Cuando se tiene un bebé son muchas las nuevas vivencias que se van a tener desde su nacimiento. Seguramente los padres se hayan querido preparar, en la medida de lo posible, ante todos estos nuevos eventos que les puedan suceder, pero a veces, sobre todo en cuanto a la salud del más pequeño, habrá sorpresas, ya que en este ámbito es casi imposible prever qué y cómo va a suceder.
Así pues, es posible que los progenitores tengan en cuenta muchas de las necesidades físicas y psicológicas del bebé y del niño, a medida que vaya creciendo. Pero cada ser humano es distinto, por lo que estas puede que vayan cambiando y evolucionando a lo largo de la vida del hijo.
La salud de los más pequeños
Hay dolencias o enfermedades que son más comunes en la infancia que en la edad adulta, siendo estas populares en muchos niños, ya que su sistema inmunitario no es quizás tan resistente como el de un adulto y sus condiciones físicas no están del todo formadas y preparadas ante las adversidades, como virus o cambios climáticos bruscos, como cuando terminen de crecer.
En determinadas épocas del año es más probable que los niños y los bebés puedan tener ciertas enfermedades o dolencias. En verano, por ejemplo, debido a que su piel no es tan resistente ante el sol o el calor es posible que pueda verse resentida con facilidad. Por esto es esencial mantener a los niños y a los bebés poco rato al sol y siempre con protección solar de la más alta, renovándola todas las veces que sea necesario y poniéndolos a la sombra, con gorras y manteniéndolos hidratados, con tal de que las altas temperaturas y los rayos solares no puedan empeorar su salud.
Hay dolencias o enfermedades que son más comunes en la infancia que en la edad adultaLa miliaria roja. ¿Qué es?
La miliaria roja es una inflamación de las glándulas sudoríparas del bebé o del niño pequeño tras estar expuesto a altas temperaturas o el sudor. Si el pequeño está pasando mucho calor y sudando en exceso, su piel se irritará, estas glándulas sudoríparas se pueden ver bloqueadas, por ejemplo si la espalda del bebé está en contacto constante con la cama y la ropa sin girarse, haciendo que se generen unos pequeños bultitos rojos en la zona afectada.
Si la miliaria roja se presenta de manera superficial, estos granitos pequeños serán del mismo tono de piel que la del niño o el bebé, pero en los casos en los que sea más profunda es cuando presentará el color rojizo que la caracteriza. Es una dolencia muy común entre los más pequeños, por lo que lo más probable es que, sobre todo en épocas de mucho calor, hayas visto a niños y bebés con estos puntitos rojos sobre su piel.
La aparición de estos bultitos hará que el bebé o el niño sientan incomodidad en la zona de la piel afectada. Si la miliaria roja está más avanzada, el picor será todavía más intenso, por lo que es muy probable que el bebé llore con intensidad y que el niño, si ya puede hablar y comunicarse, se queje de que le pica o le rasca una zona concreta, o varias, de su cuerpo, en el caso de que la miliaria roja se le haya podido extender a diferentes superficies de su piel.
Si la miliaria roja está más avanzada, el picor será todavía más intensoCómo evitar y cómo tratar la miliaria roja
La miliaria roja no es una enfermedad contagiosa, por lo que no puede transmitirse de una persona a otra, ni por el aire ni por el contacto. La miliaria roja se produce, porque el sistema inmunitario del bebé y del niño todavía no está del todo formado y es más débil que el de un adulto, lo que hace que su piel no esté preparada todavía para afrontar temperaturas extremas, como el calor.
Además, los niños todavía no son conscientes de cómo regular su temperatura corporal y, en muchas ocasiones, quizás tienen calor y no saben que cambiando de postura o quitándose prendas de ropa podrían evitar esta sudoración en exceso que termina causándoles la miliaria roja.
Así pues, asegúrate de que el bebé y el niño no están expuestos a temperaturas extremas, tanto en invierno como en verano. La miliaria roja también puede aparecer en épocas de más frío, ya que el cambio brusco de temperatura y el encontrarse en una zona con la calefacción muy alta puede hacer que el niño o el bebé suden en exceso. Evita ponerle ropa de materiales sintéticos, no transpirables, y comprueba que no está sudando o si el lugar donde se encuentra tiene la temperatura adecuada.
Finalmente, si ves estos puntitos rojos o simplemente los bultos sobre la piel del bebé o del niño pequeño, si se queja de que le pica alguna parte de la piel o crees que podría tener miliaria roja o cualquier otra dolencia, acude lo antes posible al pediatra para que pueda recetarte el mejor tratamiento. Normalmente para la miliaria roja se recomienda aplicar cremas con efectos refrescantes y calmantes, que ayudarán a que el más pequeño no se rasque, se sienta más aliviado y mantener al bebé y al niño hidratados en todo momento será clave para evitar que la miliaria roja vuelva a repetirse, en la medida de lo posible.