Las discusiones por los deberes son comunes Durante años los padres se acostumbran a decir a sus hijos que su obligación es la de estudiar. Todos sueñan con que lleguen a tener una larga formación académica confiados en que esto suponga que en el futuro podrán tener acceso a trabajar en algo que realmente les gusta, que les dará una mayor estabilidad económica y menos problemas. Sin embargo no siempre los hijos tienen deseos de estudiar y ahí es cuando sus padres tienen auténticos quebraderos de cabeza para encontrar una solución.
Tus hijos tienen que estudiar obligatoriamente hasta secundaria
El mayor de los problemas es cuando los hijos ya están en el instituto y ese periodo de obligatoriedad ya no es tal. ¿Qué hacer entonces? No es fácil atajar la cuestión en el seno de la familia, pero también es cierto que lo habitual es que en años anteriores, incluso estando en el colegio, los estudiantes hayan mostrado sus recelos a mantener su formación durante mucho tiempo. No existe una fórmula por la que conseguir hacer cambiar de opinión a los estudiantes, pero sí una serie de consejos que pueden servir a que recapacite o incluso a que los padres no vean tan mala su decisión.
Analizar el rechazo a seguir estudiando
Lo primero que hay que hacer cuando un hijo plantea a sus padres que no quiere estudiar es hablar con él y tratar de encontrar el verdadero motivo que le ha llevado a tomar esa decisión. De nada vale discutir y amenazar, porque lo único que conseguiremos es posicionarlo en nuestra contra y ofuscarse más en su decisión.
No puedes obligar a que tu hijo estudie en la universidadPodemos darnos cuenta de que el hijo ha pensado el tema y que tiene argumentos de peso para haber tomado esa decisión. Pero en otros casos podemos llegar a la conclusión de que no es así, que en realidad busca una salida rápida al instituto y prepararse a buscar trabajo para conseguir dinero y ser independiente o ayudar en casa.
La crisis puede ser un motivo para dejar los estudios
Especialmente en los últimos años, con la fuerte crisis económica que ha azotado a todo el mundo, es habitual que el hijo piense que el hecho de continuar sus estudios es una carga económica para la familia, especialmente si se plantea acudir a la universidad. Es por ello que creen que su responsabilidad es la de tener un trabajo con el que poder aportar dinero en casa lo antes posible.
El dinero puede ser un problema para continuar estudiando
También puede darse la situación de que la cuestión económica no sea tan mala como creía el menor -la percepción de los hijos no siempre es la misma que la de los padres en temas de dinero- y no sea necesario que abandone los estudios. Entonces se ha de estudiar qué hacer para tomar la mejor de las decisiones.
Pide consejo a profesores, padres u orientadores para conseguir estudiar Pedir consejo y otras opiniones
El abandonar los estudios es un asunto de vital importancia para un joven, ya que puede marcar su futuro. Está más que demostrado que hoy en día la formación es imprescindible para conseguir un trabajo, más aún para tener una carrera profesional. Ese será el principal argumento de los padres para intentar disuadir a su hijo de dejar las clases.
Pero hay que tener en cuenta que esta vida no es un sprint. En función de las circunstancias de cada casa se puede plantear un abandono temporal de los estudios, pero hay que tener en cuenta que para él va a ser difícil retomar después las clases, especialmente si no se le daba bien ya desde el colegio o ha conseguido un trabajo con el que conseguir dinero sin necesidad de mejorar su formación.
Pide ayuda a personas cualificadas para ayudarte en los estudios
Luego está la ayuda profesional. Nos referimos a los profesores del instituto, que pueden evaluar la situación académica y sugerir qué hacer. En este sentido cobra especial importancia la figura del orientador, una persona que conversará con el estudiante y, en función de sus habilidades y deseos de futuro, le puede ayudar a decidir qué hacer.
No desesperes, todo esfuerzo tiene su resultadoReorientar los estudios
Cuando un hijo anuncia a sus padres la intención de abandonar los estudios puede ser porque esté confundido. En los últimos años parecemos predispuestos a que cuando uno acaba el instituto a continuación accede a la universidad, algo que puede parecer arduo y poco estimulante para algunos alumnos. Si es el caso de tu hijo ha llegado el momento de plantear alternativas.
Hoy en día la oferta formativa es enorme y no hay que obligarle a estudiar algo con lo que no se siente cómodo y en lo que acabará por fracasar. Existen módulos de formación y cursos que abarcan una amplia variedad de campos laborales y que le permitirán trabajar en un futuro no demasiado lejano. A buen seguros le resultarán más estimulantes que una carrera y pueden quitarle de la cabeza la idea de abandonar los estudios.
Un tiempo de prueba
Lo ideal es que la decisión de si un joven continúa o no con sus estudios se tome en casa y sea consensuada por toda la familia. En caso de que no sea así se hace necesario que alguna de las dos partes ceda para evitar enfrentamientos.
Un modo de huir de los problemas es adoptar una solución temporal o intermedia. Ya comentamos anteriormente que se puede dejar temporalmente los estudios. Es una buena alternativa. De este modo se puede acordar una especie de año lejos de las clases, lo que le permitirá a nuestro hijo conocer de primera mano lo que significa acceder al mercado laboral e, incluso, trabajar. Pasado un tiempo él y su familia verán si el abandonar los estudios ha sido la decisión adecuada, por lo que puede mantenerla. De no ser así aún está a tiempo de retomar los estudios sin mayores problemas.