Cada vez son más los expertos que están de acuerdo en que criar a los hijos sin ningún tipo de estereotipo de género que les pueda influenciar en su futuro, dicen que esto es bueno para su mente en desarrollo. Pero, ¿qué significa esto realmente? ¿Es bueno para tu hijo o puede tener connotaciones negativas en su desarrollo?
Cada vez son más las personas que quieren criar a sus hijos en una crianza neutral, es decir, en una educación sin género donde tienen como perspectiva un género neutral. Muchos de nosotros ni siquiera somos conscientes de los mensajes que recibimos desde el momento en que nacemos sobre quiénes deberíamos o no deberíamos basarnos simplemente en el sexo que nos asignaron al nacer . La crianza neutral de género está tratando de cambiar todo eso.
Hay diferentes tipos de niveles en la crianza sin género, y normalmente son los padres quienes lo escogenLa educación sin género
Hay diferentes tipos de niveles en la crianza sin género, y normalmente son los padres quienes lo escogen. En un extremo podemos encontrar a padres que no revelan el sexo de su hijo a nadie y en otro extremo, a padres que simplemente quieren que sus hijos jueguen y participen en actividades de 'niños' y 'niñas' o que escojan su propio estilo de vestimenta, acorde a cómo se sientan más cómodos.
Pero no es tan fácil educar sin género puesto que son muchos los padres que piensan que si lo hacen, sus hijos serían víctimas de burlas en la escuela por no 'corresponder' con un género concreto. Piensan que esto podría causarle más problemas que beneficios.
En la sociedad en la que vivimos, sin darnos cuenta se sigue teniendo una actitud muy sexista. Incluso en el momento de escoger carreras profesionales siguen habiendo más hombres en deportivas y técnicas y mujeres en artes y cuidados. Lo mismo ocurre en las actividades extraescolares escogidas por los niños y las niñas; los niños prefieren deportes de contacto como fútbol o baloncesto y las niñas gimnasia rítmica o patinaje. Pero la buena noticia es que hay avances en la igualdad de género ya que cada vez hay más niñas que escogen actividades extraescolares por iniciativa propia como el futbol y niños como música o pintura.
La educación con género neutro
La educación sin género, por tanto, es una nueva forma de educar a los hijos sin que el sexo que tienen al nacer les influya en su día a día. Esto quiere decir que pueden escoger juguetes para jugar ya sean coches o muñecas, por ejemplo. Lo mismo ocurría para las actividades a realizar o la ropa que se ponga, el género no debería influenciar en esas decisiones. Es la necesidad de evitar los estereotipos asociados al género y que los niños tengan su propia personalidad sin que esto les influya, sin etiquetarles de ninguna forma.
En la sociedad actual, los padres actúan en la educación de sus hijos teniendo en cuenta su género, normalmente sin que se den cuenta. Se pensaba que esto es debido a que niños y niñas (hombres y mujeres) tienen una diferencia cerebral pero en realidad existen estudios que afirman que tanto niñas como niños muestran el mismo interés por sus progenitores o por las actividades a realizar, promovidos por su personalidad y no tanto por el género. Si se dejan influenciar en actividades por género normalmente es por un tema más social. Sin darnos cuenta la sociedad potencia que las niñas sean más sociables y que los niños sean más físicos.
En la sociedad actual, los padres actúan en la educación de sus hijos teniendo en cuenta su géneroPero hay otra cara en esta moneda, y es que también hay expertos que consideran que educar a los niños y niñas sin género puede confundirles. Según algunos expertos, los seres humanos nacemos con cerebros diferentes si es niño o niña, y por esto los niños se inclinan hacia una serie de juegos en concreto y las niñas hacia otro, o que por ejemplo, las niñas desarrollen el lenguaje antes que los niños. Con esto quieren decir que educar sin género a los niños podría causarles problemas de personalidad y desarrollo en el futuro, generándoles confusión.
En este sentido, lo que realmente importa es educar a los hijos teniendo en cuenta su personalidad y su idiosincrasia, sin etiquetas y sin tratarles diferentes por su sexo. Simplemente potenciando la igualdad de sexos y permitiendo que escojan las cosas acorde a su personalidad, sin forzar una cosa u otra.