Mucha gente desconoce por desgracia el dato, de que los ahogamientos de los niños suponen a día de hoy, uno de los motivos principales de la mortalidad infantil. El dato es realmente aterrador ya que se ha podido demostrar que con una buena vigilancia por parte de los padres, se podría evitar el total de dichas muertes que se producen en verano. Es por ello que es esencial que los padres estén en todo momento vigilando a su hijo pequeño y no le quiten ojo aunque sean segundos.
Un niño puede fallecer por ahogamiento en apenas dos minutos de tiempoPor mínimo que sea el despiste, ello puede suponer el drama de perder a un hijo ahogado ya sea en la piscina o en el mar. Por desgracia y a pesar de las advertencias, durante los inminentes meses de verano que se acercan seguirán ahogándose niños debido a la falta de atención de padres y adultos.
Mayor responsabilidad y atención de los padres
Es bastante común el relajarse con los amigos o con la familia ya sea en la piscina o en la playa. El hecho de tener un niño pequeño y el agua demasiado cerca, no debe permitir que los padres se relajen bajo ningún concepto. Tampoco se debe delegar en otras personas el hecho de vigilar y de cuidar de los peques de la casa. Es una responsabilidad de los padres el estar pendiente en todo momento de lo que hace su hijo pequeño y no quitarle nunca el ojo de encima.
Los niños son responsabilidad de los padres y mientras no sepan nadar y estén cerca de una piscina o de la playa, la vigilancia debe ser total. Sin despiste alguno. Recuerda que aunque pueda parecer poco tiempo, un niño que no sabe nadar y cae al agua, puede ahogarse en apenas un par de minutos. En la gran mayoría de los casos, los ahogamientos de los niños se producen por un despiste de los padres, son unos segundos en los que los pequeños caen al agua y por desgracia no pueden salir a flote.
Cómo es el ahogamiento en un niño
El ahogamiento en un niño tiene dos características principales que los padres deben recordar siempre: por una parte es rápido y por otra es silencioso.
De esta manera, un niño puede fallecer por ahogamiento en apenas dos minutos de tiempo. Es por ello que los padres no deben en ningún momento perder de vista a su hijo pequeño. Un mínimo descuido puede tener fatales consecuencias.
El segundo rasgo a destacar en un ahogamiento es que es totalmente silencioso. El pequeño lucha en todo momento por no hundirse y a causa de ello no puede pedir ayuda. De esta manera, en la gran mayoría de los casos nadie es capaz de escuchar al pequeño gritar porque se está ahogando.
Un niño puede fallecer por ahogamiento en apenas dos minutos de tiempoEn definitiva, la única forma o manera de evitar estos hechos tan trágicos consiste en vigilar todo el tiempo al niño pequeño y no perderle de vista. No se puede ir a la piscina o a la playa con un menor y en determinados momentos no prestarle atención. El peligro siempre va a estar ahí y es por el exceso de confianza o por la falta de responsabilidad de los padres por lo que ocurren los citados ahogamientos.
En el caso de que los adultos se cansen de vigilar a todas horas a los hijos, es preferible sacarlos del agua o alejarlos todo lo posible del peligro. Otro aspecto que deben aprender los padres es el hecho de no vigilar a su hijo si sabe nadar. A pesar de ello, sigue siendo un niño y los padres son responsables en todo momento de que no le ocurra nada y evitar posibles accidentes como es el caso del ahogamiento.