El acoso escolar o bullying puede ser un problema grave, sobre todo cuando tu hijo es la víctima. Además de ayudar a tu hijo e intentar superar el dolor, también te enfrentas a la forma de abordar el problema en la escuela.
Con la primera persona que hablarás será con el maestro.Sin embargo, para los estudiantes mayores, es posible que no haya un maestro específico con quien comunicarse, especialmente si la intimidación ocurrió en el autobús o durante el almuerzo. Esto significa que tienes que ir al director. En consecuencia, muchos padres piensan que la sola idea de este paso es muy estresante, pero no tiene que serlo. Sigue estos consejos para que la conversación sea un éxito y podáis encontrar soluciones al problema.
Cara a cara
Cuando se trata de algo tan importante como es la intimidación, es necesario establecer una reunión con el director. No lo hagas por correo electrónico porque son demasiado fáciles de malinterpretar... es mejor que lo hagas cara a cara.
Es mejor que la reunión sea a primera hora de la mañana porque el director estará más fresco y menos cansando, por lo que será una reunión más productiva. Es necesario que evites los chismes sobre el acosador o que publiques sobre el tema en redes sociales. Todo esto solo haría que el problema se agravase.
Trata al director como un aliado
Ves a la reunión con el pensamiento de que el director os va a ayudar. Incluso si no estás de acuerdo con algunos aspectos de la situación, busca la forma de forjar una asociación en la que tu hijo pueda ser protegido de nuevos actos de intimidación. Además, evita culpar al director por las decisiones respecto al acosador. En cambio, concéntrate en cómo el director tiene la intención de mantener a tu hijo seguro.
Sinceridad y honestidad
Evita ser crítico o culpar a la escuela por cómo está sufriendo tu hijo. Ten en cuenta que aunque las escuelas guíen a sus estudiantes, ellas toman sus propias decisiones. La persona responsable del acoso escolar es el acosador, no el director. Si bien es cierto que la escuela tiene responsabilidad de mantener a tu hijo seguro, ser demasiado crítico solo hará que la conversación se trunque. Corres el riesgo de que el director se concentre más en tu tono y tus malos modos que en las soluciones a la cuestión.
Sin mochila emocional
En muchas ocasiones, los padres permiten que su propia carga emocional nuble su forma de pensar, sobre todo si él o ella también sufrió acoso escolar en la infancia. Ten especial cuidado de no permitir que tus experiencias negativas interfieran en la protección de tu hijo. Céntrate en la situación de tu hijo. Evita asumir que tu historia se repetirá en tu hijo.
Preparación ante todo
Toma algunas notas sobre lo que quieres decir y cómo hacerlo. Debido a que la intimidación es un tema emocional, puede ser fácil distraerse u olvidarse de lo que quieres decir. Como resultado, asegúrate de anotar los puntos clave que deseas abordar con el director, así no se te olvidará nada. De esta manera, si te pones nervioso o molesto, tienes algo a lo que acogerte que te ayudará a mantenerte en el buen camino dentro de la conversación.
No olvides los detalles
Es importante que expliques con detalle lo que estás viendo y cómo está afectando a tu hijo. Comparta cualquier documentación que tengas sobre la intimidación, incluidos los testigos de la intimidación, o que se dijo o hizo y cómo ha impactado en tu hijo. Cuanta más información objetiva puedas proporcionar, mejor. Intenta evitar ponerte demasiado emocional cuando compartas los detalles. Es importante que el director escuche lo que tienes que decir y que no se distraiga con un encuentro emocional.
Estableced un plan de actuación para llevar a cabo antes de que acabe la reunión, así podrás salir sintiendo que se hará algo al respecto para la protección de tu hijo.