Tener por fin a nuestro bebé en casa es uno de los momentos más bonitos e importantes de la vida de unos padres, pero muchas veces su cuidado genera muchas dudas especialmente cuando se trata del primer hijo.
En este artículo os vamos a comentar algunos errores muy comunes que solemos cometer durante las primeras semanas del bebé, en las que aun lo estamos conociendo y cogiendo experiencia minuto a minuto.
Estos son esos fallos que podemos cometer y cómo poder solventarlos.
1. Dejar que el bebé duerma toda la noche
Algunos bebes recién nacidos son muy dormilones y no se despiertan solos para comer. Suele ocurrir con aquellos que son prematuros. Si el pequeño no se despierta por sí mismo, los pediatras recomiendan despertarlo cada 2 o 3 horas para alimentarlo tanto durante el día como durante la noche.
2. Querer establecer rápidamente una rutina
Los bebes recién nacidos son impredecibles. Nada de pretender planear un día con un pequeño que acaba de nacer. Lo único seguro durante las primeras semanas es que habrá que alimentarlo cada 2 o 3, como mucho 4 horas.
Durante este periodo se debe atender a los bebés 'a demanda'. Es decir, que los horarios los marcan sus necesidades. Verás como él mismo te irá indicando una rutina.
No hay que pretender que el bebé sea sociable lo antes posible3. Ir a sitios con mucha gente
No hay que pretender que el bebé sea sociable lo antes posible, cada uno tendrá sus ritmos. Las primeras semanas los bebes recién nacidos necesitan ambientes tranquilos. No silencio absoluto pero si tranquilidad. Además, su sistema inmune aun no está complemente desarrollado por lo que cuanta más gente tenga a su alrededor habrá un mayor riesgo.
Si la necesidad de ir a algunos sitios es por presión social, seguramente a los padres primerizos, agotados por la falta de sueño y las demandas del pequeño tampoco les apetezca asistir a grandes reuniones. Podéis utilizar estos datos como excusa ante compromisos imprevistos.
4. No sacar al bebé de casa
Que el recién nacido necesite tranquilidad no significa quedarse un mes encerrados en casa y recibiendo las mínimas visitas. ¡Para nada! Los pediatras recomiendan los paseos para que el bebé reciba luz solar directa (muy importante para generar diferentes vitaminas) y que los padres se dispersen. Es una forma perfecta de comenzar a disfrutar en familia.
5. No asegurar correctamente el asiento de bebé para el coche
En realidad es una labor a llevar a cabo antes de que llegue el bebé. Hacerse con una silla apropiada y asegurarla bien en el asiento trasero (preferentemente) es importante desde el primero momento. Es frecuente que el primer trayecto en coche de los bebes recién nacidos sea del hospital hasta su hogar.
Como precaución hay que asegurarse que la cabeza del bebé no se incline hacia adelante, pues eso podría restringir la respiración. Por ello el ángulo de instalación correcto de la silla es tan importante. Los pies hacia arriba, con el cuerpo reclinado para que pueda girar la cabeza hacia el lado.
Además, como consejo para situaciones desesperadas, muchos bebés suelen quedarse dormidos en el coche por lo que puede ser una herramienta útil para noches de insomnio.
6. No sacarle los gases correctamente
Un error frecuente para los padres primerizos es no invertir el suficiente tiempo en sacar los gases al bebé. El resultado de no hacerlo bien es que los bebes recién nacidos escupan o vomiten, perdiendo algo de leche o incluso despertar al tiempo en llanto porque se convierten en gases que les dan cólicos intensos.
Frota suavemente o dale unos palmaditas en la espalda mientras lo tienen apoyado contra ti con su barbilla apoyada en el hombro. Es importante que la barriga quede apoyada contra el pecho.
7. No sacarle los gases antes de alimentarlo
La mayoría siempre hemos pensado que solo hay que sacarle los gases después de las comidas. Sin embargo, los pediatras recomiendan que se haga también antes para disminuir la frecuencia de los vómitos posteriores.
Para bañar al pequeño es importante controlar que la temperatura del agua esté entre 36.5 y 37º8. No controlar las condiciones perfectas para el baño
Es frecuente que en el momento que llega el primer baño nos invada la inseguridad. El bebé es tan pequeño y frágil que a veces cosas que después serán cotidianas nos impresionan.
Para bañar al pequeño es importante controlar que la temperatura del agua esté entre 36.5 y 37º. Ni muy caliente ni muy fría ya que su piel es muy delicada. Otro parámetro que hay que controlar para mantener la temperatura son las corrientes de aire.
No es necesario utilizar productos químicos, lo mejor es bañar a nuestro bebé con jabón neutro evitando el rostro del bebé.
Sujetarlo con firmeza para que no se escurra. El llanto es común, no te agobies por él.
9. Preparar incorrectamente la leche
Son muy comunes los errores a la hora de mezclar la fórmula con el agua, ya sea porque esté demasiado concentrada o diluida. Es importante seguir las medidas que nos indica el fabricante de las leches en polvo para bebes recién nacidos y, en caso de duda, preguntar al pediatra o enfermero pediátrico y que se tome el tiempo de explicarlo.
10. No seguir los instintos
Cuando hay un nuevo bebé es común que familiares más o menos cercanos y amigos se tomen licencias para desde la experiencia propia (o incluso el desconocimiento) dar muchos consejos. Siempre son bienvenidos y nos sacan de más de un apuro pero al final cada pequeño es un mundo.
Haced caso a vuestras sensaciones e instintos a la hora de cuidar del pequeño. A veces es la forma más sencilla de resolver los pequeños contratiempos.
Los consejos son útiles pero, en caso de que estos no sean útiles y no sepáis solucionarlo, es importante acudir a los profesionales como los pediatras y comentar las dudas. Lo más probable es que se trate de cosas con fácil respuesta y los consejos o consultar por internet sin saber dónde mirar puede causar quebraderos de cabeza innecesarios.