Se sabe que la mejor manera en que las familias conectan es hablar durante las comidas y las cenas en la mesa. Lo ideal es comer sin la televisión encendida para poder hablar sobre las cosas que les sucede durante el día y sobre los temas que consideren oportunos. Las sillas vacías en la mesa donde los niños solían sentarse puede ser difícil para los padres, esa falta de conversación diaria y tiempo juntos puede ser doloroso. Si esto te ocurre es importante que intentes comer en lugares diferentes a donde lo solías hacer en familia. Por ejemplo si solíais comer en la cocina intenta comer ahora en el salón.
Éste es un ejemplo de momentos que hay que superar cuando los hijos ya no viven en casa... Pero hay otros muchos momentos que es necesario enfrentarse para que de esta manera, puedas vivir el nido vacío de la forma más positiva posible.
Hacer la compra
La factura de la compra se reducirá considerablemente cuando tus hijos ya no estén en casa. Para muchos padres ir al supermercado puede ser un momento complicado porque no tendrán que comprar los productos que compraban habitualmente cuando estaban sus hijos en casa y esto, puede causar cierta melancolía que se deberá superar de la mejor manera posible.
Si esto te ocurre y cada vez que vas al supermercado te resulta demasiado complicado, puedes pensar en la opción de que te lleven la compra al domicilio, solo tendrás que comprar online en el supermercado y después que te lleven la compra a casa.
Los dormitorios de los hijos
A pesar de que hayas luchado mucho tiempo con tus hijos adolescentes para que limpiasen sus dormitorios y que lo mantuvieran ordenado... entrar en sus dormitorios y ver que están intactas puede ser desgarrador al principio. Ya no hay montones de ropa, ni tienes que recordarles que debe ser una persona ordenada.
Si entrar en el dormitorio de tus hijos te produce dolor puedes cerrar la puerta o cambiar la forma en que usas la habitación. Puedes darle otro uso aunque mantengas un espacio para que duerma en caso de que quiera hacerte una visita. Reemplaza la cama por un sofá cama, guarda sus cosas para que no ese deterioren y crea un espacio de trabajo o retiro para ti o tu cónyuge. Tu hijo adulto puede estar molesto al principio, pero si vives solo, es hora de que hagas las tareas domésticas de la manera en que necesitas las cosas.
Justo antes de salir de casa
La anticipación del nido vacío puede ser mucho peor que la realidad. Mirar las cajas hechas de la mudanza y el armario de la habitación vacío unos días antes de que tu joven adulto se vaya para siempre, ya sea que vaya a la universidad, mudarse solo o casarse puede ser extremadamente triste y aterrador. Has pasado mucho tiempo siendo una madre para tus hijos, y cuando llega el día en que se embarcan solos para vivir una vida sin ti para presenciar, administrar y disfrutar cada día, puedes sentir cómo que es el final de algo. No es así, es solo el comienzo de una nueva etapa que debes aceptar.
Si esto te ocurre, intenta no llorar y sentirte triste en los últimos instantes de que tu hijo esté en casa. Es mejor planear una cena especial ya sea en casa o en un restaurante. Tu hijo también tiene su propia reacción emocional por el cambio que va a experimentar y necesita tu apoyo.
Justo después de salir de casa
El silencio del hogar sin tus hijos puede ser ensordecedor para ti. Ya no se escucha el movimiento de la vida en tus hijos, ni la televisión, ni su música, ni el subir y bajar las escaleras. Extrañarás el sonido de sus risas, de sus voces... del sonido tranquilizado de la puerta de la entrada cuando se cierra después de una salida nocturna. Solo encontrarás quietud y tranquilidad.
Puede que no sea todo el tiempo, y tendrás momentos de profunda tristeza, pero a medida que te vayas acostumbrando a tu nido vacío, te irá gustando cada vez más.
Si esto te ocurre, planifica una salida de fin de semana para cambiar de escenario y tener tiempo para relajarte y volver a conectar con tu pareja. Este tiempo puede hacer maravillas en tu estado de ánimo y dejar la tristeza y los sentimientos de soledad a un lado. Entre semana también puedes planificar actividades como quedadas para jugar a juegos de mesa o ir a clases de baile. No mires el nido vacío como algo que lamentar, si no como algo a lo que te debes adaptar y disfrutar. Tu joven hijo adulto ha comenzado su nueva etapa y tú deberás seguir estando a su lado, aunque de diferente manera.
Mantén el contacto con tus hijos
Si sientes mucha tristeza por el nido vacío es importante que mantengas el contacto con tus hijos. Dejándoles espacio suficiente para que se desarrollen pero que sientas que no has perdido el contacto con ellos del todo. No importa si se han ido a vivir a 5 o a 500 kilómetros de distancia... porque con las nuevas tecnologías sentirse cerca es cada vez más fácil.
En este sentido, podéis programar una llamada al día o cada dos días para poneros al día. Podéis buscar un día a la semana para comer juntos o si está muy lejos visitaros una vez al mes. Es imprescindible que el contacto familiar no se pierda porque aunque no siga viviendo bajo tu techo y haya volado para comenzar una nueva etapa, seguís siendo familia y ese vínculo se debe cuidar y fortalecer pase el tiempo que pase y sobre todo, independientemente de las circunstancias de la vida.
Tus hijos deben tener su vida independiente para convertirse en personas de éxito, y aunque ya no te necesiten ni dependan de ti directamente, la relación entre padres e hijos sí que es imprescindible cuidarla porque a nivel emocional, vuestro vínculo no se debe romper. No te sientas mal por llamar a tus hijos, a ellos les gustará saber que estás pensando en ellos.