Los padres tienen una influencia importante en la vida de sus hijos, pero la forma en que son padres es un factor decisivo en qué tan bien les va a los niños más adelante en la vida. Si bien un padre ciertamente debe usar su autoridad para guiar a sus hijos a la edad adulta, no debe ser demasiado rígido, restrictivo y controlador porque puede tener una influencia negativa en la relación, así como en la felicidad y la salud del niño.
En este sentido, queremos hablarte sobe los padres controladores y sobre los peligros que puede tener que se mantenga esta actitud con el paso del tiempo en la vida de los niños. Como padre o madre, tienes la responsabilidad de criar a niños sanos tanto física como emocionalmente.
Los padres controladores
Un padre controlador no es aquel que establece y hace cumplir las reglas de una manera cariñosa y autorizada. En cambio, un padre controlador es aquel que tiene expectativas poco saludables y grita y domina cuando su hijo no está a la altura de esas expectativas poco realistas.
Es más probable que los padres controladores usen lo que quieren que su hijo haga para convencerle de que se comporte de cierta manera. Un padre controlador puede retener el amor, las salidas especiales u otras recompensas si un niño no hace exactamente lo que él quiere que haga.
Disminuye la independencia
Los padres controladores no hacen que sus hijos se sientan capaces porque tienen reglas específicas y rígidas sobre cómo deben hacerse las cosas. Cuando un niño no está a la altura, un padre controlador a menudo pierde los estribos, grita y dice cosas que dañan la autoestima del niño.
Con el tiempo, eso envía el mensaje a un niño de que no es capaz, lo que afecta la independencia de su crecimiento. La pérdida de independencia también puede hacer que un niño tenga miedo de probar cosas nuevas porque tiene miedo al fracaso y está nervioso por la reacción de su padre si falla. A medida que un niño crece, es menos probable que sea capaz de tomar decisiones por su cuenta... comenzando a tener una personalidad insegura y dependiente.
Cambios de actitud
Cuando un niño se siente controlado por su padre, es menos probable que respete su autoridad como padre. Los padres autoritarios y controladores tienen más probabilidades de tener hijos que son irrespetuosos con ellos y con otros adultos. Los hijos de padres controladores tienen más probabilidades de mostrar comportamientos delincuentes. Los niños con padres controladores también pueden desconfiar de otros adultos en una posición de autoridad porque no tienen experiencia con un padre que sea cálido, atento y receptivo a sus necesidades.
Consecuencias futuras
Un padre controlador puede afectar negativamente el rendimiento escolar de un niño a medida que crece. Los niños con padres que crían de manera democrática tienen más probabilidades de obtener buenas calificaciones en la escuela, así como de disfrutar de ir a la escuela.
Lo contrario puede ser cierto para los niños con padres controladores. Es menos probable que a estos niños les vaya bien en la escuela a medida que crecen y es menos probable que participen en el aula. Los niños con padres controladores tienen más probabilidades de controlar a sus propios hijos. Estos niños también tienen más probabilidades de experimentar relaciones disfuncionales en otras áreas de sus vidas. Los hijos de padres controladores también son más susceptibles a la depresión y el comportamiento agresivo que los adultos.
Como ves, ser un padre controlador o una madre controladora no traerá nada positivo al desarrollo emocional de los niños. Es necesario ser consciente de esto para poder abogar por una crianza mucho más adecuada a tus hijos y por así, criarles desde el respeto y el amor más profundo.