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Permite los errores en los hijos para aumentar su confianza
Permite los errores en los hijos para aumentar su confianza

CONFIANZA

Permite los errores en los hijos para aumentar su confianza

Los errores pueden ser el mejor maestro para tus hijos, acompáñales para aumentar su confianza y seguridad en sí mismo.

Son muchos los padres que creen que sus hijos son los mejores en todo, pero eso necesario dejar a un lado ese pensamiento narcisista y aprender a interactuar con los niños para que tengan más confianza en ellos mismos y que no sientan que son los mejores en algo cuando no lo son. No es lo mismo criar a un niño narcisista que a un niño con una autoestima saludable.

El exceso de elogio en los niños provoca que éstos se conviertan en personas naEl exceso de elogio en los niños provoca que éstos se conviertan en personas na

La confianza no es sinónimo de arrogancia

Las personas narcisistas son aquellos que se sienten superiores a los demás y creen que merecen un trato especial, son personas arrogantes. En cambio, la confianza y la buena autoestima simplemente es la creencia de que se es capaz de conseguir lo que uno se proponga si realmente se quiere hacer. Cuando una persona tiene confianza en sí mismo, tendrá mejor autoestima. Una persona narcisista tendrá ego pero no una buena autoestima.

Una persona que confía en sus capacidades tiene creencias realistas sobre sus propias capacidades y disfruta de sus posibilidades de triunfar. En cambio, una persona narcisista tendrá una creencia distorsionada de que es mejor que cualquier otra persona y se sentirán con el derecho de recibir mejores que cosas que otras personas aunque sean menos merecedores.

El exceso de elogio en los niños provoca que éstos se conviertan en personas narcisistas y no tiene efectos positivos en la autoestima de los pequeños. Es importante que se aprenda a alimentar la confianza de los niños y minimizar el riesgo de arrogancia.

Aumentar la confianza sin arrogancia: permite que se equivoquen

Permitir que los niños se equivoquen no es nada malo y menos si estás a su lado para que sean capaces de levantarse de nuevo. Dejar caer a un hijo no es nada fácil, porque fallar duele y genera grandes frustraciones. Pero es la forma más natural que tiene la mente de alertar ante los peligros y de motivarnos a hacerlo mejor la próxima vez.

El dolor es el instinto de supervivencia que nos recuerda que necesitamos mejorar y adaptarnos a nuestro entorno. Si tus hijos fallan o se 'caen' es probable que a ti te duela más que a ellos, porque sientes literalmente el dolor por el que están atravesando tus hijos.

Por ejemplo, cuando un bebé llora, los padres tienen el instinto de hacerle reír de nuevo lo antes posible. La cara de felicidad de los hijos es el mayor regalo que puede soñar un padre o una madre. Pero en ocasiones, las presiones del mundo también hacen que muchos padres quieran 'arreglar' la vida de sus hijos a medida que crecen para evitarles frustraciones o dolores emocionales. Es una forma de 'detener el llanto'.

Desafortunadamente, los padres no estarán con sus hijos para siempre y es necesario enseñarles a cómo recuperarse después de una caída y que reconozcan cuáles son las áreas que deben mejorar en lugar de no verlas o culpar a otros de sus errores.

Una forma de enseñar a los niños a aprender de los errores es a través del juegoUna forma de enseñar a los niños a aprender de los errores es a través del juego

Una forma de enseñar a los niños a aprender de los errores es a través del juego, juegos de mesa o del juego simbólico. Los juegos son juegos y siempre habrán ganadores y perdedores. Cuando los niños quieren jugar es el mejor momento de enseñarles esto, de ver cómo la competencia puede ser saludable y que aprendan a diferenciar las diferentes emociones que sienten cuando juegan como la alegría, la decepción, el regodeo o la victoria. Son momentos clave de aprendizaje para los niños que le ayudarán para toda la vida.

Los padres deben estar al lado de sus hijos para reforzar los rasgos positivos y guiarles a través de un comportamiento negativo para convertirlo en uno positivo. De esta manera los niños aprenderán de sus emociones a través del juego y se darán cuenta que equivocarse no siempre es malo, sino que es una gran herramienta de aprendizaje para que puedan aprovechar en su futuro.

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