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La disciplina suave para educar a los hijos
La disciplina suave para educar a los hijos

DISCIPLINA

La disciplina suave para educar a los hijos

La disciplina suave es idónea para educar a los hijos, ¡pero no hay que confundirla con una crianza permisiva! Descubre qué es y en qué consiste en la crianza.

Los niños no necesitan gritos ni maltrato de ningún tipo para que aprendan a comportarse. Lo que ralamente necesitan es amor incondicional, guía y mucho cariño por parte de sus cuidadores principales, que en la mayoría de los casos, son los padres. La disciplina suave es una estrategia de disciplina que se basa en el respeto mutuo entre pases e hijo. La base de este tipo de disciplina se enfoca en usar la disciplina y no el castigo.

Similar a la disciplina positiva, los padres que usan una disciplina suave no pegan a sus hijos ni usan ninguna forma de castigo corporal. Estos padres no avergüenza a sus hijos, usan formas respetuosas para abordar las consecuencias negativas para que el comportamiento mejore en el futuro.

La disciplina suave: la mejor a largo plazo

La disciplina suave no solo se enfoca en el comportamiento de hoy, ayuda a los padres a mirar a largo plazo. Los padres reconocen las habilidades que sus hijos necesitan y encuentran estrategias de disciplina para que logren los objetivos.

Si un niño necesita aprender responsabilidad, los padres pueden ofrecer más tareas para asegurarse de que el niño adquiera las habilidades que necesita. Este tipo de disciplina está pensada para que los niños se conviertan en adultos sanos emocionalmente y responsables, con las habilidades suficientes para conseguirlo.

La disciplina suave es una estrategia de disciplina que se basa en el respeto mutuo entre pases e hijoLa disciplina suave es una estrategia de disciplina que se basa en el respeto mutuo entre pases e hijo

La disciplina suave enseña a los niños qué hacer

La disciplina suave se centra en enseñar a los niños el comportamiento apropiado. Si un niño insulta a otro niño, en lugar de aplicar solo la consecuencia, también se le enseñarán formas de hablar de forma más respetuosa, de poder mostrar sus sentimientos sin necesidad de herir a otros.

Aprenden empatía y asertividad, porque de esta manera serán capaces de expresar sus sentimientos de forma correcta y por tanto, también aprenderán a tomar decisiones acertadas tanto para ellos, como para las personas que le rodean.

Sus sentimientos son lo más importante

Los sentimientos son la base principal para disciplinar a los niños. Para que éstos se sientan respetados y valorados, deben darse cuenta de que sus sentimientos son importantes para los demás. Si un niño está triste, los padres no deben quitar importancia a ese sentimiento. Deben usar la disciplina suave y enseñar a los niños a lidiar con las emociones que se consideran más incómodas... porque todas son importantes y nos guían.

Si existen problemas, los padres enseñan a sus hijos habilidades suficientes para poder enfrentarse a ellos. A ser capaces de aprender que los errores no son enemigos, sino que éstos nos enseñan a ser mejores personas y a modificar el comportamiento hacia un futuro mejor.

Cualquier experiencia puede ser aprendizaje para los niños, siempre que un adulto le guíe con éxitoCualquier experiencia puede ser aprendizaje para los niños, siempre que un adulto le guíe con éxito

Expectativas y consecuencias

Cualquier experiencia puede ser aprendizaje para los niños, siempre que un adulto le guíe con éxito. Los padres deben dejar las reglas y expectativas claras antes de que ocurran. Por ejemplo, si vas al médico tendrás que decirle a tu hijo que iréis al médico y que tendréis que usar las voces internas porque allí las personas no se sienten bien y necesitan silencio.

Tus hijos podrán hacerte preguntas y saber cuáles serán las consecuencias en caso de que rompan las reglas. De esta manera sabrán qué deben hacer y qué se espera de ellos en cada momento.

Las consecuencias pueden ser positivas y negativas. En primer caso cuando hace las cosas bien y en segundo caso cuando decide no hacer las cosas como se habían acordado en un principio. La disciplina suave no es una crianza permisiva y las consecuencias deben ser efectivas. Todas las consecuencias deben tener un propósito específico.

Las consecuencias no tienen que aplicarse solo por el enfado o la baja tolerancia a la frustración de los padres, sino que las consecuencias deben estar pensadas para disciplinar a los hijos y permitirles que aprenda sobre lo ocurrido y reflexionar sobre ello.

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