Un ambiente cargado de ruido hace que las personas se irriten. Todas las personas de cualquier edad necesitan momentos de paz para poder entrar en un estado de tranquilidad y bienestar, es la única forma de poder conectar con las emociones, sentimientos y pensamientos de uno mismo. María Montessori decía que el silencio es necesario para poder entrar en el nivel más profundo de conciencia y sensibilidad, por este motivo María Montessori creó 'El juego del silencio' también conocido como 'El ejercicio del silencio'.
Este juego se puede realizar en casa o en la escuela y los niños pueden elegir participar en el juego o no. Para conseguir que un niño entre en el estado del silencio se necesita tener autocontrol y tomar conciencia de lo que sucede alrededor para cooperar con quienes sí están en silencio a su alrededor.
Antes de poder empezar a realizar este juego, el niño debe tener capacidad suficiente para coordinar sus movimientos, deberá tener una buena voluntad y predisposición y sobre todo tener conciencia de sí mismos y de los demás. Es importante que conozcan el término del silencio y que lo hayan experimentado con anterioridad. Cuando los niños eran silencio experimentarán momentos de paz y tranquilidad... ¡y les encantará la experiencia! Sentirán que tendrán cierto control sobre su entorno y que ellos son los capaces de hacer silencio siempre que lo deseen para encontrar la calma. Por si fuera poco, también potenciará una buena capacidad de atención y concentración.
Preparación antes del juego
Antes de empezar con 'El juego del silencio' tendrás que preparar a los niños para que tomen conciencia del ruido y del silencio. Para ello puedes hacer sonar una campana mientras los niños están sentados en el suelo, si son bastantes niños es mejor que estén sentados en círculo. Anima a los niños a que no la hagan sonar cuando la tengan en sus manos.
Haz una pequeña pausa para que los niños cierren los ojos y escuchen los sonidos del ambiente, ya sea el canto de los pájaros o si está lloviendo, cómo hace ruido al golpear contra el suelo. Mientras los niños mantienen los ojos cerrados, toca varios instrumentos que conozcan y que sean capaces de identificarlos sin verlos, como el sonido de una guitarra o de una trompeta.
Después permite que los niños estén sentados con los ojos cerrados durante 30 segundos y pregúntales qué sonidos escucharon. Después explícales que también estuvieron escuchando el silencio y cómo se sintieron en esos momentos (de calma y tranquilidad).
Cómo poner en práctica 'El juego del silencio'
Primero tendrás que invitar a los niños participar en el juego y tendrán que acceder de forma voluntario. Una vez que accedan, pídeles que se sienten en el suelo cómodamente, si son bastantes niños que hagan un círculo en el suelo.
Después tendrás que explicarles que vais a jugar todos juntos, por lo que nadie podrá hacer ningún tipo de ruido. Puedes decirles que se imaginen que son una roca, y que las rocas ni se mueven ni hacen ruido. Cuando digas la palabra 'silencio' todos tendrán que quedarse callados y en calma.
Una vez que todos estén en calma y en silencio, tendrás que decir sus nombres casas susurrando y tendrán que levantarse intentando no hacer ningún ruido. Cuando se hayan levantado se tendrán que sentar a tu lado. Una vez que hayas dicho los nombres de todos los niños presentes, harás sonar una campana o cualquier otro instrumento para poner fin al silencio.
Una vez acabado el juego del silencio, es necesario reflexionar sobre el silencio sentido y hablar sobre lo que han escuchado o sentido en el tiempo en que han permanecido en silencio.
Si durante la sesión no se ha creado silencio, tendrás que llamar la atención de los niños que ocasionaron el ruido y diles que tendrán otras muchas oportunidades para jugar a este juego y hacer estupendamente ahora que ya saben cómo funciona.