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Por qué algunas madres sienten tristeza cuando se hacen cargo del hogar
Por qué algunas madres sienten tristeza cuando se hacen cargo del hogar

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Por qué algunas madres sienten tristeza cuando se hacen cargo del hogar

Las madres que se quedan en casa no solo se encargan de la mayor parte de las tareas de cuidado de niños... Hay mucho más.

Imagina esta escena: es tiempo de revisión en tu trabajo, solo recibes comentarios negativos de tu jefe y has tenido que estar despierta muchas noches para poder hacer las cosas bien. No te han pagado aún por nada de lo que has hecho pero te siguen exigiendo cada día más. A pesar de tu cansancio físico y mental debes estar muy agradecida por tener este trabajo... Este trabajo es hacerse cargo del hogar.

Todo el mundo te dice que tienes suerte pero hay días que tú no lo sientes así. Si realmente fuese algo tan maravilloso las madres que se quedan en casa no se sentirían triste en un porcentaje tan alto.

El trabajo es exigente

Ser madre que se queda en casa puede ser muy estresante. Las madres que se quedan en casa a menudo no solo se encargan de la mayor parte de las tareas de cuidado de niños, sino que también hacen más tareas, tareas domésticas y reparaciones de forma predeterminada, ya que son las que están en casa. Y cuando las tareas se acumulan, el compañero que trabaja a veces no entiende por qué... y dicen cosas como: "¡Pero si has estado en casa todo el día!"

Ser madre que se queda en casa puede ser muy estresanteSer madre que se queda en casa puede ser muy estresante

La estructura también es un gran desafío, y no siempre tienes el control de cuándo sucederán las cosas. Intentar cumplir con un horario puede hacerte sentir en control cuando funciona; pero cuando una rabieta o una siesta que los niños no quieren hacer o la secadora se rompe del todo, todo el día puede caer en picado y sin frenos. Ser flexible te ayudará a recuperarte y a que los contratiempos no anulen tu estado de ánimo.

No hay descansos

No solo hay mucho que hacer, a menudo son las mismas tareas en repetición, haciendo que un día se sienta casi exactamente como el siguiente sin descanso.  No hay el tipo de distracción que trae un trabajo... Para las madres trabajadoras, existe el desafío de hacer malabares con estas dos tareas principales, pero la ventaja es que cada una le da al otro cierta perspectiva. Las madres que se quedan en casa no tienen ese tipo de contexto continuo.

Trabajas sola

Parece que eso de quedarse en casa es todo un privilegio. Las madres que hacen malabarismos con el trabajo y el cuidado de los niños incluso pueden estar un poco celosas de su estadía en sus contrapartes en el hogar.

Parece que eso de quedarse en casa es todo un privilegioParece que eso de quedarse en casa es todo un privilegio

Pero las madres que se quedan en casa a tiempo completo tienden a informar sentimientos de aislamiento, pérdida de identidad y pérdida de interacción social. Puede ser difícil sentir una sensación de logro cuando esto no siempre es observable... ni recompensado.

La elección es una ilusión

Las madres que se quedan en casa más infelices son aquellas que quieren trabajar pero no trabajan. Algunas mujeres que quieren trabajar pueden no trabajar debido a presiones familiares o culturales para quedarse en casa, por un sentido del deber, o porque no pueden pagar el costo del cuidado de los niños. Estas mujeres tienden a estar más deprimidas que las mujeres que optan por no trabajar y que optan por quedarse en casa.

Si es una decisión personal el quedarse en casa se lleva mejor que si se siente como una imposición social. En este sentido tanto las madres como los padres que se quedan en casa deben escoger esta opción como la más óptima para la familia, para ellos mismos y sobre todo, sentir que es lo que desean en ese momento. Si las inquietudes son otras además del cuidado del hogar, entonces es importante seguir ese sentimiento para que cuando pasen los años no se sientan perdidos.

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