Los niños pueden tener comportamientos rebeldes y que esto ocasione nervios a los padres porque no saben cómo reconducir estas actitudes desafiantes. Quizá pienses que una mano dura y estricta es la mejor forma de detener un comportamiento rebelde... pero en realidad esto solo servirá para que tu hijo se revele aún más en contra de las reglas estrictas y de las regulaciones que quieras hacer en el hogar.
Es necesario cultivar una relación abierta con los niños en las que se sientan lo suficientemente seguro para compartir los sentimientos que tienes con tu hijo y los que tu hijo tiene contigo. Es una manera de que tu hijo te tenga respeto como padre o madre y de corregir el comportamiento que pueda tener rebelde. Con confianza, comunicación y respeto, tu hijo se sentirá mucho más inclinado a tener un mejor comportamiento. Si no sabes cómo conseguir corregir el comportamiento rebelde de tu hijo, sigue los siguientes pasos para que solo quede en un recuerdo lejano de vuestras vidas.
Comprende por qué tu hijo se rebelaPor qué se rebela tu hijo
Comprende por qué tu hijo se rebela y qué tipo de rebelión es. Tener rebeldía es normal en ciertas etapas de crecimiento y es muy habitual en niños pequeños y en adolescente... Están probando los límites para saber hasta dónde pueden llegar.
En cambio, la rebelión intencional es más practicada por niños mayores y adolescentes que quieren, de manera consciente, rebelarse contra ti para conseguir un propósito. Esto último se debe tomar más en serio ya que el primero puede ser un problema de carácter y desarrollo, pero el segundo es una falta y una necesidad de límites, normas y consecuencias.
No te tomes el comportamiento de forma personal
Recuerda que cuando tu hijo se rebela, a menudo está buscando una reacción por tu parte. Gritarle, prestarle atención, enfadarte o perder la calma solo le demuestra a tu hijo que está bien expresarse de forma agresiva. Es importante mantén la calma para que vea la situación como lo harías en un grupo externo. De lo contrario, te arriesgas a convertir la situación en una lucha de poder... y al final, una lucha de poder, siempre acaba mal.
Permite que ocurran consecuencias naturales
Permite que ocurran las consecuencias naturales por el comportamiento rebelde de tu hijo. Si por ejemplo, responde a los maestros en la escuela o falta a las clases, en lugar de intentar suavizar lo ocurrido, permítele soportar el riesgo que conllevará eso, como que le expulsen de la escuela. Es una buena oportunidad para aprender sobre las consecuencias de la falta de respeto, y tu hijo puede aprender qué sucederá si continúa su comportamiento rebelde.
Ofrece refuerzo positivo cuando puedasOfrece refuerzo positivo
Ofrece refuerzo positivo cuando puedas. Es demasiado fácil buscar lo negativo en tu hijo cuando está teniendo un comportamiento rebelde y es más, está esperando esa reacción como llamada de atención. En lugar de esto, es mejor que te concentres en lo positivo y le ofrezcas aliento cuando haga algo deseable, sin importar cuán pequeña sea la acción. Dale las gracias por ser amable con su hermana o por llegar a casa antes del toque de queda. Cuando te centras más en lo positivo que en lo negativo, él reformará lentamente su comportamiento para obtener aún más atención positiva por tu cuenta.
Sé razonable
Debes ser razonable en cuanto a las consecuencias del comportamiento rebelde. Las consecuencias deben encajar con lo cometido y las expectativas deben estar completamente establecidas antes de que intentes disciplinar a tu hijo. Si tu hijo no comprende sus expectativas, difícilmente se le puede responsabilizar de la rebelión. Elige reglas naturales seguidas por consecuencias razonables para las acciones y sé consistente en su emisión de disciplina y consecuencias para que nunca haya dudas sobre lo que esperas de tu hijo.