La atención y aprobación de adultos se encuentran entre las recompensas más fuertes para los niños, ellos lo reclaman y lo necesitan para sentirse queridos y emocionalmente estables. Pero la realidad es que los padres no suelen utilizar esto de forma correcta, y entonces es cuando se crean los comportamientos conflictivos o la inestabilidad emocional. Hay tres tipos de atención:
-Atención positiva
-Atención negativa
-No prestar atención
Atención positiva
Cuando un padre o una madre le da atención y aprobación a los hijos, éstos se pueden comportar correctamente porque están recibiendo una atención positiva. La atención positiva significa que se elogia a los niños cuando están teniendo un comportamiento adecuado. Los padres se centran en el comportamiento adecuado y esta atención se transforma en palabras de elogio, abrazos o cariño hacia el pequeño. La atención positiva siempre alienta el buen comportamiento.
La atención positiva significa que se elogia a los niños cuando están teniendo un comportamiento adecuadoAtención negativa
La atención negativa es la más utilizada de forma incorrecta por los madres. Cuando un padre o una madre presta atención a sus hijos tras una mala conducta estaría potenciando la atención negativa. Esto sucede cuando te enfadas por culpa de un mal comportamiento. Para los niños esto no es un castigo, es una recompensa porque está llamando tu atención, aunque sea de una mala forma. Esto hará que la mala conducta aumenta.
La atención negativa les enseña a los niños cómo manipular y salirse con la suya. Ellos aprenden a cómo controlarte. La atención negativa les enseña a los niños cómo burlarse, molestar y hacer daño, a ser irritables y a exasperar a los demás.
No prestar atención
Muchos padres optan, también de forma equivocada a no prestar atención ni positiva ni negativa cuando hay una mala conducta, con el deseo de que la mala conducta cese. Si no reciben atención la querrán de cualquier manera, por lo que la mala conducta puede aumentar hasta sobrepasar los límites.
Es necesario que no prestes atención a las malas conductas y sí al buen comportamiento y que cuando tu hijo tenga un buen comportamiento, le elogies por ello y reflexionéis juntos sobre el mal comportamiento. Ignorar por completo el mal comportamiento no servirá de nada, porque el niño pensara que si no se habla ni se reflexiona y se evita o se evade, entonces está permitido.
Cómo ignorar
Cuando ignoras las malas conductas, no estás prestando atención. Debido a que la atención es gratificante para los niños, retener la atención puede ser una consecuencia efectiva.
Retener la atención puede debilitar una mala conducta. Cuando tu hijo se comporta mal para llamar tu atención, ignora la mala conducta para después, cuando cese, reflexionar sobre la misma. Ignora las demandas inapropiadas de atención de tu hijo, pero avísale de que no le harás caso mientras tenga ese mal comportamiento. Así debilitarás esas demandas y extinguirás la mala conducta.
Algunos padres encuentran esto difícil de creer, ellos piensan que si un niño se comporta mal, debe ser castigado, los castigos no educan, las consecuencias sí. Cuando ignoras sistemáticamente, le enseñarás a tu hijo que estas malas conductas no se pagan con atención. Los berrinches necesitan una audiencia, si la audiencia simplemente no hace caso, entonces no tendrán sentido las rabietas. Es muy importante que también le ayudes a redirigirse y que entienda su estado emocional. Poner nombres a las emociones es crucial para que los niños entiendan por qué se sienten así y podáis buscar una solución para que en el futuro no se repitan estos comportamiento. Los niños necesitan aprender formas apropiadas de llamar la atención.
Cuando ignoras sistemáticamente, le enseñarás a tu hijo que estas malas conductas no se pagan con atenciónCuándo ignorar
Ignorar no significa ignorar el problema. Significa ignorar las demandas de atención negativa. Hay muchas malas conductas que no debes ignorar. Algunas malas conductas deberían tener consecuencias inmediatas. Decidir cuándo ignorar o cuándo aplicar las consecuencias no es fácil, y no hay reglas exactas. Toma tiempo y juicio. Cuando tu hijo se comporte mal para llamar la atención, ya sabes lo que debes hacer.
Si te enfadas, entonces le estás prestando atención y tu hijo aprenderá que así, puede llamar tu atención y repetirá la conducta. No des por hecho el buen comportamiento pero elógialo siempre que lo tengan para reforzarlo correctamente.