¿Alguna vez has sentido que tus hijos estaban fuera de control? Es probable porque a todos los niños les pasa alguna vez. Pero normalmente cuando un niño pierde el control suele ser durante un período corto de tiempo y la habilidad de los padres para manejar la situación marcará la diferencia para que el niño aprenda a controlar ese estado rápidamente o por el contrario se desborde y las rabietas y la pérdida de control se vuelvan más frecuentes, e insoportables.
Para muchos padres, que sus hijos pierdan el control parece una rutina más, teniendo en cuenta todo el malestar que ello conlleva. Los niños se niegan a escuchar, rompen las reglas y no se preocupan por las consecuencias. Si crees que tus hijos están fuera de control, entonces es necesario que vuelvas a tener autoridad y poder. Mantener la autoridad es muy importante para el bienestar de tu hijo, pero también lo es para tu salud emocional.
Establecer reglas es clave
Aunque no lo creas, los niños necesitan reglas y límites, es la única manera de que sepan qué se espera de ellos y esto, les aporta seguridad y control (y a ti también). Los niños se sienten seguros cuando confían en que sus padres son buenos líderes que pueden establecer y hacer cumplir las reglas. Cuando los niños no confían en que sus padres pueden mantener el orden, experimentan mucha angustia. Esa angustia puede conducir a aún más problemas de comportamiento.
Es necesario conseguir que tus hijos te escuchen sin necesidad de que repitas las mismas órdenes una y otra vez, porque si lo haces, ni tendrán validez tus palabras ni tampoco tu autoridad. Pero, ¿cómo conseguir que tus hijos te escuchen y que además aprendan a seguir las reglas para no acabar fuera de control?
Aunque no lo creas, los niños necesitan reglas y límitesCómo conseguir que tus hijos no pierdan el control
Establece normas en casa
Reduce el caos creando una lista clara de reglas escritas. Céntrate en reglas básicas como "Usar palabras amables" y "Preguntar antes de pedir prestado". Las reglas se pueden cumplir más fácilmente una vez que se anotan y se discuten como familia. En este sentido, sentaos todos juntos a hablar sobre qué normas son necesarias en vuestro hogar, escribirlas y dejarlas en un lugar que se vean bien. Además deberán haber consecuencias negativas en caso de incumplir esas normas.
El día debe estar estructurado
Consigue que la familia realice una rutina al introducir más estructura en el día de tu hijo. Crea tiempo para los deberes y el estudio de la escuela, las tareas domésticas, la cena, las actividades familiares y el juego. Luego, intenta seguir el programa tanto como sea posible todos los días de semana. Habrán días que se requiera algo de flexibilidad pero es importante que el día esté lo más estructurado posible.
Asigna tareas a tus tus hijos
No importa que tus hijos tengan 5 o 15 años, es necesario que tengan unas tareas regulares y diarias asignadas acorde a su capacidad y edad. Haz que tus hijos se acostumbres a hacer tareas domésticas para que se conviertan en miembros activos y responsables dentro de la familia.
Habrán días que se requiera algo de flexibilidad pero es importante que el día esté lo más estructurado posibleCéntrate en lo que sí puede hacer
Normalmente los padres se centran más en lo que los hijos no pueden hacer o lo que no hacen bien en lugar de centrarse en lo que sí pueden hacer o conseguir. En este sentido, en lugar decir cosas como: 'No vas a ver la televisión hasta que tengas los juguetes recogidos', di algo como: 'Podrás ver la televisión tan pronto como hayas recogido los juguetes'. Para que los niños se sientan motivados a colaborar en las tareas y en cumplir las órdenes es mejor ofrecer opciones positivas para que los niños sientan que tienen parte del control, en lugar de sentir que lo que le dices es demasiado punitivo (algo que les hará ponerse a la defensiva casi de inmediato).
Dar instrucciones efectivas
La forma en que dices las órdenes importa mucho. Sé firme y directo y solo da una instrucción a la vez. Usa una voz tranquila y asegúrate de llamar la atención de tu hijo antes de hablar.
Recuerda establecer consecuencias negativas por la mala conducta o incumplimiento de las normas que deberá estar pactado antes, cuando hayáis establecido las normas del hogar.