En la mayoría de las sociedades de todo el mundo, los niños duermen con sus padres al menos durante los primeros años de su vida. Los primeros estudios antropológicos encontraron que en el 90% de las culturas, los bebés dormían con sus padres y no en cunas o camas. El colecho no se limita a las culturas primitivas...
La mayoría de los niños japoneses duermen conjuntamente con sus padres durante los primeros años escolares, y la otra mitad duermen con sus padres hasta mediados de la adolescencia. La cultura occidental ha enfatizado durante mucho tiempo la independencia en los arreglos para dormir, alentando a los padres a que los bebés duerman en cunas o camas, a menudo en sus propias habitaciones. A pesar de las marcadas diferencias en las actitudes en la mayoría de las culturas occidentales, sigue habiendo controversia en este tema.
Dormir con tus hijos no es algo malo ni nada de lo que tengas que avergonzarte, de hecho, tiene ciertos beneficios a largo plazo que merece la pena que conozcas para que te des cuenta de toda su importancia.
Independencia del apego más fuerte
Una razón implícita para que los bebés y los niños duerman separados de sus padres es fomentar una mayor independencia en el niño. Irónicamente, la mayoría de las investigaciones sugieren que dormir juntos fomenta una mayor independencia y autonomía a medida que los niños crecen.
La noción de que las experiencias anteriores afectan el funcionamiento posterior es la condición "sine qua non" de la teoría psicológica y del desarrollo. La satisfacción de la necesidad de apego, atención y contacto humano por parte de los bebés y los niños, como ocurre al dormir juntos, establece una mayor confianza y estima en los niños.
Beneficios de salud física
Los niños que duermen conjuntamente tienen mejor salud a corto y largo plazo. Por una parte, los bebés se sienten más calmados cuando sus padres están a su lado y por lo tanto, llorarán menos y estarán más tranquilos, sintiendo que sus necesidades emocionales están cubiertas. Los bebés que dejan llorando porque se separan de sus padres, liberarán más la hormona del cortisol, que es la hormona del estrés y sentirán una tremenda angustia que no les beneficiará nada ni a corto ni a largo plazo.
Cuando un bebé está expuesto continuamente a la hormona del cortisol, afectará negativamente en su sistema inmunológico, haciendo que se enferme más y también que llore más debido a su angustia emocional. Además, los bebés que son amamantados y que duermen con sus madres, serán niños más sanos tanto a nivel físico como a nivel emocional.
Más feliz y más equilibrado emocionalmente
Dormir con los hijos mejora la salud mental y el bienestar de los hijos. Si bien es cierto, que para los padres es diferente ya que su descanso puede empeorar algunas noches, no siempre es así. Dormir con los hijos ayuda a que los padres duerman más tiempo o descansen algo mejor, ya que si el bebé tiene necesidades que atender, no tendrán que desplazarse a otra estancia para poder satisfacerlas.
Los niños que nunca han dormido con sus padres, tienen más miedos que aquellos que sí duermen con ellos. Los niños que han dormido solos por obligación (en contra de su voluntad), al crecer pueden tener más problemas de manejo del estrés y pueden ser menos independientes que aquellos niños que sí han tenido la oportunidad de dormir con sus padres.
En general, los niños y los padres que duermen juntos, pueden experimentar un mayor sentimiento de bienestar y satisfacción con la vida. Por lo que, el cohecho tiene muchos beneficios y por supuesto, siempre será una decisión íntima de cada familia, teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada uno. Si decides no dormir con tus hijos, no te sientas mal, puesto que mientras le des todo tu amor cada noche antes de dormir, ¡todo irá bien!