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Los embarazos extrauterinos son una de las dificultades más conocidas y temidas por las futuras madres. También conocidos como embarazos tubáricos o ectópicos, están causados por algún tipo de afección que obstruye el camino a recorrer por óvulo fecundado para llegar al útero. Un defecto en el trayecto conlleva que el óvulo se aloje en el ovario, las trompas de Falopio, el cuello del útero o incluso en el abdomen de la embarazada. La imposibilidad de desarrollo sin riesgo en estas condiciones hace que este tipo de gestación nunca llegue a término.
Un embrión que se desarrolle fuera del útero supone un grave riesgo de lesión para el órgano en el que se implanta con el consiguiente peligro para la salud de la madre. Por esta razón es crucial un diagnóstico temprano que evite cicatrices, infertilidad e incluso la muerte.
Cómo cambia el cuerpo tras un embarazo ectópico
Es conveniente dar tiempo al cuerpo para que pueda recuperarse de los cambios sufridos durante el embarazo extrauterino. En función del órgano en que se aloje el embrión, pueden encontrarse embarazos tubáricos (en la gran mayoría de los casos con un porcentaje del 80%), ovárico, cervical, abdominal u otros que traerán consecuencias físicas en las diferentes situaciones del cuerpo.
De esta manera, el cuerpo de la mujer se verá afectado de diferentes formas atendiendo al tipo de embarazo ectópico que sufra. De igual forma, el tiempo de desarrollo del embrión tiene una relación directa con la gravedad de los daños y lesiones provocados en el cuerpo de la embarazada y, en consecuencia, con el tiempo y el tratamiento requeridos para su superación.
Las lesiones mencionadas pueden ser muy leves y casi imperceptibles en caso de que se produzca un aborto natural o el tratamiento sea muy temprano, hasta graves cicatrices que podrían comprometer la fertilidad de la mujer, así como heridas derivadas de la cirugía si esta fuese necesaria para el tratamiento que requerirán un periodo postoperatorio de recuperación.
También es conveniente tener en cuenta los posibles efectos secundarios del Metotrexato debido a su toxicidad hepática, hematológica, pulmonar, renal y dérmica. Debido a la utilización de este medicamento bajo prescripción médica y de forma totalmente controlada, los efectos de toxicidad no deben suponer una preocupació n para la embarazada, no obstante, es siempre interesante conocer estos factores de riesgo ante la ingesta de cualquier medicamento.
No hay que olvidar que los daños tras la pérdida de un embarazo no son solo de carácter físico. Muchas mujeres pueden verse seriamente afectadas a nivel emocional tras sufrir este mal. En estos casos no hay que dudar en lo referente a la ayuda profesional.
Tener un hijo tras un embarazo ectópico
Esta es una de las mayores preocupaciones entre las mujeres que han sufrido un embarazo extrauterino. La posibilidad de que el cuerpo se vea dañado y la fertilidad comprometida por esta situación es una duda común y comprensible entre las mujeres que desean volver a quedar embarazadas.
Es conveniente mencionar que las probabilidades de que el siguiente embarazo sea también malogrado por la misma dolencia son bastante altas. Un alto porcentaje de mujeres que sufrieron embarazos ectópicos volvieron a sufrir ese mismo mal en concepciones posteriores. Sin embargo, también hay que recordar que tener un hijo tras esta dolencia no es en absoluto imposible y que, con las debidas precauciones, es posible llevar a cabo un embarazo exitoso.
Si el embarazo extrauterino ha traído consecuencias de mayor gravedad como la pérdida de una de las trompas de Falopio, aún es más que probable poder quedar embarazada y tener un hijo sano sin necesidad de recurrir a tratamientos de fertilidad.
Por otra parte, la mujer que pierde ambas trompas de Falopio o sufre otras lesiones que puedan conllevar la imposibilidad de concebir de manera natural, aún puede recurrir a uno de los múltiples tratamientos existente para la concepción.
La clave para lograr tener un hijo tras un embarazo de estas características está en el tratamiento temprano. En estos casos es altamente probable lograr una gestación fructífera sin problema alguno. Sin embargo, si el embrión mal alojado se desarrolló en exceso y el diagnóstico fue tardío, pueden haberse visto dañados los órganos reproductivos con las consiguientes consecuencias para la fertilidad.
Lo más recomendable es hacer un control pormenorizado de cada caso concreto. Para ello, el seguimiento, estudio y consejo de médicos profesionales es la única opción que debe tomarse. La mujer deberá observar sus síntomas y acudir a un profesional para que le recomiende lo mejor para su caso concreto.
Peligros y riesgos del segundo embarazo tras el ectópico
Tras un tratamiento temprano de un embarazo ectópico, la fertilidad no tiene por qué verse afectada. Con lesiones mínimas en el organismo son muy altas las probabilidades de llevar a término un segundo embarazo de forma exitosa. No obstante es conveniente hacer un seguimiento más exhaustivo de este segundo embarazo debido al mayor riesgo de que puedan repetirse problemas durante la gestación.
Los profesionales recomiendan un tiempo mínimo de seis meses para la total recuperación del cuerpo tras este tipo de dolencias. De esta forma se minimizan los riesgos durante un posible segundo embarazo. No obstante, la individualidad de cada caso hace necesaria la recomendación de un ginecólogo profesional que lleve un seguimiento de cada caso concreto y decida el tiempo de recuperación y los cuidados necesarios para la mujer que vuelve a quedar embarazada.
Consejos y cuidados especiales del nuevo embarazo tras el ectópico
Para garantizar el correcto desarrollo del embrión durante la gestación de una mujer que sufrió embarazo ectópico, es especialmente importante realizar un seguimiento y llevar a cabo todas las pruebas requeridas para descartar las probabilidades de un nuevo alojamiento erróneo del embrión.
La prevención es fundamental para evitar riesgos
Algunas infecciones o enfermedades como clamidia y gonorrea pueden ser la causa de un alojamiento inadecuado del embrión. Por esta razón, es recomendable observar la salud en la zona pélvica, prevenir enfermedades y tratarlas adecuadamente en caso de contraerlas.
Otros factores de riesgo para experimentar embarazos extrauterinos son el hecho de quedar embarazada con posterioridad a los 35 años de edad, tratamientos de fertilidad o uso del DIU en el momento de la concepción. Es especialmente recomendable evitar estos factores de riesgo tras haber sufrido algún embarazo extrauterino debido a que las posibilidades de volver a sufrir el problema son mucho mayores para estas mujeres.