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Qué hacer si tu hijo adolescente no respeta tu autoridad
Qué hacer si tu hijo adolescente no respeta tu autoridad

CRIANZA

Qué hacer si tu hijo adolescente no respeta tu autoridad

En ocasiones los hijos pueden no respetar la autoridad de sus padres, ¿qué se puede hacer al respecto?

Los adolescentes a menudo desobedecen a sus padres porque no quieren someterse a la autoridad parental, quieren mostrar su criterio y pensamiento, en muchas ocasiones aún muy inmaduro. Muchos adolescentes ven la sumisión como algo débil y no quieren renunciar a su creciente deseo de independencia. 

Desafortunadamente para ellos, la desobediencia a menudo resulta en una pérdida de privilegios y conduce a una libertad reducida.  Los padres deben responsabilizar a su adolescente por sus acciones, pero tratar de encontrar soluciones beneficiosas para todos para que el adolescente no se sienta reprimido, frustrado o excesivamente mimado.

Si tu hijo adolescente no para de desobedecerte o no respeta tu autoridad, es importante que comiences a poner cartas sobre la mesa pero sin entrar en una batalla campal que solo os llevaría a distanciaros emocionalmente, y esto, no lo quieres ni tú, ni tu hijo adolescente (aunque a veces parezca que tu hijo adolescente no quiere saber nada de ti).

Los adolescentes a menudo desobedecen a sus padresLos adolescentes a menudo desobedecen a sus padres

Autonomía

Los adolescentes, especialmente los que tienen entre 15 y 18 años, anhelan la autonomía, por lo que a menudo se niegan a obedecer la autoridad de los padres. Pueden participar en comportamientos riesgosos o tomar malas decisiones porque quieren probar hacer las cosas por sí mismos. 

Aunque la desobediencia es frustrante, los padres deberían permitir gradualmente más independencia mientras esperan que el adolescente tome decisiones apropiadas para su edad. Es recomendable que los padres se mantengan empáticos durante los desacuerdos, mantengan la calma y sean una guía clara sobre las decisiones de sus hijos, sobre todo si son de riesgo o importantes.

Expectativas poco claras

Los adolescentes a menudo ignoran y desobedecen la autoridad de los padres cuando las expectativas no son claras o están mal definidas. Por ejemplo, un padre podría decir: "No me gusta la gente con la que pasas el rato, así que te quiero en casa temprano". Lo que los padres realmente quieren decir es: "Estoy preocupado por tu seguridad, así que quiero asegurarme de que estés en casa antes del anochecer". 

Las reglas claramente definidas, como los toques de queda, los requisitos de tarea, el lenguaje apropiado en el hogar, los límites del teléfono, el uso de Internet y las responsabilidades del hogar ayudan a un adolescente a saber lo que se espera de ellos en cada momento.

Castigos o consecuencias apropiados y no desproporcionados

Los padres a menudo piensan que un estilo estricto de crianza autoritaria hará que un adolescente vuelva a la normalidad. En realidad, los castigos severos a menudo amargan a los adolescentes y hacen que quieran comportarse peor. La crianza demasiado estricta y crítica no crea adolescentes con mejor comportamiento. Niega las interacciones positivas entre padres y adolescentes y daña la capacidad de un adolescente para desarrollar autodisciplina.

Los castigos justos y las consecuencias naturales son mejores formas de responder a la desobediencia de los adolescentes.  Los adolescentes a menudo aprenden de sus errores, y los padres pueden intervenir cuando las consecuencias naturales son peligrosas o destructivas.

Los adolescentes a menudo aprenden de sus erroresLos adolescentes a menudo aprenden de sus errores

Rebelión

Algunos adolescentes desobedecen la autoridad de los padres porque tienen una actitud rebelde.  Un adolescente puede estar en desacuerdo con las prácticas disciplinarias de sus padres o sentir animosidad hacia su educación y responder con desobediencia. Los padres que no son justos o consistentes con sus métodos de crianza pueden hacer que su hijo se sienta enfadado, amargado y decepcionado. Los adolescentes rebeldes no son fáciles de trabajar, por lo que los padres deben caminar ligeramente sin tolerar el comportamiento grosero o inapropiado. Los padres pueden tratar de hablar con sus hijos sobre sus fallas anteriores, reconociendo que tienen razones válidas para sentirse enfadados o frustrados. Los profesionales médicos, los consejeros familiares y los psicólogos también pueden ayudar a padres y adolescentes a superar el proceso de reconciliación.

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