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¿Puedo tomar antibióticos durante el embarazo?
¿Puedo tomar antibióticos durante el embarazo?

MEDICAMENTOS

¿Puedo tomar antibióticos durante el embarazo?

Durante el embarazo no debemos automedicarnos, y siempre debe ser un médico el que nos dé los medicamentos y cantidades adecuadas a nuestro estado.

Durante el embarazo a muchas nos entra la duda sobre qué medicamentos podemos tomar y cuáles no, si afectará a nuestro bebé cuando tomamos algún antibiótico. Estas son las preguntas normales que todas las embarazadas nos hacemos alguna vez durante los nueve meses de gestación pero ¿Hasta qué punto es recomendable tomar antibióticos durante el embarazo?

Tratar infecciones durante el embarazo, en algunas ocasiones se vuelve un poco complicado ya que las embarazadas deberían evitar ciertos tipos de medicación porque pueden afectar al desarrollo normal del feto.

Recuerda que sólo tu médico te puede recetar e indicar la toma de antibióticos durante el embarazoRecuerda que sólo tu médico te puede recetar e indicar la toma de antibióticos durante el embarazo

La infección de orina es una enfermedad muy común durante los meses de gestación y hay muchas ocasiones en las que es más que necesario tratarla con antibióticos, ya que a veces puede ser peor si no tratamos bien la infección que si intentamos evitar tomar antibióticos por posibles efectos en el bebé. En este caso, solo tomaremos antibióticos cuando sea estrictamente necesario.

¿Cuáles son los antibióticos más recomendados durante el embarazo?

Partiendo de la base que nunca deberíamos medicarnos por nuestra cuenta y siempre hacerlo bajo prescripción del médico especialista, hay algunos medicamentos que pueden ser tomados durante el embarazo y otros que deberíamos evitarlos por posibles efectos adversos en el feto.

El medicamento antibiótico que se les suele recetar a las embarazadas es aquel formado por penicilina, cebalosporina y sus derivados. Estos son los que llevan tomando las embarazadas durante años y se ha demostrado que no provocan efecto alguno sobre el bebé, por lo que siempre que necesitemos un tratamiento antibiótico deberíamos recurrir a este tipo de medicamento. La amoxicilina, por tanto, es muy eficaz contra un gran número de infecciones y bacterias que invaden nuestro cuerpo durante el embarazo.

En el caso de que la embarazada sea alérgica a la penicilina o sus derivados, también podemos recurrir a los macrólidos, que se suelen utilizar para tratar aquellas infecciones provocadas por las bacterias anaerobias como por ejemplo las dermatitis o infecciones de orina.

Por el contrario, los aminoglicosidos, trimetropina y la tetraciclina, están íntimamente ligados a las malformaciones que pueden llegar a sufrir los bebés durante el embarazo, por lo que este tipo de medicación deberíamos evitarla a toda costa.

La amoxicilina es el antibiótico que se suele recetar si no presentamos alergiaLa amoxicilina es el antibiótico que se suele recetar si no presentamos alergia

Medicación bajo prescripción médica

En resumen, podemos decir que las embarazadas no están exentas de utilizar antibióticos durante el embarazo, pero sí deberían hacerlo siempre bajo receta de su médico. No es lo mismo tratar una infección a una mujer que no está embarazada que a una que sí lo está.

Por tanto, las dosis que vamos a tomar y el tiempo que vamos a alargar el tratamiento siempre debería ser indicado por un médico especialista en la materia, es decir, por un ginecólogo, ya que es el único que va a saber hasta qué punto podemos dañas a nuestro bebé con la toma de este tipo de medicación.

Aunque recurrir a un tratamiento antibiótico debería evitarse en la medida de lo posible, hay algunas situaciones en la que es necesario el uso de ellos, ya que la propia enfermedad podría crear más riesgo en el bebé que el tratamiento que vamos a utilizar para remediarlo. Es por ello, que siempre debemos hacer todo lo que nuestro médico nos diga ya que él sabrá qué es lo mejor para nosotras y para nuestro pequeño que viene en camino.

Cuidarnos durante el embarazo e intentar evitar exponernos a cualquier enfermedad es siempre el mejor remedio para así evitar tener que acudir al médico y por tanto exhibir a nuestro bebé a posibles malformaciones y enfermedades que van a marcar toda su vida. Por tanto, cuidar nuestra alimentación y llevar una vida saludable es lo que va a determinar la diferencia entre un bebé sano y uno que puede sufrir enfermedades el resto de su vida.

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