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Desafíos en la educación adolescente entre 13 y 18 años
Desafíos en la educación adolescente entre 13 y 18 años

ADOLESCENCIA

Desafíos en la educación adolescente entre 13 y 18 años

Educar a los hijos adolescentes entre los 13 y los 18 años puede ser todo un desafío, ¡pero no es imposible!

A medida que tu hijo se convierte en adolescente también comienzan los desafíos educativos. Comienza a tener su propia identidad y a separarse de ti cada vez más... Pero aunque se separe de ti o intente hacerlo para mostrar su individualismo, al mismo tiempo también necesita tenerte cerca por su bienestar emocional. Pero esto, cuando lo combinas solo hará que existan desafíos que pueden resultarte difíciles de abordar.

Te habrás dado cuenta que a media que tu hijo crece también está cambiando tu rol como padre o madre. Puede que te encuentres cada vez más como una guía, en lugar de un ejecutor. Eso no quiere decir que tu hijo no necesite que intervengas cuando hay problemas de seguridad o que tu adolescente no necesite acatar algunas consecuencias. Pero, a estas alturas, está bien dejar que sea tu hijo quien tome algunas decisiones por su cuenta, incluso cuando tú creas que está tomando una mala decisión.

A medida que tu hijo se convierte en adolescente también comienzan los desafíos educativosA medida que tu hijo se convierte en adolescente también comienzan los desafíos educativos

Comportamiento típico de los adolescentes

A los adolescentes les gusta probar los límites de su independencia. Así que no te sorprendas cuando tu hijo adolescente discuta cuando tú dices que no a algo o cuando se pone detrás de ti para hacer lo que le plazca cuando cree que no le estás mirando. A menudo hay un tira y afloja entre padres y adolescentes.  Tu hijo puede exigir de tu asistencia un minuto y reclamar que no te necesita en el siguiente minuto. Puede ser desconcertante pero así es la adolescencia y debes aceptarlo.

La adolescencia puede ser un momento tumultuoso para los adolescentes, ya que cambian física, emocional y socialmente.  Es normal que los adolescentes actúen de manera responsable y casi como adultos en algunas áreas de sus vidas, mientras se mantienen aferrados a sus formas infantiles en otras áreas. A medida que los amigos y las relaciones románticas se vuelven cada vez más importantes, tu adolescente querrá pasar más tiempo con sus amigos. Eso significa menos interés en el tiempo en familia... pero que seguirá siendo igual de importante para su bienestar emocional aunque no se dé cuenta.

Puede ser difícil lograr un equilibrio que le brinde suficiente libertad a tu hijoPuede ser difícil lograr un equilibrio que le brinde suficiente libertad a tu hijo

Tu adolescente también querrá disfrutar de más privacidad. Tal vez quiera mantener en privado sus conversaciones en las redes sociales y puede pasar mucho más tiempo en su habitación con la puerta cerrada. Todo eso puede ser parte del crecimiento normal. Sin embargo, es importante estar atento a los problemas de salud mental que pueda tener.

Desafíos a los que te vas a enfrentar

A estas alturas, solo te quedan unos pocos años para preparar a tu adolescente para el mundo real.  Puede ser difícil lograr un equilibrio que le brinde suficiente libertad a tu hijo, al mismo tiempo que eres su principal guía. La mayoría de los adolescentes quieren más libertad de la que pueden manejar. Pueden insistir en que necesitan un toque de queda más tarde o pueden tratar de debatirte cuando le has dicho que no puede ir a una fiesta. Según tu hijo él sabe todo de la vida y tú no tienes ni idea de nada.

También querrá hacer las cosas a su ritmo, si le dices que limpie su dormitorio o que friegue los platos, se quejará y te dirá que lo hará más tarde... y si no le insistes, se le olvidará. También puede tener mal genio o sentirse preocupado por sus problemas con parejas, amigos o con el instituto.

También es bastante habitual que los adolescentes mientan intentando evitar problemas, puede negarte cosas evidentes o decir que no tiene ni idea de cómo ocurrió el problema. Necesitará que seas su guía en la vida para poder diferenciar el bien del mal... porque aunque tenga un ligero concepto sigue siendo egoísta. Aunque con todo esto, también necesitará que respetes sus formas de expresarse y de sentir en cada momento determinado.

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