Menú
Alternativas al castigo para educar a tus hijos
Alternativas al castigo para educar a tus hijos

CRIANZA

Alternativas al castigo para educar a tus hijos

El castigo parece efectivo a corto plazo, pero en realidad no ayuda a los niños a aprender, sino que dañan nuestra relación con ellos y destruye su autoestima.

El castigo nunca será una opción saludable para poner límites a los niños en su educación. El castigo es el antónimo al amor y sólo crea en los niños sentimientos de odio y resentimiento. Muchos padres reconocen los efectos nocivos del castigo físico y verbal. Los gritos, las bofetadas, los golpes, la violencia o los castigos impuestos destruyen la autoestima y crean ira en los niños. No crean aprendizaje, sólo dañan la relación entre padres e hijos.

Saber lo que hay que hacer

Saber lo que hay que hacer en cada momento es el primer paso para evitar los castigos innecesarios en la educación de los hijos. Los padres que preguntan qué deben hacer ya están mostrando un deseo de mejora que sin duda llegará. Las alternativas a los castigos no tienen nada que ver con los tiempos de espera, la negación de privilegios o las llamadas "consecuencias lógicas", que son de un modo u otro un castigo.

Los castigos son consecuencias impuestas por los adultos donde el niño no tiene elección ni control sobre lo que le va a ocurrir. Cuando se produce un castigo (o una consecuencia impuesta por los padres), se da un mensaje claro: los padres no tienen ningún interés en las necesidades insatisfechas subyacentes que le llevaron al niño a realizar una conducta en concreto y toma la ventaja injusta del poder sobre el niño. Los niños sienten que alguien a quien aman profundamente les está causando dolor.

Si castigas a tus hijos se dañará la relación entre vosotrosSi castigas a tus hijos se dañará la relación entre vosotros

Las verdaderas alternativas a los castigos son los que pueden ayudar al niño a aprender y a crecer de una manera sana donde el amor y el respeto hacia los hijos son fundamental. La educación y el castigo no tienen que ir cogidos de la mano.

La prevención

La prevención es la mejor forma de evitar que algo ocurra. Estoy segura de que en algún momento como padre o madre sabías que un desastre estaba a punto de ocurrir. Tomar medidas proactivas en la educación de los niños para prevenir estas tensiones innecesarias en tu vida y en la vida de tu hijo marcará la diferencia en la reducción de conflictos en la familia.

Si sabes que tu hijo va a entrar a por galletas, ponlas donde no las pueda encontrar o alcanzar. Si darle un postre a tu hijo después de la comida hace que se haga demasiado tarde, cambia el hábito de los postres. Si no quieres que tu hijo pase demasiado tiempo en el ordenador no dejes el equipo de forma accesible o sin control.

Planificar las cosas te ahorrará tiempo y energía, además podrás evitar disgustos innecesarios y el estrés pasará a un segundo plano. Habla con tus hijos también sobre la prevención y si son capaces de evitar su conducta impulsiva, un premio por ello puede ser una buena estrategia de aprendizaje (pero no un premio material, los premios es mejor que sean cosas que les gusta hacer como jugar 10 minutos más en el parque).

Las alternativas en opciones

Una alternativa eficaz ayudará a que tus hijos aumenten su autoestima y que sientan que tienen el control de la toma de decisiones, que el adulto no lo impone sin su consentimiento y de este modo, estará más receptivo a colaborar aunque sea sin premio. Es importante recordar que tu hijo quiere explicar el mundo y necesita espacio para eso. Ofrecer alternativas a los niños es una relación de "ganar-ganar" tanto para ti como para tu hijo.

Siempre hay alternativas. Por ejemplo, si tu hijo no quiere ponerse unos zapatos antes de salir le puedes ofrecer otra alternativa (aceptada por ti) como otro calzado y que escoja entre los dos el que más le guste para ponérselo. Tu hijo sentirá que tiene el poder de decisión.

Las consecuencias pactadas

Las consecuencias pactadas son otra alternativa al castigo que ayudará a los niños a sentir que tienen el control de la situación. Esto implica que el adulto no será el que dicta las consecuencias ni el niño deberá obedecerlas a ciegas. En este sentido, cuando se aplican las consecuencias pactadas se le da el control de la decisión al niño para que sienta que puede tomar sus propias decisiones y que si hace una conducta en concreto tendrá unas consecuencias claras. El niño, sabiendo esto de antemano podrá escoger si hacer o no la acción y asumir o no las consecuencias.

Que el niño conozca las consecuencias naturales de su conducta es más efectivo que castigarlesQue el niño conozca las consecuencias naturales de su conducta es más efectivo que castigarles

Por ejemplo, si el niño no quiere hacer los deberes sabrá que habrán dos consecuencias negativas: el malestar del profesorado y que por la noche no podrá ver su serie favorita (por ejemplo).

6 consejos para evitar los castigos

Además, no puedes perderte estos 6 consejos para evitar los castigos, tener buenas alternativas y aplicarlos desde ya en tu hogar. ¡Notarás la diferencia!

1. Proporcionar un ambiente seguro y favorable a los niños. No tiene sentido tener objetos de valor al alcance de un niño pequeño cuando se puede tener guardados hasta que tenga la edad suficiente.

2. Pensar con empatía. Piensa en cómo te gustaría ser tratado si te encontrases en las mismas circunstancias en las que está tu hijo en este momento. La naturaleza humana es simple, y no importa la edad que tengas. Además, también es importante que muestres empatía por los sentimientos de tu hijo, incluso si su comportamiento para ilógico, sus sentimientos y necesidades subyacentes son reales para él.

3. Conocer la necesidad subyacente que condujo a la conducta. Si castigamos la conducta externa, la necesidad no satisfecha todavía seguirá interna y se volverá a manifestar en el futuro. Preguntas como: "¿Estás enfadado porque he estado mucho rato al teléfono hoy? ¿Te gustaría ir a dar un paseo junto? Puede ayudar a un niño a sentirse amado y comprendido.

4. Encontrar siempre una solución de ganar-ganar que satisfaga las necesidades de todos y tenga en cuenta las emociones también de los niños.

5. Desviar la atención cuando la situación se está volviendo demasiado estresante. ¿Tomamos un descanso? ¿Qué te apetece hacer ahora? Son buenas preguntas para retomar el tema más tarde.

6. Realizar respiraciones profundas. Cuando estamos estresados nuestro cerebro necesita oxígeno porque respiramos demasiado rápido con el enfado y no podemos pensar con claridad. Unas respiraciones profundas pueden ayudarte a calmar la mente y a pensar con claridad. Anima a tu hijo a hacer lo mismo contigo.

Te puede interesar