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Cesárea programada
Cesárea programada

LA HORA DEL PARTO

Cesárea programada

En Bekia te explicamos los pros y contras de esta forma de parto alternativo, una opción muy útil en los partos múltiples.

La cesárea programada es una elección con fines preventivosLa cesárea programada es una elección con fines preventivos

Los mayores temores -y la mayor alegría- de una embarazada siempre aparecen cuando se acerca la hora del parto. Éste puede ser de dos tipos: vaginal -también llamado parto natural-, o por cesárea. En el caso de que sea por cesárea el obstetra habrá comprobado que no es posible un parto vaginal por algún motivo, o que puede ponerse en peligro la salud del bebé.

Quizás ésta no fuera la idea que tuviéramos a la hora de dar a luz a nuestro hijo, pero hay que confiar en la palabra del experto. Es normal que estés algo agobiada si te han programado una cesárea, pero lo mejor para tranquilizarte es saber qué te van a hacer. A continuación te lo explicamos detalladamente.

Motivos principales de una cesárea

El obstetra habrá decidido hacer una cesárea por alguna razón de peso. Puede ser por motivos relacionados con la madre, como por ejemplo: que tenga diabetes gestacional, eclampsia o preeclampsia, placenta previa, la pelvis demasiado estrecha, haberse sometido a más cesáreas anteriormente o alguna enfermedad concreta. O por motivos relacionados con el bebé, como: partos gemelares, si son trillizos, si el bebé pesa más de 4,5 kilogramos o si está mal colocado -transversalmente o de nalgas-.

Qué es la cesárea

La cesárea programada es una operación totalmente segura tanto para ti como para el bebé. Además, se realiza con epidural, por lo tanto, solo se anestesia una parte del cuerpo, y podrás presenciar la llegada de tu hijo. Si el obstetra ha elegido esta opción, es porque cree que es la más conveniente (por alguno de los motivos explicados anteriormente). La cesárea puede programarse para la misma fecha del parto, o incluso unos días antes de esa fecha con el fin de evitar riesgos.

El mayor beneficio de que esté programada es que te podrás organizar -y no te pillará de imprevisto-. Así que los días anteriores podrás prepararte toda la documentación, y lo necesario para pasar de cuatro a cinco días en el hospital. Lógicamente estarás nerviosa, pero d ebes intentar descansar los días anteriores lo máximo posible, ya que será un agotador y largo día. Además, recuerda que el día señalado deberás ir al hospital en ayunas y sin ninguna crema antiestrías.

Es un parto no natural pero menos traumático para los recién nacidosEs un parto no natural pero menos traumático para los recién nacidos

Antes de la cesárea

Cuando llegues al hospital lo primero que harán será ponerte un gotero y rasurarte parte del vello púbico (la zona más alta). A continuación, te anestesiarán. Lo habitual es que lo hagan con la epidural aunque también podría ser con anestesia general. Esta última solo se utilizaría en casos concretos -como por ejemplo en una urgencia o por problemas de espalda graves -.

¿Cómo te ponen la epidural? Debes estar muy quieta y tumbada en posición fetal o sentada con la columna doblada. A continuación, te pincharán con una aguja e introducirán un catéter con la anestesia -que se queda ahí por si se necesita poner más dosis-. Cuando notes el efecto te pondrán una sonda con la que irás evacuando la orina.

Durante la cesárea

Una vez te han preparado, ya empezará la cirugía. Esta suele durar aproximadamente una hora, y el padre de la criatura no puede estar presente. El primer paso es hacerte un corte. Normalmente es transversal en la altura del pubis -la línea del biquini-, cosa que ayuda a que cuando crezca el vello púbico se disimule y no quede mal. También podría ser vertical, aunque cada vez se realiza menos.

Seguidamente, el obstetra separará la grasa y los músculos hasta llegar al útero para realizar un corte transversal y sacar al bebé. Entonces, cortará el cordón umbilical del recién nacido y extraerá la placenta. A continuación, coserá el útero y los músculos con un hilo reabsorbible. Por el exterior, coserá la incisión con grapas o hilo, y lo cubrirá con apósitos.

Aunque no es muy común, durante la cesárea pueden surgir complicaciones como las infecciones, hemorragias o trombosis. En cuanto al recién nacido, el mayor riesgo es la posible aparición de problemas respiratorios. Pero hay que tener en cuenta que durante la operación ambos estaréis bien vigilados y atendidos en todo momento.

El autocontrol y el apoyo profesional son factores claveEl autocontrol y el apoyo profesional son factores clave

El postoperatorio

Uno de los inconvenientes principales de la cesárea es la lenta recuperación. En cambio, en el parto vaginal ésta es mucho más rápida y en un par de días puedes volver a casa con tu bebé. La cesárea también suele ser más dolorosa al tratarse de una cirugía. Gracias a la anestesia no sentirás dolor durante la operación, pero éste irá apareciendo después de una hora. No te preocupes porque se te administrarán calmantes.

Podrás beber líquidos tras cuatro horas de la operación, y si los toleras bien, te pondrán una dieta blanda, y después, una dieta sólida -según cómo vayas avanzando con la comida-. Cuando estés mejor te quitarán el gotero y la sonda, y deberás intentar levantarte. Es primordial que andes y te muevas, para evitar problemas circulatorios y de gases. La herida te la vigilarán y te la limpiaran. Y después de que te den el alta deberás acudir a que te quiten las grapas o los puntos -si no son reabsorbibles-.

Después, tu también deberás cuidarte la herida. Los primeros días, tendrás que limpiarla con algún antiséptico, pero después, únicamente con enjuagarla durante tu ducha diaria será suficiente. Es bueno que la dejes un rato al aire libre para que vaya secándose idóneamente. Lo más normal es que notes la herida y que sientas dolor, para ello, el ginecólogo te mandará algún analgésico. Si en más de tres semanas sigue doliéndote lo mejor es que acudas a tu médico por si pudieras tener alguna irregularidad.

La recuperación

Después de unos días en el hospital podrás volver a casa y recuperarte calmadamente. Pero recuerda, que debes estar tranquila y sin hacer esfuerzos excesivos para que la herida cicatrice correctamente. También deberás tener cuidado cuando cojas a tu bebé, ya que puede suponer un esfuerzo mayor de lo recomendado. Por eso, es mejor que lo hagas cuando estés sentada o acostada.

También es recomendable cuidar tu alimentación y recuperar fuerzas después del parto, que ha supuesto un gran esfuerzo y pérdida de energía. Normalmente, el ginecólogo te mandará tomar suplementos de hierro, pero además, es importante que tengas un a dieta rica en proteínas (huevo, pescado, carne), y en líquidos y fibra (cereales integrales). Por lo demás, disfruta del recién nacido y de la aventura de ser madre.

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