Cuando se acerca el momento del parto, uno de los miedos más frecuentes en las embarazadas es si va a sentir mucho dolor o si va a ser rápido o lento. Normalmente, estos miedos se incrementan cuando se trata de una madre primeriza. Muchas veces, se pregunta a otras mujeres sobre ello o, en el caso de las que ya tienen más de un hijo, se mira hacia atrás para recordar el momento del parto. No es la mejor idea, ya que ningún parto es igual, aunque se trate de la misma mujer. Es por ello, que si se quiere tener un parto rápido y sin dolor, lo mejor es seguir algunos consejos pero, sobre todo, estar tranquila y no ponerse nerviosa cuando toque dar a luz.
¿De qué dependen el dolor y la rapidez en el parto?
Como ya hemos dicho, el dolor del parto es diferente en cada mujer, por lo que no se puede hablar de la misma intensidad de éste en todos los casos. Muchas veces, el dolor se intensifica por el propio miedo que tiene la mujer al parto. Las ideas preconcebidas y el pensamiento generalizado de que el parto es doloroso hacen que la mujer que está dando a luz sienta más dolor del que debería ya que, mentalmente, viene preparada para ello. El temor que esto genera, hace que la mujer se encuentre mucho más tensa, por lo que ya no es que sienta más dolor, sino que, además ralentiza el parto.
También tiene gran influencia lo que nuestro entorno nos transmita. Como ya hemos dicho, la idea preconcebida de que parir está ligado a padecer dolor está demasiado extendida. Por lo tanto, cuando una mujer está a esperando para dar a luz y la persona que está a su lado da por hecho que va a sentir dolor durante el parto, es mucho más probable que la embarazada así lo sienta. Por lo tanto, es recomendable que el acompañante olvide ese tema e intente que futura madre tenga la cabeza despejada de malos pensamientos.
Pero no todo depende del estado mental de la embarazada, ya que hay otras causas que pueden influir a la hora de sentir o no dolor en el parto. En primer lugar, están las causas físicas. Cuando un bebé a nacer, la embarazada siente las contracciones del útero y los cambios que se van produciendo en la zona de la vagina. Cuanto más se acerca el momento de dar a luz, más intenso es el dolor.
Aun así, hay factores que pueden determinar, también, la intensidad de éste. Por ejemplo, el tamaño del bebé, ya que no será lo mismo un parto de un recién nacido pequeño o más grande. También influye la posición en la que se encuentre en ese momento. Aunque ningún parto sea igual, sí que beneficia a la mujer que no sea su primer parto, además de la edad con la que se está teniendo el hijo. Por último, cómo se inicia el parto, es decir, si es provocado o espontáneo también influye en el dolor o en si es rápido o lento.
Consejos para un parto rápido y sin dolor
Aunque muchas veces pueda ser algo que no se puede controlar, sí que hay una serie de consejos que pueden ayudar a tener un parto rápido y sin dolor a la mujer que está a punto de dar a luz. Cada embarazada es distinta, por lo que deberá escoger aquellos que le vayan a ser de utilidad.
1. Hacer ejercicios con una pelota de pilates. Con la ayuda de este elemento, las mujeres embarazadas pueden ayudar a que el bebé cambie de posición o a abrir la pelvis. Se trata de unos ejercicios que se pueden realizar perfectamente en casa, una vez conocidos, por lo que no implican la molestia de tener que desplazarse.
2. Conocer las técnicas de respiración. Saber respirar es importante para todas aquellas mujeres que van a dar a luz. Controlar la respiración ya no es que sea importante a la hora del parto, sino que puede ayudar a la mujer embarazada a calmarse y poder estar relajada desde antes de que llegue ese momento.
3. Masajes. Aparte de los dolores que pueda provocar el cambio que padece el cuerpo de la mujer, muchas veces, las molestias vienen de la propia tensión que tiene ésta cuando se está acercando el momento del parto. Los nervios pueden hacer que esté tan tensa que el dolor sea más intenso. Por ello, existen masajes para embarazadas que, aparte de relajar los músculos, ayudan a que el propio cuerpo produzca calmantes.
4. Anestesia epidural. La elección de recibirla o no, no es una obligación, sino una opción que se le ofrece a las embarazadas cuando llega el momento de dar a luz. En el caso de que ésta padezca un fuerte dolor y sienta que la necesita, bastará con pedirla teniendo en cuenta las limitaciones que establece el médico. Tanto si se escoge como si no, es una decisión personal de la mujer embarazada.
5. Escoger bien a quién quieres que te acompañe. Normalmente, es la pareja la que acompaña a la embarazada en el momento de dar a luz, pero, es posible, que ésta se sienta mucho más tranquila con otra persona. Lo importante en esos momentos no es quien le acompañe, sino quien mejor le haga estar.