Aunque no debería hacer falta mencionar que en un hogar las tareas domésticas es cosas de todos, sí es necesario recordarlo porque a veces se olvida. Tanto la pareja como los hijos deben tener su papel dentro de las tareas domésticas, teniendo en cuenta el tiempo y la disponibilidad de cada uno... Una vez tenido esto en cuenta, se puede asignar una o varias tareas diarias a cada uno (teniendo presente también las capacidades).
Es una pareja las diferencias en las tareas domésticas pueden ser notables, cuando por ejemplo a uno no le importa tener polvo en la mesa durante una semana y a la otra parte de la pareja, no puede aguantar ver una mota de polvo. Cuando hay niños en casa la cosa se puede complicar un poco más. Pelear por las tareas domésticas es una cuestión sinsentido porque es algo que se debe hacer y punto... Aunque hay hogares en que esta discusión parece aparecer una y otra vez.
En la actualidad, aún quedan muchos hogares donde las tareas domésticas recaen sobre la mujer o sobre la persona que se queda más tiempo en casa. Sin embargo, cuando la pareja trabaja a tiempo completo, ambos deben completar las tareas y si los hijos tienen la edad suficiente, ellos también deben colaborar cuando el tiempo que disponen se lo permite.
En una pareja las diferencias en las tareas domésticas pueden ser notablesErrores sobre las tareas domésticas
Compartir las tareas domésticas es justo pero si tu pareja o tus hijos no colaboran para mantener la casa limpia, entonces es posible que estés cometiendo algunos errores que se deben solventar desde ya. Por eso es primordial mantener el equilibrio para hacer las tareas domésticas. No te pierdas estos errores comunes que pueden estar ocurriendo en tu hogar.
¿Pides que colaboren?
En este punto no se trata de pedir ayuda porque no te tiene que ayudar nadie en nada... Se trata de que sepan cuál es su responsabilidad en cada momento en lo que se refiere a las tareas del hogar. Así que nunca pidas ayuda en casa porque si no pensarán que son tu responsabilidad y no la suya. Dile a tu pareja o a tus hijos lo que tiene que hacer, porque le corresponde hacerlo.
Una idea es por ejemplo, que los sábados sean los días de limpieza general de casa y TODOS deberán colaborar asignando unas tareas en concreto para cada uno. Las tareas se pueden ir rotando para que todos sepan hacer las cosas del hogar.
Las tareas se pueden ir rotando para que todos sepan hacer las cosas del hogar¿Cómo vais de comunicación?
Es imprescindible ser específico ante las demandas que se tienen para poder expresar las expectativas sobre la limpieza del hogar. La comunicación implica hablar pero también escuchar las preferencias de cada uno. Siéntate a hablar con tu pareja y tus hijos de forma calmada para poder crear unas normas de limpieza acorde para todos.
Cuidado con la inflexibilidad o el control
Quizá pienses que la buena manera de hacer las cosas es cómo tú las haces... Si esto te ocurre es posible que acabes realizando tú todas las tareas de los demás, ¡basta de tanto control! Si lo haces tanto tus hijos como tu pareja no harán nada porque pensarán que ¿para qué lo van a hacer si después irás tú a hacerlo de nuevo? Es posible que debas aceptar las imperfecciones de cómo se hace la cama, de cómo otros cargan el lavavajillas o la comida que ha hecho tu hijo adulto. Ten confianza en sus habilidades porque las tuyas no son las perfectas siempre.
¿Regañas?
Si regañas de cómo otros hacen las cosas de casa solo sentirán resentimiento y se pondrán a la defensiva. En lugar de decir lo que hacen mal, debes centrarte en lo que podrían mejorar la próxima vez. Recuerda que los demás no pueden leer tu mente.