Calmar una pataleta de un niño no es una tarea nada fácil para cualquier padre. En las mayorías de las ocasiones, los adultos se frustran al ver como no son capaces a la hora de solucionar tal comportamiento del menor. El problema es que los padres se ponen más y más nerviosos al ver que el berrinche o la pataleta lejos de acabarse va a más. Ante ello lo más importante es sin lugar a dudas el mantenerse sereno y lo más calmado posible y a partir de aquí encontrar una solución que permita tranquilizar al niño. No pierdas detalle y pon mucha atención a las siguientes pautas que te ayudarán a tratar con la temida pataleta o berrinche de tu hijo.
Respirar hondo y mantener la calma
Lo primero que deben hacer los padres es respirar hondo y mantener la calma aunque el pequeño esté sufriendo una pataleta importante. Los nervios no son nada buenos a la hora de solucionar el problema, es más los mismos solo van a conseguir agravar la situación.
Hay que dar una explicación al niño
Lo ideal es coger al niño y explicarle con mucha calma el motivo por el que no se puede hacer lo que él quiere. Hay que hacerle entender en todo momento que con dicha actitud o comportamiento no va a lograr conseguir nada. Lo importante de este paso es el conseguir fortalecer el vínculo entre los padres y el niño y que la comunicación sea la mejor vía para solucionar los problemas.
Abrazar al pequeño
En muchas ocasiones la comunicación no funciona y el niño sigue pataleando y muy enfadado. En tal caso, los padres deben ir a cogerlo y levantarlo del suelo con el mayor amor posible. Acto seguido debes abrazarlo y arroparlo para que se tranquilice. Antes de esto, hay que dejarle que chille y se desahogue para que sepa que con berrinches no se consigue nada.
Hay que crear una distracción
El siguiente paso a la hora de solucionar la mala conducta del pequeño es el de crear una distracción para que el menor se olvide de la cosa que ha originado la pataleta. En muchas ocasiones, la teoría de la distracción funciona a la perfección y el niño suele tranquilizarse rápidamente. Si le distraes con algo que le interesa es bastante normal que el pequeño se olvide de la pataleta o el berrinche.
Volver a hablar
Si el niño no entra en ningún momento en razón, hay que evitar los nervios y esperar que el niño se canse de chillar y patalear. A la vuelta a casa, es importante volver a sentarse con el niño y hablar tranquilamente lo que ha pasado. El pequeño debe darse en todo momento que ha obrado muy mal y que su conducta es totalmente reprochable. Por desgracia la mayoría de los padres subestiman a sus propios hijos y evitan escucharlos y hablar del tema con ellos. Empatizar y poder escuchar los sentimientos y emociones es esencial y clave para evitar futuros berrinches.
Como conclusión hay que decir que las pataletas y berrinches están a la orden del día y es bastante normal el ver a diario a niños tirados en el suelo porque no consiguen lo que quieren. Ante ello, los padres suelen ponerse más nerviosos de lo normal, llegando a empeorar la situación. Es por ello que es importante el mantener la calma lo máximo posible y serenarse con el fin de resolver el problema con la mayor celeridad posible. No pierdas detalle de los pasos a seguir a la hora de tratar de la mejor manera posible los posibles enfados y berrinches de los más pequeños de la casa.