Aunque en teoría no debería por qué ocurrir, es cierto que hay niños que pueden tener una actitud hacia los demás de manipulación. No lo hacen con malicia, y en muchos casos son patrones aprendidos o padecidos del entorno en el que viven. Si bien es cierto, que este tipo de comportamiento es tóxico, ellos necesitan la guía, comprensión y ayuda de los adultos de referencia para aprender cuál es el comportamiento más adecuado en cada caso. Necesitarán aprender empatía y asertividad. De esta manera podrán acabar con este comportamiento tóxico que solo les traerá problemas en sus relaciones interpersonales.
Cuando los niños manipulan a otros con el propósito de obtener beneficio o salirse con la suya, la acción puede crear un ambiente negativo en el hogar. Una relación cercana con tu hijo puede dificultar la detección de la manipulación, incluso cuando tu hijo recurra a sus tácticas de manipulación. Con el conocimiento de las señales de comportamiento manipulador, puedes estar listo para combatirlo y ayudar a reconducir el comportamiento de tu hijo hacia un comportamiento mucho más adecuado tanto para él como para las personas que le rodean.
Deshonestidad
En la búsqueda de evitar conflictos o protegerse a sí mismo, la deshonestidad a menudo juega un papel protagónico en las tácticas de manipulación, sobre todo para jóvenes con problemas. Las mentiras pueden confundir los problemas y dificultar la determinación de la situación real. Las mentiras pueden encubrir comportamientos y actividades que los niños no quieren que sepas.
La deshonestidad incluso puede hacer que te preguntes si simplemente estás exagerando ante una situación inocente. Si tu instinto parental te dice que algo va mal, profundiza para ver qué podría estar sucediendo.
Mentalidad de víctima
Retratándose a sí mismo como una víctima, tu hijo puede obtener simpatía o atención para lograr sus objetivos. El objetivo común de un niño manipulador es engañar a las personas para que hagan algo o den algo que sirva a su propósito.
Una característica adicional de la mentalidad de la víctima es que el manipulador nunca necesita aceptar la responsabilidad de nada de lo que sucede. Esta responsabilidad siempre recae en otro lugar, lejos de donde realmente pertenece. Desactiva esta táctica de manipulación diciéndole a tu hijo que sabe que puede resolver su problema sin ti y luego no te involucres. No tienes por qué resolver la vida de tu hijo, debe aprender a ver que es capaz y además puede serlo.
Amenazas
Si una situación no está yendo bien, un niño manipulador puede recurrir a amenazas para cambiar la situación. Se puede comparar una amenaza verbal como un impulso de poder: un intento de arrancarte el poder para que el niño pueda tener lo que quiere.
Un niño manipulador puede volverse antagonista, gritar y amenazar con la desobediencia si el padre no cede ante el niño. Lo recomendable es que los padres deben mantenerse frescos en esta situación y resistir el impulso de igualar la amenaza antagónica del niño. En cambio, finaliza la discusión hasta que el niño se calme y hable con respeto y racionalidad.
Jugando con los demás
Al observar a los padres y otras personas, los niños aprenden quién cede fácilmente, quién permanece más fuerte y los puntos débiles individuales de personas específicas.
Los niños pueden manipular a un padre con encanto en un intento de dividir a los padres y causar discordia. Es importante mantener un frente fuerte y unificado con la pareja para evitar que el comportamiento manipulador afecte a tu matrimonio y la crianza de los hijos.
Ahora sabiendo cómo es el niño manipulador, podrás identificar su comportamiento y poder reconducir su conducta hacia un mejor camino.