Aunque no te parezca muy importante, la verdad es que la dieta que sigue el bebé durante su primer año de vida es realmente importante ya que puede marcar los hábitos alimentarios que seguirá con el paso de los años y en un futuro cuando sea adulto. Es por ello que la mayoría de pediatras desaconsejan el incluir aditivos en los alimentos infantiles sobre todo en lo relativo a la sal y al azúcar durante al menos el primer año de vida del bebé.
Con el paso de los años la cantidad de sal y de azúcar debe ser la justa ya que en exceso como seguramente sabes, no son nada saludables para el organismo. Acto seguido te damos cinco razones por las que los bebés no deben tomar ni sal ni azúcar en sus comidas y hacerlo de una manera totalmente natural.
Modifican el sabor natural de la comida
Tanto la sal como el azúcar son potenciadores de sabor por lo que suelen alterar el sabor natural de los propios alimentos. Es aconsejable que el bebé pueda saborear durante sus primeros meses de vida el sabor natural de los alimentos que ingiere. Si le añades sal o azúcar a las comidas, a largo plazo el bebé se acostumbrará al sabor de la comida con aditivos y no sabrá percibir los sabores naturales.
Favorece la diabetes
Está demostrado desde el punto de vista científico que el tomar azúcar desde pequeño favorece el desarrollo de una enfermedad como la diabetes de tipo 2. Es por ello que es preferible el evitar darle azúcar a tu bebé desde que es muy pequeño ya que de esta manera tiene muchas menos posibilidades de desarrollar en un futuro una diabetes., una enfermedad por desgracia muy habitual entre los menores.
Dañan los riñones
Una de las funciones de los riñones es la de filtrar el exceso de sodio del cuerpo. El sodio se encuentra en la sal por lo que un exceso de la misma puede provocar serios problemas en la buena salud de los riñones. El bebé tiene un sistema renal inmaduro ya que se tiene que formar por lo que si hay sal en la comida, sus riñones tienen que trabajar mucho más y pueden sufrir algún tipo de daño. A largo plazo este hecho puede provocar ciertos problemas en el sistema renal del propio pequeño.
Muchas posibilidades de sufrir hipertensión
El exceso de sodio en la sangre puede provocar que una persona pueda llegar a sufrir hipertensión. Es por ello que si se introduce la sal en la dieta del bebé, éste tiene muchas posibilidades de padecer hipertensión con el paso de los años. Se ha podido demostrar que muchas personas adultas son hipertensas debido a que de pequeñas han tomado comidas con demasiada sal.
Pueden sufrir obesidad o sobrepeso
Está demostrado que el consumo de azúcar en la infancia puede llegar a provocar ciertos problemas relacionados con el peso. Aparte del azúcar, la propia sal puede incrementar las posibilidades de padecer en un futuro sobrepeso. Ello se debe a que la sal incrementa tanto El apetito como la sed y ello conlleva un aumento importante de la retención de líquidos en el cuerpo. Para evitar esto, los nutricionistas desaconsejan el incluir tanto la sal como el azúcar en la dieta del bebé.
Como has podido comprobar son muchos los problemas de salud que puede acarrear el introducir sal y azúcar en la alimentación del bebé. Aunque se tratan de problemas de salud a largo plazo es bueno prevenirlos a tiempo. No dudes por tanto el elaborar la comida del bebé sin nada de aditivos y que de esta manera pueda saborear los diferentes alimentos de una forma totalmente natural.