La etapa del 'No' en niños pequeños resulta muy dura para la familia. Sobre todo porque genera estados de incomprensión, desesperación e impotencia para los padres. El niño que hasta el momento era sonrisas y palabra agradables se vuelve borde y negativo, ¿por qué ocurre esto?, ¿cómo podemos afrontarlo?, ¿cómo podemos superar juntos esta etapa?
El niño comienza una lucha entre lo que hasta ahora había sido todo impuesto, sus inicios en la comunicación con palabras escuetas, ilegibles pero comprensibles para los padres, quiere imponer sus deseos y manifestar su desacuerdo con las cosas. Comienza una etapa de una negativa indiscriminada hacia la mayoría de las cosas que nos hace en muchas ocasiones desesperarnos y tener alguna que otra riña. Además, esa negativa divierte al niño y sentimos que nuestro papel como padre ha perdido todo el respeto y poder. Es importante saber que es una fase totalmente normal que, aunque si bien es cierto que no todos niños la pasan, sí lo hace la gran mayoría.
Por qué el niño se muestra negativo hacia todo
El famoso 'No' aparece entre los 18 meses y los 3 años de edad, cuando el niño aprende a hablar. Esto no significa que el niño entienda en su totalidad su significado y el contexto de aplicación, si no que el NO se convierte en una manera de imponer su autoridad, de ser tenido en cuenta, es un signo de rebeldía y de desobediencia, de atención, pero sobre todo, esta negativa significa: existo y tengo capacidad de decisión. Estoy aquí.
A esta edad, el 'No' puede aparecer ante la negativa de comer, dormir, dejarse cambiar el pañal...actividades diarias necesarias y que generan mucha impotencia ante este comportamiento. Esta necesidad de independencia (que volverá a aparecer al inicio de la adolescencia) se acompaña de "yo lo hago, yo solito", "tu no, yo", etc. Además, es posible que este NO sea selectivo ante algunas personas. Por ejemplo, puede ser propio ante los padres o cuidadora, que tienen un papel más educativo, mientras que ante tíos, abuelos...el niño se muestre encantador y no se manifieste.
Asimismo, esta negativa tiene diversos significados que los padres han de aprender a descifrar cuando el niño comienza a hablar. En esta edad, se manifiesta como una muestra de independencia pero también aparece también como muestra de enfado, de cansancio, o desconfianza ante la novedad. Lo que genera en el niño es una sensación de poder, de capacidad de decisión: si acepto es porque yo quiero, no porque tú me lo digas.
Qué puedo hacer como padre o madre
Sobre todo no asustarnos y no perder la calma. Esta fase es parte del desarrollo del niño y no significa más que un paso en la construcción de su personalidad, una llamada de atención a su independencia cuando aprende a hablar y una forma de hacer patente su necesidad de reconocimiento como individuo y manifestación de autoridad.
¿Cómo hacer para aguantar la tormenta? Lo que tienes que tener claro es que es una fase pasajera. Tendrás que armarte de mucha calma y paciencia. Te ofrecemos unas recomendaciones para lidiar con ello:
- La distracción nunca falla : distrae al niño con objetos, eventos...cualquier pretexto para que "olvide" esa actitud defensiva y empiece la guerra de sucesivas negativas.
- No entres al trapo : evita enfadarte y deja que diga 'No' ante asuntos sin importancia (por ejemplo, dejarse poner un gorro) pero mantente firme en los 'No' verdaderamente importantes. Que el niño sienta que tiene cierta capacidad de decisión puede reducir el drama. Debes encontrar el equilibro entre lo totalmente permisivo y lo totalmente dictatorial.
- Tú decides : es importante que el niño aprenda y comprenda que existen límites. El último 'No' lo tienes tú. Sobre todo, si compartes la crianza, debe haber una concordancia. En el momento en que la política educativa de los padres se contradiga, el niño tomará el poder. Los límites evitan niños egoístas y autoritarios.
- Intenta que el niño comprenda : es muy fácil perder los estribos pero evita que esto ocurra. Trata de calmarte y trata de explicarle al niño por qué es bueno que haga aquello a lo que se está negando. Hablar con él es positivo. Es muy posible que aun así siga con el 'No' en la boca pero podemos apoyarnos de la negociación.
- No castigues : no se trata de ser un tirano. Utiliza otros métodos como "si no dejas que te vista, no podremos ir al parque y no tendremos más remedia que quedarnos en casa". El niño comprenderá que si lo que quiere es ir al parque, tendrá que obedecer. En este sentido, es importante que te mantengas firme ante esta premisa.
- Ofrece opciones al niño, que el pequeño tenga la sensación de que tiene capacidad de elección. Por ejemplo: ¿prefieres jugar en el cuarto o pintar en la cocina?, ¿prefieres llevarte a la bañera el muñeco o el barco? El niño se sentirá más libre y relajado y evitaremos el 'No'.
- ¿Qué hacemos cuando no se pueden dar opciones? Hay cosas que no son discutibles: hay que ir al médico y hay que ir, hay que vestirse y hay que hacerlo. Muéstrate firme y nunca entres en el juego del chantaje (si te vistes, luego te compro un juguete). Es importante que el niño no confunda sus deberes y obligaciones con un premio o recompensa por su buena actitud.
- Anticípate, prepara al niño ofreciéndole información : "ya sabes que cuando termine esta tarea, en 5 minutos, tenemos que ir a la ducha" o "ya sabes que después de comer es hora de la siesta". Otra estrategia es formularlo en el sentido en que suponga un reto para el niño: "me ha dicho papá que ya sabes ponerte solito el pijama, pero yo no me lo creo..."
- Evita formular órdenes como preguntas porque ya sabes cuál es la respuesta. Formula las órdenes como afirmaciones: Es la hora de cenar, vamos a la cocina.
- No abuses de las prohibiciones: lo único que generan es reforzar esa rebeldía. Utiliza el diálogo y la comprensión. Explícale al niño los beneficios de obedecer: si cenas ahora, ya sabes que luego tendremos tiempo para leer un cuento antes de dormir.
Esperamos que estas recomendaciones sean útiles en tu labor educativa y sobre todo...no pierdas la calma, es tu mejor aliada.