Si durante el proceso de gestación, un bebé crece de una manera menor de la que debería, es muy probable que el pequeño sufra lo que se conoce con el nombre de crecimiento intrauterino retardado (CIR). Esto se da en un 7 y 8 por ciento de los embarazos y se debe a ciertos problemas con la placenta aunque también se puede deber a otro tipo de causas. Los padres se suelen enterar de ello a través de una ecografía y suelen surgir muchas dudas acerca del estado y salud del pequeño.
Causas del CIR
Las causas por las que una mujer embarazada puede sufrir este problema en el crecimiento de su bebé son las siguientes:
- Una primera causa estaría relacionada con la madre en sí. De esta manera el consumo de alcohol, de tabaco, de drogas o una mala nutrición pueden provocar que el crecimiento del bebé se vea afectado seriamente. Hay ciertas enfermedades como la diabetes o la preeclampsia que también pueden ser la causa del CIR.
- Una segunda causa se debería a ciertos problemas en la placenta.
- La última causa se podría deber a problemas en el bebé como es el caso de ciertas alteraciones a nivel genético o infecciones varias.
Diagnóstico del CIR
Gracias a la ecografía, los profesionales pueden observar en todo momento que el bebé crece de una manera normal dentro del útero de la madre. La citada ecografía también es importante a la hora de observar la cantidad de líquido amniótico y los movimientos que realiza el bebé dentro del útero. Ello es importante ya que los pequeños que padecen de CIR, presentan menos cantidad de líquido amniótico además de no realizar los movimientos normales en un feto.
En el caso de que se pueda observar que el bebé tiene ciertos problemas con el crecimiento, hay que hacerle un seguimiento en todo momento para vigilar que todo va bien. El CIR se suele detectar a partir de la semana 30.
Cómo actuar ante el CIR
En el caso de detectar un crecimiento intrauterino retardado no hace falta el provocar el parto. Lo que se debe hacer en todo momento es el vigilarlo con el fin de que el feto no sufra ningún tipo de complicación durante la última parte del embarazo.
Si se observara algún problema en la placenta, habría que provocar el parto. Lo que debe quedar claro, que ante un diagnóstico de tal problema, la madre no puede hacer nada para que el crecimiento del bebé sea el más óptimo posible.
Desarrollo posterior de un bebé con CIR
Una vez que el bebé nace con CIR, el desarrollo del pequeño va a depender de diversos factores como la causa que dio lugar al tal retraso en el crecimiento, el momento de la gestación en el que se produjo tal problema y la nutrición que reciba el pequeño.
Los datos señalan que un bebé con CIR es más proclive a sufrir diferentes tipos de enfermedades a largo plazo como la diabetes o afecciones renales. El sistema psicomotor también se puede ver afectado en relación con otros bebés que nacen con un estado de salud óptimo. El pediatra debe realizar en todo momento, un seguimiento del pequeño para evitar posibles problemas de salud que pudiera sufrir a causa del citado CIR.
En definitiva, el CIR afecta a un tanto por ciento pequeño de los recién nacidos, sin embargo es importante el poder diagnosticarlo a tiempo. Es por ello que es esencial que la madre deje de lado ciertos hábitos poco saludables ya que pueden terminar por afectar de una manera negativa al desarrollo normal del bebé. La ecografía también es clave y esencial a la hora de detectar a tiempo dicho retardo en el crecimiento del pequeño.