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Tú puedes ser tu peor enemigo en la crianza de tus hijos
Tú puedes ser tu peor enemigo en la crianza de tus hijos

CRIANZA

Tú puedes ser tu peor enemigo en la crianza de tus hijos

¡Escucha a tu instinto! Si no lo haces, te convertirás en tu peor enemigo en cuanto a la crianza de tus hijos...

En la actualidad existe mucha presión para que los padres sean 'perfectos'. Toda esta presión puede aparecer de fuentes internas y externas que convergen y crean una tormenta donde los padres pierden su confianza como padres. Si eres padre o madre, tú tienes dentro de ti todo el poder para vencer ese enemigo, que eres tú mismo/a. ¡Haz caso de tu instinto para poder criar a tus hijos con efectividad!

Es probable que encuentres mensajes diarios sobre cómo debes hacer las cosas para hacerlas diferente o mejorEs probable que encuentres mensajes diarios sobre cómo debes hacer las cosas para hacerlas diferente o mejor

Es probable que encuentres mensajes diarios sobre cómo debes hacer las cosas para hacerlas diferente o mejor. También es posible que recibas mensajes diarios de que puedes esperar más de tus hijos pero que no tienes que ser tan duro. Que si debes o no vacunas a tus hijos, que el tiempo que les dedicas a tus pequeños debe ser de auténtica calidad, que no debes ser sobreprotector, que tienes que ayudarles en sus deberes o que no debes ayudarles, y así una lista que podría ser infinita. Todo esto puede que te haga dudar de cómo crías a tus hijos.

Todos los padres se acuestan por la noche pensando en si lo que están haciendo por sus hijos es lo correcto. Son tantos los mensajes que te llegan que ya no sabes qué es mejor y posiblemente te cuestiones constantemente. Quizá, si esto te ocurre seas demasiado duro contigo mismo/a.

Tú puedes ser tu peor crítico

Tu peor enemigo en la vida eres tú mismo/a. Por lo general no hay nadie que te diga más cosas negativas de ti que tú mismo/a. La conversación que tienes contigo mismo cada día es quien te hace ser quien eres. Si solo te dices cosas negativas... ¡te sentirás fatal cada día! ¡Creerás que no eres capaz de nada! Y no es así.

Necesitas detener esa conversación negativa en tu cabeza desde ahora mismo, así no romperás la confianza que tienes en tu propia crianza.

¿Soy lo suficientemente bueno para mis hijos?

Sí lo eres, porque lo intentas cada día. Pero es normal que te lo preguntes, cualquier buen padre se lo pregunta de vez en cuando. El autoanálisis es útil, ¡por supuesto! Sin embargo, si lo hacemos con demasiada frecuencia, comenzamos a dudar de nosotros mismos y a adivinar nuestras decisiones como padres. Permitir una conversación negativa que debilita nuestras habilidades como padres puede obstaculizar nuestra confianza en la crianza. A cambio, hace que sea más difícil ser padres cuando siempre te estás cuestionando.

¿Hago las cosas de la mejor forma posible?

Como padre o madre, necesitas dejar de lado la perfección, porque no existe. La perfección es inalcanzable. La búsqueda de la perfección conduce a la frustración y la derrota. En lugar de buscarla constantemente, elige un buen camino para la crianza de tus hijos que sea mejor para nuestra propia familia y dejar de tratar de ser los mejores y hacer lo mejor. No busques ser el mejor, solo busca estar presente en la vida de tus hijos.

Si sientes que tus hijos y tú nunca viviréis como otros viven, entonces estate seguro que nunca lo harásSi sientes que tus hijos y tú nunca viviréis como otros viven, entonces estate seguro que nunca lo harás

¿Me comparo demasiado con los demás?

Vivimos en una cultura de la comparación y el individualismo. Solo necesitas pasar unos minutos en las redes sociales para empezar a compararte con otros. El problema está que lo que se vive en las redes sociales no se queda ahí. Las personas tenemos una tendencia a compararnos con los demás y esto genera infelicidad. Cuando te alimentas con mensajes de descontento regularmente, comenzarás a sentirte como una persona derrotada y como un padre frustrado.

Si sientes que tus hijos y tú nunca viviréis como otros viven, entonces estate seguro que nunca lo harás. El problema real es que ignoras tu individualidad como familia. Cada uno de vosotros es único, como lo es tu familia. No te compares con los demás, porque es como comparar manzanas y naranjas.

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