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Ecografías 2D, 3D y 4D, ¿cuál elegir?
Ecografías 2D, 3D y 4D, ¿cuál elegir?

DESARROLLO DEL FETO

Ecografías 2D, 3D y 4D, ¿cuál elegir?

Con el avance de las técnicas, ahora podemos ver a nuestro futuro bebé con mucho mayor nivel de detalle gracias a las ecografías 3D y 4D.

Las ecografías están pensadas, entre otras cosas, para esos futuros padres que no puedan aguantar las ganas de ver a su futuro bebé. Aunque sus ventajas son muchas, ya que ayudan a los profesionales que van a llevar nuestro embarazo ver y observar las distintas secuencias de su evolución durante esta etapa de formación del bebé.

Hace ya varias décadas, solo teníamos la posibilidad de echar un vistazo a nuestro futuro bebé en una sesión de ecografía en 2D o dos dimensiones. Esta resultaba difícil de descifrar y entender, por lo que el mundo del nonato siguió evolucionando para traernos métodos más novedosos como el 3D y el 4D, que se fusionaron en la medicina.

El método tradicional

La ecografía en 2D es las más común, la que todo el mundo conoce y alguna vez se ha hecho. Este sistema es bastante simple, ya que funciona mediante ecos que se expanden por ondas, como si se tratara de un sónar, que atraviesan la barriga de la madre, traspasan la bolsa donde está nuestro bebé y nos permite ver mejor lo que pasa dentro de nosotras.

Este método es subvencionado por la seguridad social, ya que es el sistema más barato y básico que existe. A través de tres sesiones de base, el médico puede seguir el crecimiento y desarrollo de nuestro feto. Las ecografías en 2D se realizan durante las semanas 12, 20 y 30 del embarazo, aproximadamente.

La consulta al médico para una de estas sesiones no es solo para ver a nuestro bebé dentro de la barriga o descubrir el sexo que tendrá, sino que determina diversas cosas que servirán durante la etapa del embarazo y después. Entre ellas, destaca la ayuda para llevar un control rutinario sobre el crecimiento, desarrollo y formación del bebé, la posición de este y si existe alguna posible dificultad a la hora del parto.

Las ecografías 2D siguen teniendo utilidad para hace run seguimiento del embarazoLas ecografías 2D siguen teniendo utilidad para hace run seguimiento del embarazo

La imagen que aparece en la pantalla mostrándonos lo que hay dentro de nosotras, es una secuencia en tiempo real. El problema es que el 2D supone una imagen plana plasmada en distintas tonalidades de grises y negros, haciendo difícil su identificación. Aunque se sigue utilizando ya que su método es mucho más económico y no se distingue tanto las funciones de este tipo de ecografía con el resto.

Modelos intermedios

El siguiente tipo de ecografía es el denominado 3D. Con ella podemos observar a nuestro bebé como si se tratara de una película en el cine en tres dimensiones, una técnica que se fusionó en el ámbito médico a partir de los años 90. Aquí los tonos de visualización varían, añadiendo un color más beige al cuerpo y rostro del bebé.

La técnica del 3D para observar la evolución del embarazo tiene un funcionamiento similar al anterior, con la diferencia de que el feto que se ve en la pantalla tiene volumen y podemos distinguir mejor las formas. La ecografía en 3D ayuda al médico a visualizar con mayor precisión otras características clave a la hora del embarazo que con la técnica anterior no eran posible, como lo puede ser la existencia de malformaciones, la estructura ósea, etc. Que se suman a las ventajas que las 2D permitían.

Esta ecografía puede o no incluirse en la seguridad social, dependiendo del centro al que se acuda: si es de titularidad pública y cuenta con un sistema de este tipo, puede que el seguro lo cubra. En cambio, para aquellos padres que no cuenten con esta ventaja, pueden acudir a centro o clínicas privadas especializadas en la materia para realizar una de este tipo, aunque el precio puede superar en algunos casos los 80€. Mediante un seguro privado sí que se puede acceder a este tipo de ecografías de manera más rápida, dependiendo del tipo de tarifa que se solicite.

La desventaja que encontramos a la hora de elegir este sistema, además del precio por la vía privada, es el sistema que tiene de funcionamiento. El médico capta a través del aparato necesario distintos momentos y luego se capta una única imagen de lo que los ultrasonidos han detectado. No nos permite apreciar el movimiento porque lo que vemos va con unos segundos de retraso, y la imagen que se nos cede al final de la sesión es una instantánea fija de una sola toma.

Normalmente tenemos que pagar por las ecografías 3D y 4DNormalmente tenemos que pagar por las ecografías 3D y 4D

Su rostro en tiempo real

Por último, la ecografía en 4D o cuatro dimensiones es el método más revolucionario de todos. Al igual que los anteriores, funciona mediante ecos que emiten ondas y que, a través de una pantalla, nos ayuda a ver el interior del feto. No solo da volumen al bebé, sino que transmite una imagen más real. Con ella podemos ver los rasgos de nuestro futuro bebé y los médicos especialistas pueden ayudarse de esta técnica para visualizar mejor el desarrollo del feto y las posibles complicaciones que se pueden dar en el parto, para estar prevenidos.

Esta es una ecografía que prefieren los padres, ya que te dan una serie de fotografías de lo que se ha visto en la consulta y forman así una secuencia de movimientos. Es una captación en tiempo real y la distinción de colores permite ver mejor a nuestro bebé. El problema es que este tipo no lo subvenciona la seguridad social, así que hay que desembolsar alrededor de unos 150€ euros por sesión.

Al tratarse de una cantidad elevada, es mejor hacerla a partir de la semana 25 hasta la 30, porque es cuando el feto está más formado y podemos ver sus rasgos, además de las muecas que empieza a realizar. Aunque podemos ahorrarnos algo más en la ecografía 4D, ya que los precios más baratos se reservan para las primeras semanas de embarazo, cuando todavía no se aprecian bien los rasgos del bebé y se está formando.

Las tres formas sirven para lo mismo : ver al bebé, determinar el sexo, hacer una aproximación del tiempo de embarazo, lo que queda de este y el futuro parto que se avecina, controlar que el desarrollo del feto es el correcto, analizar la posición de este con el paso del tiempo y explorar la posibilidad de malformaciones. La única diferencia es que las dos últimas, la 3D y la 4D, ayudan a ver mejor al bebé, sus rasgos y su formación, además de mejorar la calidad de prevención ante posibles dificultades postparto por su mejor visualización.

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