Mucha gente piensa en aprender el abecedario, contar y reconocer formas cuando visualiza la educación infantil. Si bien todos estos objetivos son muy importantes para que los niños aprendan, la música y el baile también pueden ser útiles. La incorporación de la música y el movimiento en la educación de la primera infancia puede ayudar a los niños pequeños con el desarrollo, la interacción social y el crecimiento del lenguaje.
Educación temprana
La educación infantil, para niños de 6 años o menos, es el comienzo de la experiencia académica de un estudiante. Este es un momento importante de aprendizaje y desarrollo del cerebro para los niños en preparación para el resto de su educación.
Tocar música y moverse a un ritmo proporciona experiencias estimulantes para niños pequeños y fomenta el aprendizaje en el hogar o en el aula. Los padres y los maestros de la primera infancia pueden incorporar la música y el movimiento en las rutinas diarias. Además, los niños aprenden las rutinas a ritmo de música y movimiento, lo que les hace estar más dispuestos a aprenderlas y a asociar el aprendizaje con la diversión, ¡algo esencial para poder aprender de forma autónoma y con gran motivación hacia los contenidos académicos!
Desarrollo cerebral
El 85% del desarrollo cerebral ocurre cuando el niño alcanza los 3 años. A medida que los niños crecen, necesitan aprender actividades específicas que son importantes para el desarrollo. Por ejemplo, los niños muy pequeños comienzan a moverse y gatear para moverse y, si bien estas actividades son parte del aprendizaje para aprender a andar, también son esenciales para el desarrollo del cerebro.
Además, las actividades con patrones en el hogar o en el aula de preescolar, como aplaudir la música o saltar a tiempo para estimular el ritmo cerebral, estimulan la función cerebral y ayudan al cerebro a organizar pensamientos y comportamientos. En este sentido, en casa no dudes en poner música y que tu hijo/a salte y toque palmas para que de esta manera, su desarrollo comience a ¡volar al ritmo de la música!
Mejora el idioma
El lenguaje tiene su propio tempo; hablar un idioma con fluidez implica pausas regulares, se detiene y comienza en los lugares apropiados. Por ejemplo, la mayoría de las personas no hablan en una diatriba constante de palabras; más bien, insertan pausas entre las frases, usan acentos y aumentan o disminuyen la velocidad general del habla.
La música tiene un ritmo y la enseñanza de canciones para niños pequeños que tienen ritmos, o aprender a marchar a tiempo para lograr una melodía puede ayudar a los estudiantes a aprender el ritmo de hablar y mejorar sus habilidades de comunicación.
Los tipos
Varios tipos diferentes de música y actividades de movimiento pueden incorporarse a la educación infantil. Enseñar canciones, como el abecedario, o "Si estás contento y lo sabes aplaude" mientras aplaudas o tocas, puedes enseñar ritmo y cadencia mientras aprendes nuevas palabras.
Las canciones que involucran acción y gestos manuales que siguen a la música les enseñan a los niños no solo el significado de algunas palabras nuevas, sino también a moverse y cantar al mismo tiempo. Otros tipos de actividades para usar en el aula pueden ser bailar con serpentinas o bufandas, tocar pequeños instrumentos musicales, cantar canciones en círculos, cantar mientras se limpia, marchar al ritmo o imitar animales. Esto no solo puede ser beneficioso académicamente, sino que también mantiene a los niños en movimiento, lo que es bueno para sus pequeños cuerpos.
En casa, si quieres que tus hijos se diviertan, implanta en vuestras rutinas "la hora de la música y el baile", y destina unos minutos del día a bailar y moveros al ritmo de la música. Los niños lo pasarán en grande y además vuestro vínculo afectivo se verá ampliamente reforzado.