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Cómo evitar problemas de comportamiento antes de que ocurran
Cómo evitar problemas de comportamiento antes de que ocurran

PREVENCIÓN

Cómo evitar problemas de comportamiento antes de que ocurran

La mejor forma de evitar los problemas de comportamiento, ¡es evitando que ocurran! Pero, ¿cómo se consigue esto?

¿Alguna vez has escuchado que es mejor prevenir que curar? A demás de ser un buen consejo en salud, también lo es en disciplina para niños y es que no hay una mejor técnica disciplinaria que la prevención. Si puedes evitar problemas de comportamiento antes de que empiecen, entonces tu familia será mucho más feliz. La prevención de los problemas de comportamiento requiere tiempo y esfuerzo por parte de todos, pero es una gran inversión que te ahorrará disgustos a largo plazo.

Mantén una relación saludable con tus hijos

Si crees que no tienes una relación saludable con tu hijo, es lo primero que tienes que modificar porque entonces será mucho menos probable que tu hijo se sienta motivado para comportarse correctamente. Al igual que la mayoría de los adultos se sienten más motivados a trabajar cuando se les respeta en un ambiente laboral saludable, los niños serán mucho más propensos a seguir las normas de casa si sienten amor y respeto hacia ellos.

Para conseguirlo tendrás que mejorar la atención positiva y darle toda tu atención durante un tiempo determinado durante el día. Es tan fácil como jugar y divertirte con él, ¡y lo mejor es que estaréis creando recuerdos maravillosos! Mientras más fuerte sea vuestra relación y más unidos estéis, se sentirá más motivado para escucharte y hacer las cosas bien.

Los niños no pueden seguir las reglas si no saben cuáles son o no se las dices claramenteLos niños no pueden seguir las reglas si no saben cuáles son o no se las dices claramente

Crea normas claras en casa

Los niños no pueden seguir las reglas si no saben cuáles son o no se las dices claramente. Necesitan saber cuáles son tus expectativas, ¡ellos no tienen una bola de cristal para saber cuáles son las normas aceptables! Para conseguirlo tendrás que crear una lista de reglas en casa y mostrárselas positivamente en casa.

Para que se cumplan las normas tendrás que explicar las consecuencias de no cumplirlas antes de tiempo. No apliques una consecuencia si no has explicado antes que iba a tenerla si rompía una regla en concreto. Tienes que explicar a tu hijo qué sucederá si no hace caso a las normas. Así tus hijos no replicarán cuando sepan las normas y sus consecuencias. Por ejemplo: 'Si molestas a los niños en el parque, nos iremos a casa'.

Proporciona una estructura en el día

Los niños necesitan rutinas y estructura para saber qué ocurrirá después y sobre todo, para sentirse seguros y protegidos todo el tiempo. Deberéis crear un horario o estructura diaria para que tu hijo sepa cuándo debe completar sus tareas escolares, hacer las tareas de casa y cuándo tiene tiempo para jugar.

Cuando los niños se acostumbran a tener el día bien estructurado es más probable que respondan positivamente. En ocasiones, tendrás que ser flexible con esta estructura cuando por ejemplo, si una tarde en lugar de quedaros en casa decidís ir a pasear por la playa.

Elogia el buen comportamiento

Si quieres que se repita el buen comportamiento de tu hijo, es importante que lo elogies. Cuando tu hijo esté haciendo las cosas bien, felicítale por hacerlo. Elogia por su esfuerzo y no solo por los resultados. Escoge el buen comportamiento que quieres que se refuerce y cuando lo haga, elógiale por hacerlo.

Por ejemplo, si tu hijo está jugando en silencio o está jugando con su hermano sin molestarle, díselo. Cuando recoja los platos de la mesa o cuando va a lavarse los dientes sin que tengas que recordárselo, dile lo mucho que aprecias que lo sepa hacer así de bien.

Habla con tu hijo sobre emociones y comportamiento

Cuando los niños entienden sobre sus sentimientos y emociones es más probable que comiencen a tener un buen control de su comportamiento. En este sentido deberás enseñar a tu hijo habilidades para el control de la ira, habilidades para entender sus propias emociones y las de los demás, saber cómo manejar las emociones más incómodas como el miedo, la tristeza, la desilusión o la frustración... Pero antes de aprender a manejarlas tiene que aprender a identificarlas.

Las emociones nos hacen sentir de una forma determinada para saber cómo estamos y buscar si hay algo a nuestro alrededor que nos hace sentir así, buscar la solución para encontrarnos mejor y aplicarlo para cuidar nuestra salud emocional.

Una vez que tu hijo sepa hacer esto le será mucho más fácil controlar sus impulsos y así, será mucho menos probable que reaccionen de manera agresiva o desafiante. Enseña a tus hijos habilidades de control de impulsos con juegos y estrategias de disciplina.

Cuando los niños desarrollan el control de los impulsos, sus vidas sociales mejoran y tienden a tener un mejor rendimiento académico.  Así que es necesario comenzar a practicar la gratificación retrasada y darle a tu hijo las habilidades que necesita para manejar mejor sus impulsos verbales y físicos.

Es mejor centrarse en lo bueno que en lo negativoEs mejor centrarse en lo bueno que en lo negativo

Un sistema de recompensas

Es mejor centrarse en lo bueno que en lo negativo por lo que es ideal crear un sistema de recompensas. Tendrás que identificar el comportamiento que quieres que tu hijo mejore como 'recoger la mesa después de comer', tienen que ser objetivos específicos para que sepa exactamente qué esperas de él y no más de 3 por vez. Las objetivos se cambian cuando los primeros ya se han interioridad correctamente. Después de establecer los objetivos hay que establecer el sistema de recompensas que motivará al niño a mantenerse por el buen camino.

Es ideal poner pegatinas a los más pequeños y a los más mayores puede ser un sistema simbólico que le recuerde que lo está haciendo bien. Así tu hijo se sentirá más motivado para seguir las reglas y ganará nuevas habilidades.

Planea las cosas con anticipación

Si quieres evitar que existan problemas de comportamiento tendrás que ser proactivo en ello. Identifica los problemas potenciales que pueden haber antes de que comiencen y evita que ocurra.

Por ejemplo, si tu hijo sabes que se va a pelear con su hermano por que querrá ser el primero en un videojuego, lanza una moneda al aire y que escojan cara o cruz... el que salga empieza esa vez. Después tendrás que turnarse y cualquiera que pelee o discuta perderá su turno. Si te mantienes por un paso por delante muchos problemas de comportamiento los podrás evitar.

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