Todos los comportamientos conflictivos contienen ansiedad detrás de los comportamientos llenos de ira. Es necesario entender que esta ansiedad es la causante del comportamiento disruptivo y no al revés. Cuando un niño tiene un mal comportamiento no hay que señalar al niño, hay que fijarse qué es lo que ocurre cerca del niño y qué es lo que le hace actuar de esa manera.
En muchas ocasiones el mal comportamiento aparece porque existe una ansiedad no reconocidaLa ansiedad no reconocida
¿Pero qué es lo que ocurre? Puede ser ansiedad por muchas cosas, una ansiedad que causa baja tolerancia a la frustración, miedo, vergüenza... sentimiento que hacen que una persona se sienta atacada en cualquier momento y como animal herido, ataca. Ataca con comportamientos de ira en un intento desesperado para protegerse del dolor emocional, aunque como pescadilla que se muerde la cola... cuanto más comportamiento negativo, más sentimientos de ansiedad.
En muchas ocasiones el mal comportamiento aparece porque existe una ansiedad no reconocida. Un niño que parece ser opositor o agresivo puede estar reaccionando a la ansiedad, ansiedad que puede, dependiendo de su edad, no ser capaz de manejar de manera efectiva, o incluso no reconocer completamente lo que siente. Esto genera rabietas y colapsos emocionales.
La ansiedad enmascarada
La ansiedad puede presentarse en muchas formas diferentes y se muestra como respuestas fisiológicas cuando el cerebro piensa que tiene que escapar de un peligro y que debe dar la fuerza necesaria al cuerpo para poder luchar o huir. Entonces, mientras que algunos niños muestran ansiedad ante situaciones u objetos que provocan miedos, algunos reaccionan con una necesidad intensa de salir de una situación incómoda. Ese comportamiento, que puede ser inmanejable, a menudo se malinterpreta como enfado u oposición.
La ansiedad en muchas ocasiones puede estar enmascarada porque los síntomas pueden parecer otras muchas cosas, sobre todo en niños que no tienen las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos o porque nadie les escucha y no pueden manifestar su ansiedad.
Sintomas habituales
Los síntomas más habituales en los niños con ansiedad son:
- Problemas para dormir
- Ansiedad por separación de sus padres
- Evitar ciertas actividades
- Problemas en la escuela
- Comportamiento irritable
Es necesario tener en cuenta que en ocasiones, la ansiedad se oculta y pasa desapercibida aunque el niño lo padezca continuamente. La ansiedad es una de las causas del comportamiento disruptivo que hace que la enseñanza en el aula sea tan desafiante. El problema es que cuando los niños que están ansiosos se vuelven disruptivos, alejan a los adultos que necesitan para ayudarlos a sentirse seguros. En lugar de aprender a controlar su ansiedad, terminan pasando la mitad del día en el despacho del director con un cuadro de ansiedad aún mayor.
La importancia de las herramientas para controlar la ansiedad
Cuando un maestro es capaz de construir una relación con un niño, para descubrir qué está sucediendo realmente con él, qué está provocando el comportamiento, a menudo puede darle herramientas para manejar la ansiedad y evitar las crisis. Existen estrategias que se les puede enseñar a los niños a usar para calmarse, desde ejercicios de respiración hasta técnicas para distraerse.
Cuando un maestro comprende la ansiedad que subyace a la oposición, en lugar de suponer que el niño está tratando activamente de hacerle sentir mal o incluso de manipularle, cambia su enfoque. El maestro puede unir fuerzas con el niño mismo y el terapeuta escolar, para idear estrategias para prevenir estas situaciones.
La ansiedad se puede confundir con TDAHAnsiedad confundida con TDAH
La ansiedad se puede confundir con TDAH porque el niño no presta atención, hace muchas preguntas, quiere salir mucho de la clase para ir al baño, se mete en problemas... el comportamiento perturba la clase y a los compañeros y puede resultar frustrarte para el profesor.
Las personas tienden a asumir que lo que está sucediendo con este niño es un tipo desatento de TDAH, pero comúnmente es ansiedad. Los niños con TOC, mal etiquetados como desatentos, en realidad no hacen todas esas preguntas porque no están escuchando, sino porque necesitan mucha tranquilidad.
En este sentido, es importante que tanto los maestros como los padres, si ven que un niño está padeciendo ansiedad y que por eso tienen comportamiento disruptivo, le ofrecen la ayuda emocional necesaria para que mejore su comportamiento y su salud emocional en todos los aspectos.