienen. Si se agita, o está intranquilo mientras duerme, no es por una pesadilla. Se trata de que su sistema nervioso todavía está algo inmaduro en cuanto al control del sueño y se evidencia con patadas, movimientos de brazos o pequeñas agitaciones del cuerpo.

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Como padres es normal preocuparse, pero al no poder evitar las pesadillas, ya que forman parte del desarrollo de la personalidad del niño y se trata de una forma de acomodación al mundo que le rodea, el mejor consejo sería que el progenitor le apoye, escuche a su hijo activamente al contar la pesadilla y sobre todo estar atentos a las vivencias del niño durante el día: películas no aptas para niños, noticias escabrosas en la TV, presenciar escenas en su entorno poco adecuadas como discusiones o lugares que no son aptos para niños y otros muchos ejemplos similares.

A medida que el niño va creciendo y madurando, van disminuyendo las pesadillas. Suelen ser parte de una etapa de su crecimiento y no todos los niños lo sufren.

En ocasiones si se produce un cambio importante en la vida del niño (el nacimiento de un hermano, un cambio de domicilio o de colegio, la separación de sus padres, la muerte de un familiar cercano y querido...) es probable que dicho cambio produzca un desasosiego en su interior que puede manifestarse a través de la pesadilla nocturna, o bien a través de estrés, agitación, ansiedad, o que notemos que se ha vuelto "más infantil", como si hubiera dado marcha atrás en su crecimiento mental.

Cómo actuar ante un episodio nocturno

Los niños se despiertan llorando y sobresaltadosLos niños se despiertan llorando y sobresaltados
En mitad de la noche si el niño se despierta por culpa de una pesadilla seguramente lo hará llorando y llamará con insistencia a sus padres. Es mejor ir de inmediato y calmarle, que esperar un poco por si deja de llorar por sí solo. Lo más probable es que no lo haga y suceda lo contrario, que se vea desprotegido, a oscuras y solo, escuchando su propia voz, lo que provocará que se angustie más. Tardará en volverse a dormir y le causará más intranquilidad esta situación. Por ello los expertos recomiendan acudir enseguida, calmarle e instarle a que vuelva a dormirse, bajo el arropo de su padre o madre.

Si vemos que está llorando en sueños, es mejor no despertarlo, pero intentar calmarlo a través de caricias y palabras suaves. Al día siguiente se intentará recordar con él qué fue lo que soñó, buscando así el motivo de su preocupación, para hacerle ver que solo fue un sueño y que no tiene por qué tener miedos.

Si las pesadillas son frecuentes y se han repetido varias veces es bueno dejarle dormido con una tenue luz encendida, o abrazado a su peluche favorito. Tomar como rutina un pequeño ritual del irse a la cama que le de confianza y tranquilidad, como leer un cuento sencillo y sin "monstruos", cantar una pequeña canción, o acostar a sus muñecos. Eso le hará olvidar un poco lo que en la cabeza pudiera tener de forma latente, y evitaremos que piense en ello justo antes de quedarse dormido.

Diferencias entre Terrores Nocturnos y Pesadillas

TERRORES NOCTURNOS PESADILLAS
Hora de la noche: Primeras horasÚltimas horas
Capacidad para recordar el sueño: Infrecuente. Es raro que recuerde lo que soñóFrecuente y de forma detallada
Movimiento de brazos, piernas o sudoración: Muy frecuente. Se percibe que está angustiado.Poco frecuente
Si el niño se despierta: Se siente confuso.Está orientado. Narra con detalle el sueño

Los terrores nocturnos suelen padecerlos un 3% de los niños, sobre todo entre los 4 y 12 años, y normalmente desaparecen de forma natural en la adolescencia. Los terrores nocturnos pueden ser producidos por episodios de fiebre, falta de sueño o medicamentos que actúen en el sistema nervioso central.

Qué no es conveniente hacer cuando el niño sufre pesadillas

Tras un episodio de pesadilla nocturna, llevarlos a la cama de los padres es contraproducente, lo mismo que acostarse con ellos en su cama. Lo mejor es mantener la calma y esperar un poco junto al niño hasta que se relaje, luego volver a acostarle tranquilamente como si nada hubiera pasado.

Si el niño llora pero no se ha despertado, no lo hagas tú. Quédate a su lado tranquilamente, esperando a ver si se calma por sí mismo, o aumente el llanto hasta que se despierte y entonces cálmale.

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