Como padre o como madre, es lógico preocuparse ante cualquier síntoma de que tu hijo no se encuentra en plena forma. Ya sea una tos, algunos estornudos más de la cuenta, o unos pequeños granitos en la parte de la espalda. Y aunque el miedo y la preocupación es totalmente natural, no hay nada como acudir al médico para que este nos diga a qué nos enfrentamos, nos lo explique todo y nos indique cómo debemos actuar. Aunque en el caso de enfermedades como la varicela, esto es incluso más sencillo, porque estamos hablando de una enfermedad que es fácilmente reconocible y cuyo tratamiento no tiene nada de misterioso.
Desde que en el año 2016 se instauró la obligatoriedad de la vacuna de la varicela, esta enfermedad (altamente contagiosa, por otro lado) comenzó a ser cada vez menos común. Aún así, no es de extrañar ver a niños mayores de un año y menores de diez que se contagian de varicela. Si ese es tu caso, si alguno de tus hijos se encuentra enfermo, no te preocupes: es una enfermedad vírica aguda, pero muy común y, sobre todo, benigna. No suele conllevar complicaciones añadidas, más allá de alguna cicatriz si tu hijo no deja de rascarse las costras.
Lo primero que debes hacer siempre que detectes que tu hijo está enfermo es acudir rápidamente al pediatra o a la pediatra, para que sea una persona especializada la que lleve a cabo una evaluación completa. Recuerda que por mucho que puedas leer en internet, solo un o una especialista que se haya formado y que trabaje de ello podrá darte la solución. Una vez hecho esto, y además de seguir los consejos del o de la profesional, desde Bekia te vamos a indicar algunos trucos para conseguir que tu hijo pase la enfermedad lo más rápido posible. Normalmente durará en torno a siete días, quizás algo más, así que no desesperes, ármate de paciencia y hazle saber a tu hijo que todo pasará rápidamente.
Lo primero que debes hacer siempre que detectes que tu hijo está enfermo es acudir rápidamente al pediatra o a la pediatra¿Cómo evitamos los picores?
No hay nada más molesto de la varicela que los picores que estas pústulas pueden llegar a provocar. Precisamente es esto lo primero que debes tratar de paliar, porque si acaba rascándose podría provocarse cicatrices que quedarán en su piel de por vida, y de las que se arrepentirá posteriormente. Así que, antes que nada, córtale las uñas para asegurarte de que por mucho que le pique, incluso cuando esté durmiendo, no se haga heridas sin querer. Es importante que procures que esté el máximo tiempo posible en un ambiente fresco; si es verano, usa ventiladores o aire acondicionado (tampoco hace falta abusar del frío, algo medio), o incluso paños húmedos donde más le pique. Con el calor el picor podría empeorar, haciendo que se encuentre mucho más incómodo.
Los baños con agua tibia pueden ayudar a calmar estos picores. Deben ir siempre acompañados de muchos líquidos a la hora de beber, porque eso facilitará que se recuperen más rápidamente de la enfermedad. Hay profesionales de la medicina que, para el picor, también recomiendan lociones de calamina; lo mejor es que consultes este aspecto con el pediatra o la pediatra de tu hijo, para que sea él o ella quien te recomiende lo que más le convenga. También puedes hablar con él o ella la posibilidad de darle algún tipo de analgésico para intentar evitar el dolor; pero que nunca sea aspirina, porque no es recomendable en los niños.
El principal problema de los niños cuando enferman de varicela es que, por regla general, no tienen malestar más allá de los picoresSi tu hijo ha enfermado durante el invierno, procura que la ropa que tenga no sea de lana, porque al ser tan áspera podría acabar dañándole la piel. Y es que aunque la varicela no es una enfermedad complicada, ni suele tener repercusiones negativas, sí es mejor controlarla para evitar que el daño en la piel acabe siendo irreversible. Tampoco es recomendable que realice actividades que requieran de mucho esfuerzo físico, porque eso podría implicar que el pequeño acabara sudando, y eso también podría dañar su piel.
Intenta distraerle: la varicela es muy aburrida
El principal problema de los niños cuando enferman de varicela es que, por regla general, no tienen malestar más allá de los picores. Y no hemos de olvidar que son niños, que querrán jugar, moverse e ir a clase con sus amigos, pero no pueden hacer nada de esto. Principalmente porque así evitarás el contagio a otros niños, pero sobre todo porque el sudor y la actividad física hará que la piel se encuentre más débil.
Es importante tratar en condiciones la varicela, con los medicamentos que manden los profesionales, y tratando de hacerle al niño la enfermedad lo más llevadera posible. Si no se trata bien, sí que es cierto que podría generar infecciones en la piel, o incluso una deshidratación o una neumonía. Los casos son los menos, pero siempre hay que tener precaución con todo tipo de riesgos.