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Entrenamiento de velocidad y agilidad para niños
Entrenamiento de velocidad y agilidad para niños

AGILIDAD INFANTIL

Entrenamiento de velocidad y agilidad para niños

Descubre la importancia y cómo desarrollar la velocidad y la agilidad en los niños más pequeños.

La agilidad, es la capacidad de cambiar de dirección y ganar velocidad sin perder el control del motor. Está directamente relacionado con la velocidad, el equilibrio y las habilidades de coordinación. Los niños desarrollan velocidad y agilidad a una edad temprana, cuando persiguen a sus amigos o la mascota familiar por el jardín.

La agilidad y la velocidad requieren un repertorio que se llama La agilidad y la velocidad requieren un repertorio que se llama "habilidades de coordinación".

Cuándo empezar

Los programas de entrenamiento de velocidad y agilidad de los niños deben desarrollarse en etapas apropiadas para su edad. Los especialistas sugieren que los niños de entre 5 y 8 años deben estar expuestos a una variedad de patrones de movimiento, que incluyen movimientos de brazos y piernas realizados desde una posición estacionaria, movimientos de salto y ejercicios que promueven la conciencia espacial. 

El dominio de habilidades se mejora entre los 9 y los 13 años. Los ejercicios que implican correr a través de un laberinto de conos, moverse en la figura ocho y saltar y aterrizar de manera controlada son adecuados para jóvenes adolescentes, de 13 a 16 años.

Características

La agilidad y la velocidad requieren un repertorio que se llama "habilidades de coordinación". El equilibrio es esencial para la agilidad. Algunos niños experimentan por primera vez las leyes del equilibrio en los columpios del parque, como en un balancín cuando. levantan los pies y equilibran la tabla en su punto medio. 

La orientación espacial, a veces llamada propiocepción, se desarrolla a través de juegos como fijar la cola en el burro. La capacidad de reaccionar ante señales visuales, auditivas, kinestéticas o táctiles es un aspecto importante de la agilidad. Los juegos en los que requieren que el niño responda a un silbato mejoran esta habilidad. La finalización de una señal auditiva, que se produce en juegos como las sillas musicales, también proporciona una capacitación efectiva.

Beneficios

El entrenamiento de velocidad y agilidad mejora el atletismo y aumenta la probabilidad de que un niño participe en deportes. La participación deportiva promueve una apreciación por la salud y el ejercicio, un sentido de autoestima e interacción en un entorno de trabajo en equipo.

La participación deportiva promueve una apreciación por la salud y el ejercicioLa participación deportiva promueve una apreciación por la salud y el ejercicio

Efectos a considerar

El fútbol es un deporte que requiere una considerable cantidad de velocidad y agilidad.  El efecto de la práctica del fútbol en el desarrollo motor en niños de 7 y 8 mejora la resistencia cardiovascular, la velocidad, la agilidad y la flexibilidad en los niños de 7 años y la fuerza explosiva, la velocidad y la coordinación en los niños de 8 años.

Es necesario evitar forzar a los niños a realizar simulacros de entrenamiento que sean inapropiados para su nivel de desarrollo. Hacerlo puede causar lesiones permanentes o hacer que tu hijo sienta aversión a cualquier tipo de actividad física. Experimentar con diferentes actividades es lo imprescindible para que los niños sepan qué les gusta más y qué menos. Podrán desarrollar sus propios intereses no solo por el deporte si no por el movimiento y la agilidad en sí mismos. El niño al que no le gusta lanzar una pelota puede disfrutar de actividades musicales rítmicas...

Lo que importa sobre todo es que los padres sean conscientes de las habilidades motoras de sus hijos para que de este modo, puedan potenciar aquellas habilidades con las que el niño se siente bien realizando. Es una forma de motivar y estimular el desarrollo físico pero también el mental ya que cuerpo y mente están estrechamente relacionados. Además, también es necesario tener presente que en la forma de vida actual, el sedentarismo es un problema social que los padres deben luchar en la crianza. Deben potenciar en la vida familiar un estilo de vida saludable para que los niños aprendan a moverse y a tener un estilo de vida que les permita tener una mejor salud tanto en el presente como en el futuro.

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