A la hora de formar una familia son muchos los aspectos que deberemos tener en cuenta de antemano. Además del hecho de tener un núcleo familiar estable, de la índole que nosotros encontremos adecuado, deberemos también tener cierta solvencia económica para poder hacer frente a la gran cantidad de gastos que supone tener una familia. Así pues, un bebé necesitará que adquiramos ciertos productos y mobiliario para sus primeros años de vida, que quizás serán más costos de lo que podríamos habernos imaginado previamente. Sin embargo, el hecho de tener a vuestro hijo con vosotros os haga daros cuenta de que todo este esfuerzo, tanto logístico como económico, habrá merecido la pena.
Tener un hijo también implicará que debas dedicarle gran parte de tu tiempo, no solamente durante sus primeros años de vida, sino también en las diferentes etapas de su niñez y su juventud, puesto que querrá pasar tiempo contigo durante vuestros ratos libres, jugando y aprendiendo de ti. De hecho, llegará un punto en el que en el colegio le pedirán hacer tareas y precisará de tu ayuda en algunas ocasiones, por lo que esté será un buen momento para potenciar sus ganas de estudiar y que consiga tener una base sólida de conocimientos que tanto le ayudará de cara al futuro.
Los estudios seguramente serán uno de los aspectos que más quieras cuidar en la vida de tu hijo. Por eso, escoger una buena escuela no será tan fácil como podrías haberte imaginado a simple vista. Además, en la actualidad existen diversos métodos de educación, por lo que si no llegó a complacerte del todo la educación convencional en la mayoría de escuelas, quizás sea un buen momento para descubrir otros métodos y ver si realmente este se adapta a la idea que tienes tú de educación y si crees que será más beneficioso para tu hijo.
Cada niño tiene un ritmo de aprendizaje diferente y unas habilidades más desarrolladas que otrasCada niño tiene un ritmo de aprendizaje diferente y unas habilidades más desarrolladas que otras. Así pues, a la hora de escoger el método de educación que creas más conveniente para el bien de tu hijo deberás tener en cuenta que a él o a ella también pueda gustarles y que vayan a sacarle el máximo provecho. Quizás a ti te parezca el más adecuado, según la educación que tú tuviste o con las habilidades de aprendizaje que tú tienes, pero debes tener en cuenta que los tiempos cambian y que las habilidades que se precian en la actualidad son distintas, así como los métodos e instrumentos que pueden utilizarse en el aula, pensados también para un mercado laboral que será distinto cuando nuestros hijos sean mayores.
Uno de los métodos educativos más famosos en el mundo es el método Montessori. Este método fue diseñado por la doctora y maestra italiana María Montessori, quien lo creó pensando en los niños pobres que se encontraban en un hospital en Roma. No obstante, fue tan exitoso este método que después de su creación, a principios del siglo XX, fue extendiéndose por las diversas escuelas del país, hasta que en la actualidad se utiliza en escuelas de todo el mundo.
Descubre qué es el método Montessori y cuáles son sus principios educativos, tanto si quieres apuntar a tus hijos a estudiar en una escuela que utilice estos métodos o bien si quieres intentar implantarlo en casa, con tal de potenciar sus ganas de aprender y mejorar notablemente su aprendizaje.
En qué consiste el método Montessori
Este método es muy popular y se cree que beneficioso para el aprendizaje de los niños. Desde pequeños se les deja interactuar con los objetos que se encuentran en el aula, correctamente diseñada y ordenada de modo que todos los objetos que allí se encuentran sean estimulantes y puedan despertar su curiosidad y ganas de aprender. Así pues, los niños escogen qué libro u objeto quieren observar y, a partir de ahí, pueden empezar a estudiar o a conocer mejor lo que ellos deseen.
De este modo, los niños están aprendiendo con mayor libertad, sin una imposición estricta, por lo que se sienten totalmente motivados a aprender más sobre aquello que realmente les gusta, puesto que ha sido su propia elección interaccionar con este elemento, previamente colocado y estudiado en el aula, y poder conocer más sobre el mismo. Esta propia voluntad hará que sea el mismo niño el que tenga curiosidad por aprender y no se sienta obligado a estudiar algo que él o ella misma no ha escogido.
La figura del adulto, ya bien sea el padre o el docente, es clave en el método MontessoriLa figura del adulto, ya bien sea el padre o el docente, es clave en el método Montessori, porque se encontrarán presentes en el aula en todo momento para poder guiar al niño, en cuanto lo precise, o aportar esos conocimientos que necesite saber, en el caso de que necesite otros materiales o tenga preguntas sobre lo que está intentando descubrir o aprender. Pero el adulto no intenta imponer sus ideas o lo que cree que es mejor para el niño, sino que simplemente le guía hacia los materiales preparados que pueden ayudarle, sin dejar que sea el propio niño el que tenga la voluntad de acercarse a ellos, para poder aprender y descubrirlos por sí mismo.
A medida que el niño va creciendo el método Montessori se adapta a él, por lo que se organiza en lenguaje, matemática, vida práctica y espacio sensorial. Dentro de estos cuatro campos encontraríamos algunas de las asignaturas que se enseñan en el resto de escuelas, como la literatura, la geometría o la química, pero este método también incluye otras asignaturas muy importantes para el conocimiento y el día a día de tu hijo, como pueden serlo la botánica, la meteorología, la cultura en general o incluso el origen de los números.
Por lo tanto, los niños que estudian bajo el método Montessori tienen cierta libertad a la hora de moverse por el aula y de escoger algunos de los materiales con los cuales van a trabajar, sobre todo hasta los seis años de edad. Estos materiales han estado previamente estudiados y colocados en la clase, por lo que no están puestos ahí al azar y tienen una finalidad muy concreta a la hora de ayudar a estimular la creatividad y el pensamiento del niño, lo que es clave para un buen aprendizaje. Es decir, tienen mayor libertad a la hora de escoger qué quieren conocer, pero al fin y al cabo no dejan de estar en una escuela y de aprender, de ahí la figura del docente siempre presente y pendiente de los niños para servirles de guía y de apoyo, pero nunca para condicionar su pensamiento o elección.
Si te interesa este método no dudes en informarte mejor y decidir si realmente sería adecuado para el aprendizaje de tus hijos.