Durante el embarazo es normal que se cojan de unos 10 a 15 kilos, aunque va a depender mucho de cada mujer. Lo importante es el seguir una dieta saludable que permita al feto desarrollarse sin problemas. Sin embargo hay mujeres que se obsesionan con el peso, hasta tal punto de sufrir la llamada pregorexia o anorexia del embarazo.
La mujer que sufre tal trastorno solo se preocupa de no comer, descuidando la alimentación y poniendo en serio riesgo la salud del bebé que lleva en su interior. Se trata de un problema bastante serio influenciado por el culto al cuerpo y por el miedo a coger unos kilos de más. En el siguiente artículo te hablamos de los peligros que supone el sufrir pregorexia durante el embarazo.
El peligro de la pregorexia
La pregorexia no es algo que afecte a un tanto por ciento bajo de las mujeres embarazadas. Cada vez son más las que modifican su dieta con el fin de coger los menos kilos posibles durante el proceso de gestación. Se considera que un 30% de las embarazadas se preocupan por su figura y tienen miedo a coger unos kilos de más.
Hacer dieta durante el embarazo no es para nada aconsejable ya que el cuerpo puede entrar en la llamada fase cetogénica. El organismo no es capaz de quemar nada de grasa y tiene que acudir a las reservas que hay. A partiry va de ello se crean los cuerpos cetónicos, que pueden llegar al feto y dañar el propio desarrollo del mismo.
No cabe duda que la alimentación es clave para cualquier embarazada. Durante dicho proceso, la mujer debe comer tanto para ella como para el propio feto. Al ingerir el doble de calorías es normal que el peso vaya aumentando. Es por ello que no es nada bueno el comer poco y mal, ya que el feto no recibe los nutrientes necesarios para desarrollarse de una manera adecuada.
Los expertos advierten que es esencial el olvidarse del cuerpo y seguir una dieta saludable a la vez que equilibrada, que evite que el feto sufra problemas desde el punto de vista de su salud.
Consecuencias de la pregorexia
El sufrir pregorexia durante puede acarrear graves problemas de salud tanto para la embarazada como para el propio feto. En el caso de la madre, el llevar una dieta pobre y desequilibrada puede provocar que sufra anemia. A parte de ello, puede llegar a sufrir otros problemas de salud bastante serios y graves como una descalificación en los huesos o la caída del cabello.
En el caso del feto, las consecuencias para la salud del mismo son bastante importantes. La falta de vitaminas y de otro tipo de nutrientes puede hacer que el feto desarrolle diferentes afecciones relativas a la espina bífida. Por si esto no fuera poco, aumenta el riesgo de sufrir un aborto.
Con el paso de los meses, si la madre sigue comiendo menos de lo aconsejado puede llegar a sufrir un parto prematuro y provocar serias secuelas en el feto como es el caso de una parálisis cerebral o ciertas malformaciones en los huesos. En los casos más extremos, el feto puede llegar a sufrir la muerte dentro del útero.
En definitiva, la alimentación es clave durante cualquier embarazo. El feto debe recibir todos los nutrientes posibles para que se pueda desarrollar sin problema alguno. Es normal por tanto que cualquier embarazada al final del embarazo haya engordado unos cuantos kilos de más. La pregorexia es algo muy grave que se debe tratar con la mayor celeridad posible, ya que de lo contrario puede provocar serios problemas de salud tanto para la madre como para el propio feto.