En el mundo moderno en el que vivimos parece que el sacrificio es algo normal para los padres. Las propias necesidades y los deseos quedan apartados a un segundo lugar porque los hijos siempre estarán en el primer puesto en la escala de prioridades. Con esta sociedad impulsiva y de satisfacción inmediata, caemos en el error de sacrificar lo que realmente importa por cosas que en realidad son banales en la vida familiar.
Si quieres ser un padre o madre exitoso, ¿realmente necesitas sacrificarte a ti mismo para poder criar a hijos responsables y crear así un ambiente familiar feliz?
Aprender a sacrificar
Cuando un hombre se convierte en padre o una mujer en madre, aprenden por necesidad a sacrificar cosas como: el sueño, la comodidad o la vida social. Estos sacrificios no suelen ser de corta duración porque se es padre o madre para toda la vida y criar a los hijos es algo que dura muchos años. Muchas cosas que antes de tener hijos eran una prioridad ahora se quedan en segundo plano porque podrían a tu familia lejos de ti o influirían de alguna manera negativamente.
En realidad, cuando un padre o una madre hace estos sacrificios no lo hace de mala gana y de hecho, se da cuenta que no lo echa tanto de menos como pensaba, porque su familia es lo primero en todo momento. Las alegrías que se viven superan cualquier sacrificio que se necesite hacer.
Entonces, cuando te comprometes a sacrificarte por tu familia, ¿a qué tipo de cosas renuncias y qué experimentarás que perderás si no lo sacrificas de manera correcta?
Dinero
Tener hijos es bastante caro: la ropa, pañales, muebles, escuelas, coches más grandes, seguridad vial, comida, juguetes... Pueden hacer que tu cuenta bancaria comience a bajar rápidamente y que tus caprichos se olviden para siempre. Es necesario tener un presupuesto familiar y cuidarlo para evitar que el dinero se convierta en un problema.
quizá antes tenías otros placeres que te costaban dinero, pero ahora eso ya no está disponible para ti. Es posible que hayas tenido que dejar tus clases de yoga para poder apuntar a tu hijo a clases de inglés... ¡pero puedes hacer yoga en casa!
El tiempo
Tener hijos exige tiempo, ¡mucho tiempo! Sobre todo si quieres hacerlo bien. Habrán días en los que después de un largo día de trabajo, tendrás que llegar a casa y hacer la cena, limpiar algo en casa y ser papá o mamá porque tus hijos te necesitan. Cuando se vayan a dormir te irás tú también a la cama porque tus energías estarán bajo mínimos. Te acostarás pensando que no has hecho nada para ti en todo el día.
Tienes que pensar en el valor que tiene el tiempo, porque ahora que tienes hijos, ¡ha cambiado drásticamente! Ya no regalas tu tiempo a cualquiera... Aunque ir a tomar un café con los amigos te va bien de vez en cuando, no es algo que hagas todos los días, ¡porque te recompensa mucho más pasar más tiempo al lado de tus hijos!
Aficiones
El tiempo está relacionado con las aficiones y si no tienes tiempo, las aficiones también se quedan en un segundo plano. Quizá sea más complicado cuando veas que tus amigos siguen realizando esas aficiones sin ti, porque ellos tienen más disponibilidad que tú. En realidad no tienes por qué abandonar lo que te gusta hacer, simplemente tendrás que disminuir la intensidad y la frecuencia, ¡pero es algo que te hace bien y que no debes renunciar!
Amigos
Los nuevos padres a menudo se encuentran orbitando en un mundo diferente al de sus amigos que no tienen hijos. Quizá sea buena idea conectar con otras personas que también sean padres, porque quizá no tengas tanto de que hablar con los que no tienen hijos... quizá debas sacrificar a algunos amigos anteriores que ya no comparten tus intereses y valores, puedes encontrar nuevos amigos que compartan más contigo en tu nueva etapa de la vida.
Aunque notes que tu libertad es menor... ¡merece la pena!